Cumplo mi palabra

Escrito por el 29 de septiembre de 2022

Estamos rodeados de una sociedad poco comprometida, tristemente vivimos tiempos en los que hacer un compromiso es algo fácil de hacer y fácil de romper al mismo tiempo y también dar nuestra palabra o hacer una promesa es importante, pero si al final no se cumple a cabalidad, tampoco pasa nada.

Conocemos términos actuales como “la generación de Cristal”, esa generación nacida después del año 2000, en la que muchos jóvenes tienen poca conciencia de la necesidad de los demás y no tiene una sensibilidad, la urgencia o necesidad de cumplir un compromiso, aún los sociologos y psicologos piensan que es una generación bastante vulnerable y poco comprometida con su palabra y con las promesas que en algún momento hacen, pero también hay muchísimas personas que somos de otras generaciones, que también nos cuesta cumplir un compromiso o cumplir una palabra que hemos dado.

Y hoy hablaremos que no solo es importante ser personas de compromiso, viviendo una vida con pasión comprometidos con lo que hemos decidido y haciendo lo que Dios nos ha mandado, sino también ser fieles siempre en cumplir aquellas promesas que hemos hecho y llevar a cabo la palabra que hemos dado.

Por eso es muy importante pensar antes de actuar, pensar antes de tomar decisiones y si ya hemos tomado decisiones, hemos hecho promesas y hemos dado nuestra palabra, debemos cumplirla y llevarla a cabo delante de los hombres, la escritura dice en Proverbios 6:2 “Te has enlazado con las palabras de tu boca, y has quedado preso en los dichos de tus labios.” porque cada palabra que damos, tiene una connotación importante cuando somos verdaderos cristianos, hijos de Dios, para los que cada palabra cuenta y es algo que tiene valor.

En nuestro camino hacia la meta debemos aprender a vivir comprometidos y con la determinación de que cada vez que damos una palabra y asumimos un compromiso, debemos hacerlo y cumplirlo a toda costa y sin poner mil excusas, buscando pretextos para justificarnos.

El escritor Charles Spurgeon dice una frase impactante “el mundo no lee la biblia, el mundo lee cristianos”, y esta frase tan cierta, debería llevarnos a pensar, qué está leyendo el mundo en mi? Soy una carta abierta, donde pueden leer fidelidad, compromiso, responsabilidad, lealtad, etc.

Hoy hablaremos de tres consejos que El Señor nos da en Su palabra, no para que huyamos de hacer compromisos, sino para que reflexionemos y veamos que el dar nuestra palabra es importante y hablará mucho de nuestro carácter y de nuestros frutos como cristianos, no solo ante Dios sino también ante los hombres que nos rodean.

QUE NUESTRO SÍ SEA SÍ: Mateo 5:37 dice “Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.” y Santiago 5:12 dice “Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación.”

Cuando nuestro si es si y cuando nuestro no es no, estamos dando a conocer que no somos tibios, que no caminamos en dos aguas, ni tenemos doble ánimo, hemos dicho sí a algo lo hacemos, hemos hablado de algo que es no, entonces no dudamos, el mundo necesita personas de una sola palabra y un solo compromiso porque estamos llenos de personas inconstantes, que dicen si y luego es no o dicen no y luego es si. Para cumplir siempre un compromiso debemos recordar que nuestro si sea si y nuestro no sea no, que las personas que nos conocen sepan que nuestra palabra es verdadera.

PROMETER Y CUMPLIR: Eclesiastés 5:5 dice “Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.» Cuando prometemos aceptamos un compromiso con otra persona, para cumplirlo y hacer algo en concreto. Prometer es tener la firme voluntad de hacer algo y cumplir fielmente sin excusas ni pretextos. Qué difícil y desagradable es cuando alguien nos ha prometido algo y lo incumple, porque las promesas deben cumplirse, no solamente cuando son grandes promesas, sino que también durante el día vamos haciendo pequeñas promesas que se convierten en compromisos que debemos cumplir a lo largo del día a día. La puntualidad, la responsabilidad en la familia, la fidelidad en nuestro matrimonio, hacer una labor completa y eficiente en nuestro trabajo, hacer las cosas con excelencia, asegurar una acción, son promesas que debemos cumplir cada día a cabalidad. No seamos personas que se «mal acostumbran» a incumplir compromisos pensando que «no pasa nada» porque si pasa, poco a poco podemos convertirnos en personas sin palabra, ir perdiendo credibilidad y finalmente nos harán a un lado y dejarán de contar con nosotros, porque ven que en nosotros no hay seriedad y responsabilidad.

TOMAR LA CRUZ: Mateo 16:24 dice “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.» Se han hecho muchas investigaciones acerca de cuánto podría haber pesado la Cruz que Jesús llevó hasta el Monte Calvario, algunas dicen que las cruces usadas en las crucifixiones pesaban un aproximado a 136 kilos, por lo que el travesaño o trozo de madera que llevaban los condenados a muerte pesaría unos 57 kilos , y a esto deberíamos sumarle, que no era solo el peso, sino también el cansancio, dolor y sufrimiento que llevaban a causa del castigo físico, provocando más debilidad y que el peso fuera más grande.

Así que si ya hemos dado nuestra palabra y hemos hecho un compromiso, está palabra nos llama a seguir tres pasos tan necesarios para enfrentar el día a día: Negarse a sí mismo, tomar la cruz y seguir a Jesús. Para cumplir una promesa o una palabra debemos negarnos a nosotros mismos cada día, dejar la zona de confort, donde todo es agradable, nada nos molesta y estamos tan a gusto, pero Jesús nos invita a otra forma de vivir la vida. Tomar la cruz, quizás más pesada unos días y otros días más liviana, pero tomarla, asumiendo compromisos, ocupando el lugar que Dios nos ha dado, cogerla con nuestras propias manos sin desear pasarla a otros, tomar la cruz día a día, es asumir cada compromiso que hemos dado y llevarlo a cabo hasta el final, entonces damos el siguiente y más importante paso, seguir a Jesús y dejar que sus planes se cumplan en nuestra vida y aceptar el reto de caminar en humildad, hablar sus palabras y sobre todo seguir su ejemplo de fidelidad y compromiso que llevó a cabo hasta la muerte y muerte de cruz.

Recuerdo la frase que dije anteriormente,“el mundo no lee la biblia, el mundo lee cristianos”, que cada persona pueda leer en nosotros, que nuestro sí es sí y nuestro no es no, que pueda leer fidelidad, compromiso, lealtad, responsabilidad, que somos personas que tomamos asumimos nuestra palabra, tomamos nuestra cruz, nos negamos a nosotros mismos y seguimos a Jesús cada día.

Cumplamos nuestra palabra y prosigamos hasta la meta!


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