Ante no sentirme suficiente (2ª parte)
Escrito por Sully de Barra el 30 de noviembre de 2023
Sentir que no somos suficientes es una emoción que surge cuando nos comparamos con otros, cuando vemos de forma constante las expectativas que otros tienen de nosotros o sentimos que no llegamos a ciertos niveles que nosotros mismos nos hemos impuesto y pensamos que no tenemos lo que se necesita para alcanzar aquello que tanto anhelamos.
Para lograr tener una vida plena en Cristo y no sentirnos insuficientes o desvalorizamos, no debemos ser primero nosotros los que nos descalificamos y radicalmente nos eliminamos porque no nos sentimos competentes y capaces, debemos evitar vivir en el pasado por recuerdo o situaciones en las algo o alguien nos hizo sentir insuficientes y desvalorizados y sobre todo debemos vivir con una actitud de gratitud en el corazón que le dará valor a cada cosa, por más pequeña que sea, veremos que tenemos muchas cualidades y que DIos ha puesto en nosotros el potencial para alcanzar muchas cosas en la vida.
Debemos tener claro que no todos hemos nacido para todo, pero si hemos nacido con cualidades para hacer mucho, porque Dios nos ha diseñado a cada uno con ciertos dones, talentos y características especiales que complementan la vida de otros.
En la palabra de Dios aparecen varios personajes que pasaron por esa sensación de no sentirse suficientes y por pruebas intensas de dolor, sufrimiento y menos precio, pero que Dios usó para que hasta el día de hoy sean un ejemplo de vida y de lo que Dios puede hacer en nuestra debilidad.
Hoy hablaremos de tres mujeres muy especiales con situaciones parecidas de las que podemos aprender, ellas son SARA la mujer de Abraham, ANA la madre del profeta Samuel y MARIA la madre de Jesús.
SARA: Dice la palabra que Sara era una mujer bella y “hermosa en gran manera”, era la mujer de un hombre fe, Abraham, pero con una situación familiar difícil porque con edad avanzada no podía concebir hijos. Sara se sentía desvalorizada y pasó por la emoción de no sentirse suficiente, porque no podía darle hijos a su marido, Dios le dice a Abraham en Génesis 15:5 “Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.”, habían recibido la promesa de que tendrían descendencia, sin embargo Sara no tiene esa posibilidad en su mano, busca otros caminos, otra alternativa y ofrece a Abraham su sierva Agar para que le de hijos, en la insuficiencia de Sara decide actuar por su propia mano, sin darse cuenta que el cumplimiento de esa promesa no dependía de ella, ni de su marido, dependía de Dios.
Todos conocemos la historia, Agar le da un hijo y luego Sara se siente afligida y humillada porque no puede ser madre, se enoja contra su sierva, la humilla, la oprime, la manda lejos, hace muchas cosas por ese sentimiento de insuficiencia, hasta que Dios mismo trata con su corazón y en medio de una situación totalmente contraria, Sara concibe un hijo y tiene a Isaac, Dios cumplió su promesa, porque Él es fiel.
Debemos estar alertas cuando nos sentimos insuficientes, podemos buscar nuestros propios medios para llegar a conseguir algo, sin contar que en todas las situaciones no dependemos de nosotros, sino dependemos de Dios. En medio de sentirme insuficiente, lo primero que tengo que saber es que nada depende de mí y todo depende de Dios.
ANA: Es un relato también impresionante la historia de Ana, mujer de Elcana que también era Esteril y vivía bajo la opresión de la otra mujer de su marido, Penina, quien la miraba con desprecio y se burlaba de ella porque no podía tener hijos, dice la palabra que cada vez que Elcana ofrecia sacrificio volvía y repartía una parte a Penina y a cada uno de sus hijos, sin embargo Ana recibía una parte porque su marido la amaba. Los sentimientos de impotencia, menosprecio, desvalorización, e insuficiencia que Ana vivía debieron ser muy fuertes y frecuentes, no es fácil convivir día a día con una situación así, sin embargo Ana nos da un ejemplo muy grande de lo que podemos hacer cuando nos sentimos así.
Dice la palabra que Ana oraba cada vez que subía a la casa de Jehová y levantaba clamor delante de Dios y lloraba, Ana sabía que tenía una limitación física pero fue a la fuente correcta para recibir la ayuda, claro al Señor, hizo una promesa y Dios escuchó la petición de su corazón.
Ana tiene una conversación con el sumo sacerdote Elí quien la confunde pensando que estaba ebria y finalmente ella le expresa el dolor que había en su corazón y recibe la promesa que Dios le otorgaría la petición que había hecho. Lo más importante que Ana hizo en el momento de sentirse insuficiente fue orar y luego creer porque dice la palabra en 1 Samuel 1:18 “Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.” Cuando viene el menosprecio a nuestra vida, debemos llevar ese dolor al Señor en oración y clamor, y luego tener la fe, para creer que Dios hará con nuestra petición porque Él escucha atentamente, cada palabra que sale de nuestra boca, así que esta es otra clave en medio de sentirnos insuficiente oremos, clamemos al Señor entreguemos esa carga y creamos que Él hará lo mejor.
MARIA: La madre de Jesús nos da la tercera clave para enfrentar la emoción de no sentirnos suficientes, ella era una mujer joven, con un futuro prometedor, con una boda cercana y con su vida completamente encaminada hacia un destino, pero recibe la a visita inesperada de un ángel que le anuncia nada mas y nada menos que ha hallado gracia delante de los ojos de Dios y que concebirá en su vientre y que dará a luz un hijo. Pensemos por un momento cómo se sentiría María ante esta situación tan inesperada y a la vez tan fuerte con la que se debía enfrentar y no solo en ese momento sino para el resto de su vida, quizás emociones como soy muy joven, yo me voy a casar, qué va a decir mi familia, la gente, se sentiría insuficiente para esa tarea tan grande, pero María fue valiente y responde en Lucas 1:38 “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.”
De María podemos aprender a ser valientes, a no creer que las condiciones que nos rodean y las imposibilidades o tremendos gigantes que se levantan pueden ser más grandes que la voluntad de Dios, Maria dice las palabras más importantes de su vida: HÁGASE CONFORME TU PALABRA.
Asi que ante la emoción de sentirnos insuficientes para algo en este camino hacia la meta, pidamos al Señor primero no hacer nada por nuestra propia cuenta, pensando que todo depende de nosotros, porque todo depende de Dios. Segundo ante esa sensación de no poder llegar a algo por nuestra capacidad, entreguemos esa debilidad al Señor y creamos que lo que hemos puesto en Sus manos, Él lo va a hacer y no estemos más tristes y por último seamos valientes como Maria, creamos al Señor, creamos en Su palabra, no pensemos en lo suficientes o insuficientes que nos sintamos, digamos YO SOY LO QUE DIOS DICE QUE SOY y prosigamos hacia la menta.