Adelantos frustrados
Escrito por Daniel Valuja el 12 de junio de 2023
El Galvorn es un “material mágico” más resistente que el acero y más ligero que el aluminio que promete disminuir radicalmente la producción de dióxido de carbono. Es lo que afirma la empresa especializada de desarrollo de materiales DexMat, que asegura que hará obsoleto el cobre en aplicaciones eléctricas como las baterías de los coches. También, afirma, sustituirá al aluminio y el acero en industrias como la construcción, la automoción y la aviación.
El nuevo material está formado por nanotubos de carbono (NTC), pequeños cilindros de moléculas de carbono que son 100.000 veces más finos que el diámetro de un cabello humano. Descubiertos en 1952 por los rusos Radushkevich y Lukyanovich, estos diminutos tubos tienen propiedades físicas que los hacen ideales para múltiples aplicaciones: son fuertes, flexibles, ligeros y excelentes conductores de electricidad. Debido a estas características, los NTC se utilizan en muchos campos como la electrónica, la energía, la medicina o la construcción.
Como apunta GreenBiz, el Galvorn se creó a partir de las patentes del fallecido Premio Nobel de Química Rick Smalley y su colaborador Matteo Pasquali en la Universidad Rice con el apoyo de la Fuerza Aérea de EEUU, el Departamento de Energía y la NASA, entre otros.
La compañía explica que el extraño nombre del material está tomado de la novela El Señor de los Anillos, de J.R.R. Tolkien. Galvorn significa «brillante y negro» en el idioma élfico de Eöl, el herrero que creó el galvorn en el libro, un material “tan duro como el acero de los enanos, pero tan maleable que podía hacerlo delgado y flexible». Esta imagen fascinó a sus creadores y los inspiró para bautizar el invento real.
Según Shomik Dutta —socio director deOverture Climate VC, una de las empresas inversionistas de DexMat— el Galvorn puede “hacer vehículos y aviones más eficientes y ligeros. Incrementa la conductividad eléctrica en baterías y supercondensadores, y mejorar el rendimiento de la energía eólica, solar y de almacenamiento”. En construcción, la incorporación de estas fibras en la producción de hormigón y otros materiales “puede crear edificios más resistentes y duraderos que prolonguen su vida útil”, algo que obviamente también reduce la producción de carbono a largo plazo.
DexMat asegura que el Galvorn puede hacer que el cobre pase a ser un material obsoleto. El cobre —un elemento clave en la electrificación del planeta— se enfrentará a graves limitaciones en el futuro. Se prevé que su demanda aumente un 4% cada año hasta 2040, según la compañía de investigación energética BloombergNEF. El aluminio y el acero —los metales más utilizados a nivel mundial— también son problemáticos porque contribuyen alrededor del 10% de las emisiones globales de CO2.
Pero no sólo el Galvorn es mágico por sus propiedades físicas sino porque, según sus inventores, tiene el potencial de eliminar “tres gigatoneladas de emisiones industriales de dióxido de carbono al año”. DexMat afirma que contribuirá la misma fabricación del material “energía limpia a la red y a reducir el impacto de la producción de acero, aluminio y otros metales”.
La compañía dice que, como el Galvorn está hecho de carbono obtenido a partir del metano, atrapa el carbono a largo plazo y evita que contribuya al calentamiento global: “Al utilizar el metano como materia prima, evita que este gas de efecto invernadero se libere directamente a la atmósfera y, como su producción se lleva a cabo con energía renovable, su huella energética resulta nula”.
Al final, el objetivo es hacer obsoletos materiales cuya fabricación consume energía excesiva y emite grandes cantidades de CO2: “No basta con hacer los metales ‘más verdes’. El futuro exige un nuevo material que redefina lo que es posible”, dicen.
Veremos si funciona tan bien como dicen: El material no es un compuesto de laboratorio sino que ya se produce industrialmente y se comercializa en varios formatos: una malla que puede utilizarse para crear paneles compuestos, electrodos y prendas de vestir; una fibra para cables conductores, líneas eléctricas y bobinados de motores; y una película para blindajes electromagnéticos, baterías y antenas. Su primera aplicación comercial, según DexMat, es el cableado electrotérmico descongelar las alas de los aviones.
- Fuente Noticia: El Confidencial.