Comprometido con la obediencia (3ª parte)

Escrito por el 18 de mayo de 2023

Cuando hacemos compromisos en nuestra vida cristiana, estamos asumiendo una responsabilidad y muestra crecimiento en nuestras vidas, ya que no solamente estamos dispuestos a recibir sino que también estamos dispuestos a dar y una de las cosas que más agradan al Señor es la obediencia de sincero corazón y en amor a Él.

Hay muchas palabras que pueden ser contrarias a la obediencia, la primera es la rebelión como todos conocemos, pero también desobedecer es incumplir, desatender, infringir, quebrantar y resistir entre otras, porque hay una línea muy delgada entre lo que es obedecer con un corazón sincero y creer que estamos obedeciendo, cuando realmente estamos haciendo lo que nosotros queremos o creemos que es lo correcto.

La obediencia es de un solo color, no es parcial, sino total, para obedecer necesitamos fe, porque un corazón incrédulo no puede ser obediente, porque siempre tendrá dudas, cuestionará aquello que le han dicho debe hacer, levantará argumentos y razonamientos propios, que irán en el camino que lleva a la rebelión.

Quizás podemos pensar que no estamos desobedeciendo, que no somos rebeldes a la voz del Señor, pero hoy vamos a reflexionar acerca de 3 cosas que pueden haber en nuestro corazón y que podemos estar haciendo pensando que no pasa nada, pero realmente estamos engañándonos a nosotros mismos, porque estamos desobedeciendo.

VIVIR EN QUEJA ES REBELIÓN: Hebreos 13:17 dice “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.” En este pasaje habla de obediencia y lo opuesto a esto es la queja. Y no solo con nuestros pastores y autoridades, la queja principalmente es hacia El Señor.

¿Cuántas veces la queja forma parte de nuestra vida?¿Por qué nos quejamos tanto? La queja es ese sentimiento de insatisfacción completa ante una situación en concreto o ante la vida misma, cuando nos quejamos estamos mostrando desaprobación a las cosas que debemos vivir o pasar y la queja puede llegar a ser tan dañina que puede convertirse no sólo en parte de nuestra vida, sino en un hábito que hacemos parte de nosotros.

La queja es una rebelión pasiva, porque realmente no estamos diciendo que no a algo en lo que Dios quiere que le obedezcamos, pero si estamos insatisfechos, inconformes, descontentos y a disgusto con lo que en ese momento debemos enfrentar.

Tomemos un momento hoy para pensar si hay queja en nuestro corazón, la queja anula la obediencia de nuestros corazones y será como una sombra que no permitirá que hagamos lo que Dios nos pide con gozo. En este camino hacia la meta si queremos comprometernos con la obediencia debemos eliminar la queja de nuestros corazones.

VIVIR EN DOBLE ÁNIMO ES REBELIÓN: Santiago 1:8 dice «El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.» Si queremos caminar en obediencia, no podemos vivir en doblez de ánimo, el tener un doble ánimo es hacer algo, pero que en nuestro interior no estamos de acuerdo.

El ánimo puede doblarse o dividirse en dos, Dios NO se agrada de un corazón que camina en dos pensamientos o en dos sentimientos, ya que esto nos lleva a quitar de nosotros la transparencia, la sinceridad, la integridad, la honestidad y sobre todo la obediencia, porque hacemos una cosa en apariencia, pero interiormente pensamos otra.

Como decía antes la obediencia no es parcial, ni es de colores medios, no hay grises, se hace o no se hace. Y la palabra dice en esta escritura que “el hombre de doble ánimo es inconstante”, la obediencia que se hace solo por apariencia, tarde o temprano terminará siendo evidente lo que realmente somos y pensamos. Así como de una misma fuente no puede brotar agua dulce y agua amarga, de la misma manera una persona de doble ánimo no puede caminar en dos caminos, porque tarde o temprano fallará, no podemos pretender caminar en obediencia al Señor y también comulgando con el mundo, porque no tiene ninguna comunión la luz con las tinieblas, si realmente estamos comprometidos con obedecer, viviremos en la integridad de lo que es una obediencia completa al Señor y no sólo una apariencia.

HACER LO QUE ME PARECE TAMBIÉN ES REBELIÓN: 1 Samuel 15:23 «porque como pecado de adivinación es la rebelión y como ídolos la obstinación», esta historia del libro de Samuel habla de una situación en la que el rey Saúl había recibido una orden muy específica y era destruir a Amalec y todo lo que él tenía, no podía dejar nada por ningún motivo, Saúl lo hace todo, sin embargo permite que el pueblo tome lo mejor del anatema, para sacrificarlo al Señor, cuando se encuentra con el profeta Samuel, se escucha que no viene solo, hay balidos de ovejas y bramidos de vacas que le acompañaban y Saúl le explica lo que pasó y finaliza diciendo “pero lo demás lo destruimos”, ese “pero” implica que algo no se había realizado completamente, que la obediencia había sido a la mitad, por tanto no era obediencia, era “rebelión”, por esa razón le explica diciendo que la rebelión es semejante al pecado de la adivinación.

Cuando hacemos lo que creemos que está bien, porque a nosotros nos parece correcto y no hacemos lo que Dios nos ha dicho de manera completa, estamos desobedeciendo, no podemos arreglar las cosas y hacer que parezcan buenas. En el corazón del hombre se guardan muchas cosas y solamente Dios conoce a fondo lo que hay dentro de nuestros corazones; la rebelión es muy sutil, muy fácil de esconderse, estos hombres no querían lo mejor del anatema para llevárselo a sus casas y guardarlo, lo querían para sacrificarlo al Señor, pero la orden que El Señor había dicho era “destruir todo”, es como decir en nuestros tiempos “¿Qué parte de TODO no hemos entendido? todo es todo. Tenemos que pedir al Señor y ser muy sinceros con nosotros mismos que en nuestro interior no haya rebelión oculta, haciendo lo que mejor nos parece, lo que aparentemente no es malo, lo que creemos que es lo correcto, pero que no es lo que Dios nos ha dicho en su totalidad, porque estaremos en pecado de desobediencia.

Entonces ¿Cómo podemos obedecer? ¿Cómo puedo sacar la rebelión de mi corazón? El Salmo 40:8 dice “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.” Cuando la ley de Dios está en medio de nuestro corazón, tenemos Su palabra como la brújula que guía el rumbo de nuestra vida y no permite que vayamos dando tumbos de un lado a otro sin destino, sino va marcando pautas claras en nuestro camino y por dónde debemos de ir. La forma en la que podemos caminar en obediencia en este camino hacia la meta es teniendo la ley del Señor en medio de nuestro corazón, si su palabra abunda en nosotros, será difícil para el enemigo engañarnos y para nosotros mismos también, porque el Espíritu Santo nos revelará por medio de Su palabra lo que estamos haciendo bien y cuando estamos desobedeciendo al Señor, nos ayudará a eliminar la queja cada vez más, a vivir en integridad y no en doblez de ánimo y a caminar lejos del pecado de la rebelión.

Así que hagamos un compromiso de obediencia al Señor y prosigamos hacia la meta.


Canción actual

Título

Artista