Ante la tristeza y el desánimo prosigo a la meta

Escrito por el 2 de noviembre de 2023

Según estudios realizados a diversos grupos de personas, se ha comprobado que cuando bajan las temperaturas, la disminución de las horas de luz, la situación económica, las noticias que vemos en los medios de comunicación y otros factores pueden hacer que en conjunto repentinamente nos sintamos con melancolía, con falta de ánimo o energía, algunas personas dicen que es como un manto de tristeza que cae sobre nosotros y nos sentimos mal.

Quizás por la época del año, por la situación que se está viviendo a nivel mundial con guerras y rumores de guerra, por las diversas situaciones personales que cada uno de nosotros vivimos y tenemos que enfrentar a diario, podemos caer presos de ese sentimiento que no nos ayudará a proseguir a la meta, sino todo lo contrario, nos debilitará y podría ser muy peligroso dejarlo que se quede con nosotros y nos acompañe a lo largo de la vida. Como cristianos no estamos exentos de sentirnos algunas veces con esa sensación de tristeza en algunos momentos, pero para entenderlo vamos a decir primero qué es la tristeza: La tristeza es una emoción, en la que podemos tener sentimientos de desánimo, desesperanza, decepción o frustración.

Algunas veces vivimos situaciones inevitables que pueden provocarnos tristeza, pero debemos enfrentar esta emoción y no permitir que se quede en nosotros y se convierta en una forma de vida.

Como cada semana siempre decimos en esta sección Prosigo a la meta, que la palabra de Dios nos da las llaves para cualquiera que sea la situación que estamos viviendo, por eso es tan importante conocerla, meditar en ella, aprenderla, reflexionar y hacerla vida, para que no seamos fácilmente engañados por cualquier emoción, sentimiento o tendencia que pueda haber en nuestro alrededor.

Así que es importante que identifiquemos de dónde viene la tristeza al corazón, puede venir de factores externos, como la pérdida de un ser querido, la pérdida de un trabajo, una situación que se sale fuera de control, ver el sufrimiento de alguna persona que amamos, pero también puede venir de nuestro interior por ideas, pensamientos o cosas negativas que nos roban la paz y el gozo.

Una vez que hemos identificado de dónde viene lo más importante es saber que el Señor nos ha enseñado a través de su palabra qué hacer en esos momentos, en los que perdemos la esperanza, nos sentimos sin fuerzas y necesitamos la intervención inmediata del Señor para sacarnos de esa condición:

TOMEMOS EL CONTROL DE NUESTRA MENTE

Filipenses 4:8 dice “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Reflexionemos en qué pensamos, qué pasa por nuestra mente?

Debemos pensar en todo lo que es verdadero, si las cosas no han ocurrido, no hagamos cuadros de dolor, de pérdida o demos finales tristes a nuestras situaciones, pensemos en lo que es verdadero y no en lo que nos llena de temor.Pensemos en todo lo honesto, las cosas rectas, en la transparencia en nuestra forma de conducirnos y en el respaldo de Dios si hemos hecho las cosas bien.

Pensar en todo lo que es justo, en no cometer injusticia, haciendo lo correcto para cada uno y para nosotros mismos, pensemos en lo puro, es pensar en aquello que no se contamina ni se mezcla con cosas malas, pensar en todo lo amable, lo que es de buen nombre, en las virtudes o cosas positivas, si hay algo que sea bueno estas cosas debemos pensar, nunca llenar nuestra cabeza de todo lo contrario, porque entonces entraremos en afán, en ansiedad, temores ocultos y terminaremos perdiendo no solo la paz, sino también nuestra fe y la tristeza ganará ventaja en nuestro estado de ánimo.

EL GOZO DEL SEÑOR ES NUESTRA FUERZA

Nehemías 8:10 dice “no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” Recordemos que no es lo mismo la felicidad que el gozo, hay una gran diferencia entre las dos, la felicidad depende de las circunstancias nos pasan, logros, satisfacciones materiales o bien situaciones favorables que nos traen alegría; el gozo por el contrario no depende de lo que pasa a nuestro alrededor, el gozo depende de Dios. La tristeza nos roba el gozo y si perdemos el gozo perdemos nuestra fuerza, si el gozo es nuestra fuerza, la falta de gozo nos vuelve débiles y vulnerables.

En medio de la prueba, el dolor o la rutina del diario vivir, viene algunas veces la tristeza, la falta de esperanza, entonces somos débiles. Cuando permitimos que en medio de todas las tormentas de la vida el gozo de Dios reine en nuestro corazón, su gozo trae fortaleza y entonces somos fuertes.

LA BENDICIÓN DEL SEÑOR NO TRAE TRISTEZA

Proverbios 10:22 dice «La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella.»Debemos evitar tener tristeza en el corazón a causa del pecado o de nuestros propios errores o transgresiones, pero si vivimos una vida que agrada a Dios y caminamos en Su voluntad la tristeza no puede tener cabida en nuestro corazón. La bendición del Señor enriquece, y no añade tristeza, cuando Dios nos bendice esa bendición viene libre de dolor, libre de decaer espiritualmente, libre de falta de ánimo y energía, porque si Dios nos da algo bueno, no le añade algo malo también, porque Él nos ama.

A veces estamos llenos de gozo y de pronto viene una preocupación al corazón pensando que algo malo puede pasar, porque no puede haber tanta alegría junta. En ese instante cae un peso sobre tu corazón en forma de temor, que quizás ni siquiera lo confesamos, pero que está allí en nuestra mente.

Dios no traiciona nuestros corazones enviando momentos de alegría y escondiendo detrás un problema o un gran dolor. Todos podemos tener aflicciones, porque muchas son las aflicciones del justo, pero tenemos la promesa que de todas ellas nos librará el Señor.

Así que en este camino hacia la meta el gigante de la tristeza se puede levantar para bloquear el camino, desanimarnos, perder la visión, las ganas de hacer las cosas, las fuerzas y la fe, pero debemos luchar contra la tristeza tomando el control de nuestros pensamientos, pensando en todo lo bueno, sabiendo que el gozo de Dios es nuestra fuerza y que Su bendición enriquece y no añade tristeza con ella. Así que enfrentemos la tristeza y el desánimo con la palabra de Dios y el gozo del Señor que es nuestra fuerza y prosigamos hacia la meta.


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