Comprometidos con ayunar y actuar (3ª parte)

Escrito por el 8 de diciembre de 2022

El ayuno es parte de un compromiso que hacemos en nuestra vida para negarnos a nosotros mismos, para buscar al Señor, para hacer morir nuestra carne y que nuestro espíritu se ponga por encima de nuestra alma y cuerpo.

En la palabra de Dios aparecen historias impresionantes acerca de lo que El Señor hizo con su pueblo a través del ayuno, cada vez que ayunaban y disponían su corazón a buscar al Señor de una forma radical y determinante, levantaban un clamor delante de Dios para que les librara de sus enemigos, para que se movieran las cosas y El Señor les respondía con proezas y milagros.

Hoy hablaremos de 5 momentos en la historia en los que el ayuno fue clave para que el pueblo de Dios cambiara el curso de la historia y cada vez que recordamos estos tiempos, debemos recordar que tenemos el mismo Dios que ellos, que somos su pueblo y que si queremos realmente ver Su mano obrar en nuestras vidas y en nuestro alrededor, debemos tomar en serio el tema del compromiso con el ayuno.

EL AYUNO DE MOISÉS: Moisés conocido como el padre de la fe, fue un hombre que Dios usó para liberar a su pueblo de opresión de los egipcios y fue usado para guiar al pueblo de Dios para llegar hasta la tierra prometida, en el Monte Sinaí, Moises recibió las tablas de la ley de Dios, pero Moisés no fue solo en sus fuerzas a esa misión, él reconoció y entendió que debía tener una disposición más profunda y precisa para recibir esa dirección del Señor, fue un momento determinante en la historia recibir las tablas de la ley de Dios, y para ello Moises dice la palabra en Deuteronomio 9:9 “Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que Jehová hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua”.

Después de esos 40 días sin alimentos, ni bebida, Moisés estuvo listo para recibir la dirección de Dios que hasta el día de hoy sigue estando vigente en Su palabra. Necesitamos dirección, guianza, que Dios nos revele Su voluntad, comprometámonos con ayunar y luego actuar, porque después de ese tiempo, Moises estaba listo para presentarse ante un pueblo que estaba otra vez pecando y lejano al Señor.

EL AYUNO DE ESTER: El ayuno de la Reina Ester se dio en un momento crucial para el pueblo de Israel, se habia publicado un edicto para matar a todos los judíos, que no se arrodillaran ante Aman y el pueblo judío no iba a hacer, asi que Ester recibe un mensaje en Ester 4:15-17 dice «Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.

Entonces Mardoqueo fue, e hizo conforme a todo lo que le mandó Ester.» El ayuno que Ester propone nos muestra una mujer valiente que decidió tomar su lugar en la historia y la responsabilidad que tenía en sus manos para salvar a su pueblo. Vemos en Ester una mujer que no solo manda a su pueblo a ayunar, sino que ella también se involucra, en ese momento ella era la reina y con toda humildad doblega su corazón y su espíritu haciendo tres días y tres noches de ayuno.

Ester nos da ejemplo que no solo se trata de ayunar sino también actuar, pero antes de actuar, debemos ayunar y ella se puso en la brecha para clamar y buscar a Dios para que poderosamente interviniera en ese momento. Y así es como logra llegar al corazón del rey y Dios les libra de la muerte a un pueblo entero, a causa de un clamor con ayuno, oración, humildad, sabiduría y valentía.

EL AYUNO DE JESÚS: Jesús nos da otro ejemplo crucial, antes de comenzar su ministerio, él era Dios, pero también era hombre, podría estar apoyado o confiado en su naturaleza divina y no hacer un ayuno tan intenso antes de comenzar su trabajo, haciendo milagros y prodigios, hablando compartiendo de Dios y todo lo que venía hasta su muerte y resurrección, todo lo que pasaría en los próximos tres años, requería una preparación y Jesús lo hizo, en Lucas 4:1-2 dice “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.”

Lucas 4:14-15 “Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.” Antes de comenzar, antes de ser tentado, antes llevar a cabo la voluntad del Padre, Jesús ayunó, el Espíritu Santo le guío a hacerlo, Jesús también ayunó y luego actuó, es el mayor ejemplo de humildad, dependencia de Dios y de negarse a si mismo que podemos tener, si Jesús que era cien por ciento hombre y cien por ciento Dios en la tierra buscó apartarse y ayunar, cuánto más nosotros necesitamos tomar ese compromiso en nuestra vida.

EL AYUNO DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS: Los primeros cristianos no tuvieron una vida fácil, Jesús se había marchado y les tocó comenzar de cero en muchos lugares, llevar la palabra de salvación y el evangelio de Jesús a cientos de ciudades donde iban a ser rechazados, vituperados, apedreados, encarcelados y tantas cosas que vivieron mientras el mensaje de salvación llegaba a miles de personas, para esto ellos ayunaron en Hechos 13:3 dice “Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron.”

Los discípulos de Jesús y los primeros cristianos estaban claros de lo importante que era ayunar, se preparaban para tomar decisiones, para partir hacia lugares donde no sabían cómo serían recibidos, ellos estaban plenamente seguros que Dios les enviaba pero debían prepararse y luego actuar y así lo hicieron.

Entonces como vemos en estos 4 ejemplos, aunque hay muchísimos más en la palabra, el ayuno puede ser de muchas formas varios días, pocos días, de forma personal o grupal.

Necesitamos clamar al Señor porque los tiempos que vivimos son malos, son peligrosos, hay demasiada maldad y el enemigo no puede tomar ventaja, recordemos que el avivamiento de la iglesia comienza en el corazón de cada hombre y mujer dispuesto a clamar al Señor, buscar Su rostro, humillarse ante Él y sobre todo con disposición de conocer cuál es la estrategia que Dios quiere usar, según la batalla que le toca librar, para esto necesitamos hacer ese compromiso y comenzar a ayunar, para luego actuar.

Seamos sabios y no dejemos de lado este requisito tan importante para nuestra vida cristiana, pongámonos delante del Señor y hagamos un compromiso para ayunar, actuar y continuar en nuestro camino hacia la meta.


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