Adictos a publicar

Escrito por el 31 de marzo de 2022

Pese a todas las desventajas que se enumeran anteriormente, las cuáles pueden causar serios problemas a los usuarios de estas redes sociales o a su entorno, existe un problema que, aunque parece menos importante, se está volviendo en una realidad social que es necesario analizar.

¿Has realizado el ejercicio de buscar un nombre en Facebook (por ejemplo)?… Si lo has hecho, te habrás dado cuenta que puedes consultar toda la información personal de esa persona en tan sólo algunos minutos. Nombres, direcciones, escuela de la infancia, estudios, amigos, preferencias musicales, nombres de sus hijos, nombre de su perro, lugar de trabajo, etc, etc, etc.

Sin embargo, eso no es todo, si su perfil se encuentra abierto a todo público, podrás encontrar fotografías y vídeos de toda clase de momentos de esa persona. Podrás ver cómo es, sus amigos, su casa, podrás verla bailando, en la playa, en la nieve… quizás podrás verla ebria, en el día de su matrimonio o pariendo a su hijo… los límites en este sentido parecen haber desaparecido y hasta es posible encontrar fotos de personas teniendo relaciones sexuales, consumiendo droga o de algunos que les gusta fotografiarse mientras están sentados en el baño.

¿No crees que es demasiada información?…

La vida privada ha dejarlo de serla y ha pasado a ser completamente pública… pero, ¿de quién es la culpa?. ¿De aquellos usuarios que les gusta averiguar sobre la vida de otros o de aquellos que se pasan el día informando en sus redes sociales sobre lo que están haciendo, comiendo y bebiendo?.

Hoy por hoy, las personas se sienten tan desinhibidas que publican todo tipo de informaciones personales y privadas, formándose casi una ridiculización de la persona afectada. Y, no hay que olvidar, que muchas empresas están revisando los perfiles de las redes sociales de sus empleados para verificar si estos hablan mal de la empresa o para asegurarse de que no anden en malos pasos o que tengan una conducta que vaya en contra de sus principios.

Esta parece ser la única clave del asunto: hacer un uso moderado de las distintas plataformas. Es cierto, las redes sociales representan el punto de encuentro perfecto para conocer nuevas personas, compartir vídeos y música, realizar comentarios de felicitación o para compartir contenido de Internet. Sin embargo, las redes sociales no deberían servir para contar nuestros secretos o revelar nuestras intimidades, pues lo único que logramos es hacernos vulnerables a nosotros mismos y ponernos en peligro.


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