Comprometido en sobreedificar en mi vida (2ª parte)

Escrito por el 2 de marzo de 2023

Seguimos hablando de tener una vida de compromiso ante El Señor, ante los hombres y con nosotros mismos y parte de ese compromiso es la sobreedificación de nuestra vida, ya que el fundamento ha sido puesto que es Cristo Jesús, pero partiendo de allí la sobreedificación de cada uno es nuestra responsabilidad, Dios nos va dando la guianza correcta para hacer Su voluntad y poder edificar sabiamente en nuestra vida, pero algunas veces por las prisas del diario vivir, por la falta de tiempo, porque pensamos que tenemos mucha vida por delante, no edificamos valiosamente sino improvisadamente, aparentemente, vamos creciendo, pero cuando venga el fuego de la prueba, allí será realmente probada nuestra fe, nuestras obras y se sabrá si son de valor o son perecederas.

Todos sabemos que necesitamos ser probados, porque la prueba es parte del proceso que todos pasamos en la vida, cuando hemos estudiado algo, necesitamos pasar por la prueba que verifica nuestros conocimientos y así en cada situación, vamos siendo probados con el objetivo de que nuestro crecimiento sea cada día mejor y El Señor ve en nosotros que día con día vamos alcanzando esa madurez en Cristo hasta alcanzar la estatura del varón perfecto como dice Efesios 4:13 “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.

Entonces nuestra sobreedificación siempre va a ser probada, tarde o temprano el horno se calentará y si los materiales con los que hemos trabajado en nuestra vida son valiosos, ese fuego de prueba permitirá que seamos más valiosos aún después de pasar el proceso, pero si nuestros materiales han sido improvisados, conseguidos de forma fácil y sin dificultad, el fuego de la prueba los consumirá y se verá de qué realmente estamos hechos.

La palabra habla en el libro de 1 Corintios 3:12-13 dice “Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.” Así que hoy vamos a reflexionar en las tres primeras, oro, plata y piedras preciosas, para que podamos revisar y corregir la edificación que estamos realizando, porque estamos a tiempo de hacer cambios en nuestra forma de hacer las cosas para que podamos permanecer y nunca abandonar, a causa de la prueba.

EDIFICAR EN ORO – INTEGRIDAD: 1 Pedro 1:7 dice «para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo».

El oro es un metal considerado de alto valor, es un metal denso, suave, se adapta a cualquier situación, es perfectamente manejable, uno de los más manejables que hay, conservando su brillo y sin mancharse nunca, ni con el aire, ni con el agua. Es de gran resistencia, la temperatura de fusión del oro puro es de 1064,18 °C, lo que no soportaría cualquier otro material.

Cuántos de nosotros queremos tener en nuestro interior las características que tiene el oro, ser de alto valor, ser suaves, pero a la vez muy fuertes, manejables y moldeables para que Dios haga Su voluntad en nosotros, conservando siempre nuestro brillo, sin mancha, ser resistentes y ser cada día más valiosos. La única forma de lograrlo es a través del fuego de la prueba que purifica y limpia y hace que nos transformemos cada día un poquito más en lo que Dios quiere que seamos.

Edificar con oro no es fácil y sencillo, porque requiere de una vida de integridad esforzada, valiente y desacomodada, una vida de santidad, que busca y se deleita en la presencia de Dios, una vida en la que hay sacrificios y entrega a los demás, en la que el mundo no tiene ninguna importancia, una vida que está sujeta a la voluntad de Dios y permanece en ella por encima de todo, edificar en oro es quitar la tibieza del corazón, sin el doblez de ánimo, sin llevar una vida doble con un pie en el mundo y otro en El Señor, sin apariencia sino con integridad, solamente así lograremos sobreedificar en oro nuestra vida, siempre sobre el fundamento que es Cristo Jesús.

EDIFICAR EN PLATA – PALABRA DE DIOS: El Salmo 12:6 dice «Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces.» La plata se refina al ponerla al fuego y se vuelve líquida, así salen todas las impurezas, los expertos dicen que la mejor forma de saber si la plata está refinada completamente es cuando el platero puede ver su propia imagen en ella.La palabra del Señor es purificada 7 veces, por eso es verdadera y es fiel. El Señor quiere que sobre edifiquemos también con plata, ya que es también un metal muy preciado y cuya pureza es probada a través del fuego, si edificamos nuestra vida sobre el fundamento que es Cristo Jesús y sobreedificamos en plata, estamos edificando nuestra vida sobre Su palabra, descansando en sus promesas, confiando en Dios sobre todas las cosas y sabiendo en nuestro corazón que Él no fallará.

Dios quiere ser en nosotros como ese platero que puede ver su imagen reflejada en tu vida y en la mía, las pruebas y las adversidades van refinando nuestra vida, purificando nuestro corazón hasta que logremos ser más como Él.

EDIFICAR EN PIEDRAS PRECIOSAS – SABIDURÍA: «Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.» Proverbios 8:11
El diamante, la esmeralda, el zafiro y el rubí son los únicos minerales que se consideran piedras preciosas. Son minerales de gran belleza, duros y muy escasos, difíciles de encontrar por esa razón es que son muy preciados y de alto valor. También se les llama gemas, no son de origen vegetal, ni artificial, son piedras o sea son rocas muy duras y resistentes.

Las piedras preciosas también pueden pasar por el fuego, cuando una piedra preciosa pasa por el fuego, la piedra se calienta a temperaturas muy altas alrededor de 1600 grados centígrados, provocando el cambio de color de la piedra, las altas temperaturas pueden hacer que una piedra preciosa, que no tiene mucha vistosidad, cambie su color y se convierta en algo espectacular.

Las escrituras dicen que la sabiduría es mejor que las piedras preciosas, que los labios prudentes son como piedras preciosas y que la estima de la mujer virtuosa sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. Edificar nuestra vida con piedras preciosas es caminar en sabiduría, en prudencia, con nuestra mente sujeta a la voluntad de Dios y dispuesta a caminar en esa sabiduría que solamente puede venir a través del Espíritu Santo. Es difícil ser una persona sabia, es de gran valor y escaso de encontrar, pero cuando viene el fuego de la prueba la persona que camina sabiamente tomará decisiones sabias, actuará con prudencia, no se dejará llevar por sus temores, emociones o sentimientos.

Por esa razón la palabra de Dios dice que el fuego de la prueba revelará de lo que estamos hechos y que edifiquemos nuestra vida con oro, plata y piedras preciosas, ya que el fuego no puede destruir estos tres elementos, por el contrario el fuego hace que tengan más valor, que puedan ser transformados, moldeados y perfeccionados. Hagamos el compromiso de sobreedificar en nuestra vida siempre con ORO, PLATA Y PIEDRAS PRECIOSAS, integridad, palabra de Dios y sabiduría, y prosigamos hacia la meta.


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