Comprometido con la obediencia (1ª parte)
Escrito por Sully de Barra el 27 de abril de 2023
Los compromisos son esos pequeños grandes pasos que vamos dando en nuestro caminar como cristianos en este camino hacia la meta, comprometerse con el llamado que Dios nos ha dado, comprometidos con la oración, con la lectura de la palabra, el ayuno, la comunión con los hermanos y llevando mucho fruto, son parte de esos pasos. Y hoy comenzaremos a hablar acerca de otro compromiso sumamente importante que debemos hacer y es LA OBEDIENCIA.
La obediencia es un acto de nuestra voluntad, que se refleja en una actitud dispuesta y de colaboración para hacer todo lo posible por llevar a cabo algo que nos han encomendado. La obediencia es un acto de fe y confianza en hacer lo que Dios nos dice que debemos hacer, aún muchas veces sin entender por qué lo estamos haciendo. Eso nos pasa muchísimas veces en la vida, pero conforme vamos practicando la obediencia, cada vez serán menos las veces que cuestionemos las cosas, poco a poco El Espíritu Santo irá haciendo Su obra en nosotros y actuaremos más conforme a la voluntad de Dios y no a la nuestra.
Por eso es importante que demos el primer paso y hagamos un compromiso con El Señor tomando la determinación de obedecerle a Él, por encima de nuestros deseos, por encima de lo que otros quieren, por encima de todo. Pero antes de ver lo que es la obediencia, quisiera que reflexionemos brevemente que obediencia no es:
No es creer ciegamente al hombre, obediencia es creer en la palabra de Dios.
No es decir que sí algo en apariencia y luego no hacerlo porque lo pensamos mejor.
No es realizar algo, pero en nuestra alma, mente y corazón estamos en desacuerdo.
No es hacer una parte sí y otra no, la obediencia es completa.
Estás son algunas de las cosas en las que podemos fallar creyendo que estamos obedeciendo, pero realmente delante del Señor no lo es y aun nosotros en el fondo de nuestra conciencia muchas veces sabemos cuando estamos haciendo algo en completa obediencia y cuando solo es de forma parcial, recordemos que aunque todo el mundo vea y crea que somos obedientes, Dios es el único que verdaderamente conoce las intenciones de nuestro corazón.
Por eso la obediencia debe ser un compromiso que hago con Dios y conmigo mismo, porque realmente a Dios no lo puedo engañar y cuando engaño a los demás, solo me estoy engañando a mi mismo.
Para aprender cuál es la forma ideal de obedecer nuestro mayor modelo es Jesús, es el mayor ejemplo que podemos tener, es nuestro mayor referente, porque nadie ha sido tan obediente como Él. Hoy vamos a reflexionar en 3 cosas que nos enseñó Jesús acerca de la obediencia:
OBEDIENCIA ES AMOR: Juan 3:16 «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» En la vida se pueden hacer muchas cosas por amor, servir, sacrificarse, esforzarse, trabajar, dar lo mejor de nosotros mismos, pero dar la vida por amor, no es algo que frecuentemente lo pensemos o estemos dispuestos a hacerlo.
¿Quiénes somos para merecer tanto amor? Jesús mostró obediencia amando, Jesús nos amó y no lo pensó, no razonó, sencillamente lo hizo, porque Él nos amó primero, Él dio el primer paso, Él estuvo dispuesto a hacerse como uno de nosotros, obedeciendo al Padre en todo momento y cumpliendo el plan perfecto que Dios había trazado para darnos salvación. ¿Qué sujetó a Jesús para no responder como debía? ¿Qué le hizo callar cuando le insultaron injustamente? ¿Qué le hizo permanecer sin respuesta cuando se burlaron de Él? Solamente el amor. ¿Qué sujetó a Jesús a esa cruz en el calvario? El amor y la obediencia al Padre.
OBEDIENCIA ES SENCILLEZ: Hebreos 5:8-9 “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” Lo primero que nos enseñó Jesús fue la sencillez de aprender, siendo Dios, siendo el rey del universo, aprendió la obediencia como dice esta escritura, Jesús se hizo como uno de nosotros, estuvo en el vientre de María y nació como un bebé pequeño e indefenso. Aprendió todas las cosas, a comer, a hablar, a caminar,a jugar, como un niño. Aprendió como joven a reír, conversar, aprendió a ser hijo, amigo, compañero. Jesús aprendió en una carpintería a trabajar, se hizo adulto y pasaron 30 años hasta que comenzó su ministerio. Treinta años de amor y paciencia, aprendiendo a ser como uno de nosotros. Treinta años ejercitado en el trabajo, en la constancia, en la persistencia y en la obediencia. Treinta años para tener nuestras vivencias en su corazón y poder comprendernos. Treinta años de sencillez en la que Jesús no desistió, no abandonó, se mantuvo firme, Él pudo haber dicho: acabemos con esto a los 20 años o pudo haber dicho, hagamos otra cosa y dejar de lado el plan, pero no fue así. Estuvo treinta años esperando para hacer la voluntad del Padre en obediencia y sencillez total.
OBEDIENCIA ES SACRIFICIO: Filipenses 2:8 «y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.» La palabra de Dios dice que Jesús se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz, la muerte de cruz era la muerte más humillante que una persona en ese tiempo podía tener, Jesús obedeció al Padre sin condiciones, sin objeciones, sin pretextos y con la certeza que estaba haciendo lo correcto. Él nos enseñó que la obediencia implica sacrificio, Jesús sacrificó primero su condición de ser Dios todopoderoso y hacer como uno de nosotros, luego no solo se sacrificó dejándolo todo, sino que al venir aquí, llegó de la forma más humilde, fue rechazado, vituperado, perseguido, encarcelado, maltratado y crucificado, un sacrificio completo, una obediencia total al Padre, Jesús nos enseñó con su vida y con sus actos que la obediencia implica sacrificio.
Jesús nos enseñó que obedecer es amar, obedecer es sencillez, obedecer es sacrificio, hay muchas cosas más que Jesús nos enseñó para ser obedientes, qué mejor ejemplo podemos tener? Jesús hizo un compromiso y lo cumplió hasta el final, hagamos nosotros un compromiso con la obediencia y prosigamos hacia la meta.