Comprometido con la obediencia (2ª parte)
Escrito por Sully de Barra el 11 de mayo de 2023
Ser una persona comprometida en todas las áreas de la vida, demuestra en nosotros el fruto que Dios espera, demuestra crecimiento y madurez en nuestro caminar cristiano.
Uno de estos compromisos primordiales es la OBEDIENCIA, y el mayor ejemplo que tenemos es la obediencia que Jesús mostró desde el primer momento, mostrando amor al dejarlo todo y cumplir el plan de salvación, mostró sencillez al hacerse como uno de nosotros y esperar durante 30 años para comenzar su ministerio y mostró sacrificio, al morir en la cruz por nuestros pecados, todo en obediencia a la voluntad del Padre que le envió.
Vivimos en una sociedad cada día más rebelde, que tiene la disposición total a incumplir los principios de la palabra de Dios, una sociedad que no se detiene a pensar si está haciendo lo correcto, un mundo que vive para el momento, sin pensar que las consecuencias de la desobediencia son eternas.
Jesús nos mostró con su obediencia amor, sencillez, sacrificio y hoy vamos a ver tres cosas más que la palabra de Dios nos habla de lo que es la obediencia, para que podamos caminar en ese compromiso delante del Señor y seguir en este camino hacia la meta.
OBEDIENCIA ES AGRADAR A DIOS: 1 Juan 3:22 dice “»y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.» Cuando somos padres sabemos que No hay mejor recompensa que sus hijos se porten bien y sean obedientes, nuestros corazones se agradan de ellos y si alguno se acerca a pedirnos algo que necesita, trataremos de ayudarlo en lo que podamos, porque su conducta es buena y no tenemos queja. Así es nuestra vida delante de Dios como sus hijos, Él nos ha dado todas las cosas y una relación de amor implica un camino de dos vías, recibimos el bien de Dios y devolvemos obediencia, Dios espera que sus hijos sean quienes por amor a Él deciden guardar sus mandamientos y poner por obra su palabra, que decidamos dar buen testimonio de vida que agrada a Dios y bendice a los hombres. No hay mucho que podamos explicar o tratar de razonar, Dios responde las peticiones de sus hijos como un Padre, pero un padre que ve en nosotros determinación a hacer lo que a Él le agrada, determinación a caminar en obediencia y haciendo las cosas que son agradables delante de él. Obedecer es hacer todo lo posible por agradar a Dios, a lo largo de 24 horas, 7 días de la semana, los 12 meses del año. En nuestro camino hacia la meta comprometerse con la obediencia es hacer cosas que a Dios le agradan.
OBEDECER ES ENTRAR EN EL REPOSO DE DIOS: Hebreos 4:10-11 dice “porque el que entra en ese reposo de Dios, reposa de su trabajo, así como Dios reposó del suyo. Debemos, pues, esforzarnos por entrar en ese reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.» Obedecer es descansar de nuestras obras, para que sea Dios el que haga. Para el pueblo de Dios no entrar en Su reposo significó un acto de desobediencia, porque cuando seguimos luchando y haciendo por nosotros mismos, nos desesperamos, frustramos, sentimos que las cosas no avanzan y nuestra fe tambalea a causa de no descansar en El Señor.
Entrar en el reposo de Dios no es sentarse a descansar, sino es descansar en Dios, en obediencia en medio de la adversidad, en medio de un mundo turbulento, en medio de un mundo temeroso, entrar en el reposo de Dios en medio de la angustia de la enfermedad, de las necesidades económicas, de la falta de provisión, ese es el reposo al que el Señor se refiere, es dejar de hacer nuestras obras para que Dios haga lo que es mejor hacer, dejar de hacer las cosas con nuestras manos para que Dios haga, eso es también obediencia. No es fácil entrar en el reposo de Dios, por eso la palabra dice que nos esforcemos para entrar en él, dejar que El Señor resuelva, obedecer es un acto de esfuerzo en amor hacia El Señor y dejar de querer hacerlo todo por nosotros mismos, es entrar en el reposo de Dios, descansar de nuestras obras y dejar que a Dios hacer su parte.
OBEDIENCIA ES CAMINAR EN LO QUE DIOS QUIERE: Hechos 18:21 dice “sino que se despidió de ellos diciendo: «Si Dios quiere, volveré a visitarlos otra vez.» Después Pablo se embarcó y se fue de Éfeso.» Cuántas afirmaciones hacemos contando con que el futuro será como nosotros queremos o esperamos. El Apóstol Pablo realizaba muchos viajes en los que enfrentaba peligros, persecución y sufrimiento a causa de la predicación del Evangelio, y en muchos momentos no estaba completamente seguro si iba a volver al mismo lugar y si volvería a ver a esos hermanos de los que se despedía, por eso afirma sabiamente «Si Dios quiere, volveré a visitarlos otra vez».
Hay otra versión bíblica que dice «pero volveré a vosotros otra vez si Dios quiere». Obedecer también es caminar en lo que Dios quiere, si vivimos en esa seguridad, sabemos que no depende de nosotros, de nuestra capacidad o de nuestra suficiencia, sino todo dependerá de Dios. Cuando vivimos en lo que Dios quiere, las cosas quizás no van a suceder como esperamos, pero sabemos que serán como Dios las permite y tal vez, serán mucho mejor de lo que pensábamos.
La obediencia también es aceptar lo que Dios quiere, como lo mejor para mí, somos tan vulnerables, ni siquiera sabemos lo que va a suceder en los próximos minutos, las próximas horas, no sabemos qué pasará mañana. Luchar contra corriente, es engañarnos a nosotros mismos, es un descanso al corazón vivir en lo que Dios sí quiere. Santiago 4:14-15 en la versión Traducción al Lenguaje Actual nos lo recuerda diciendo “¿Cómo pueden hablar así, cuando ni siquiera saben lo que les va a suceder mañana? Su vida es como la niebla: aparece por un poco de tiempo, y luego desaparece. Más bien, deberían decir: «Si Dios quiere, viviremos y haremos esto o aquello.»
Así que en este camino hacia la meta, hagamos un compromiso con la obediencia delante del Señor, comprometidos a hacer las cosas que a Dios le agradan, comprometidos a reposar de nuestras obras y dejar que Dios haga y comprometidos a vivir en el camino de lo que Dios quiere, porque Él siempre sabrá lo que es mejor para nosotros.
Seamos cristianos de compromiso, caminemos en obediencia y prosigamos hacia la meta!