Comprometidos con el llamado de Dios

Escrito por el 6 de octubre de 2022

En nuestro camino hacia la meta, vamos a pasar por muchas etapas, tiempos, épocas y situaciones en los que vamos a replantearnos el llamado que Dios nos hizo día, por el cuál decidimos seguirle y por el cual seguimos adelante a pesar de las adversidades y de las cosas que a lo largo de la vida nos suceden.

Primeramente tenemos que reconocer que Dios nos ha hecho un llamado, somos parte de su pueblo escogido y por ese motivo, nuestra vida tiene un propósito, una meta, una razón de ser, es triste pensar que millones de personas en este mundo viven el día a día, sin tener claro por qué están viviendo y hacia dónde van.

La escritura dice en Efesios 1:4 “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él”, hay otra versión que es dice “Desde antes que formara el mundo, Dios nos escogió para que fuéramos suyos a través de Cristo, y resolvió hacernos santos y sin falta ante su presencia.” Nosotros hemos sido escogidos antes de la fundación del mundo, antes que todo existiera, Dios ya había pensado en nosotros, cómo seríamos y cómo sería nuestra vida, no somos un accidente o una casualidad, somo una obra perfecta hecha por Dios, escogidos por Él, Dios mismo nos tomó para sí y nos hizo suyos como dice esta escritura.

Entonces partiendo que somos de Dios y Él nos ha escogido, también tenemos un llamado, un llamamiento por parte de Dios para que podamos servirle y trabajar para la extensión de Su reino aquí en la tierra. La escritura dice en 2 Timoteo 1:9 “quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos”. Dios nos ha escogido y nos ha hecho un llamado, cada uno tenemos un propósito en este mundo algunos viven muchos años y otros viven poco, pero lo más importante es que se cumpla el propósito por el cual Dios nos ha creado y que podamos manifestar Su gloria aquí en la tierra.

Entonces el tema de hoy que es «Comprometidos con el llamado de Dios», es porque muchas veces vamos a tener obstáculos que van a querer interferir entre el llamado a hacer la voluntad de Dios y nuestra voluntad. A los largo del caminar cristiano siempre habrán, gigantes que se levantan, cosas que vemos que no nos gustan, que si las pensamos mucho o si dejamos que nos afecten, al final decidiremos erróneamente, abandonando el llamado que Dios no ha dado y dejando el camino de Su voluntad que es buena, agradable y perfecta.

Hay tres cosas que hoy quiero compartir que pueden desviarnos del llamado que Dios nos ha dado.

El pecado: Romanos 10:12-13 dice “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” Cuando llevamos tiempo en el caminar cristiano, podemos pensar que ya hemos alcanzado la madurez y que ya no hay nada que nos pueda hacer regresar, pero esta escritura es clara, si alguien piensa que está firme, mire que no caiga, ya que una de las cosas que nos puede apartar del compromiso a nuestro llamado es el pecado no es algo que ocurre de la noche a la mañana si no son cosas que vamos permitiendo y que poco a poco son como escalones hacia atrás hasta que cedemos y pecamos tenemos que estar muy atentos a mantener nuestra fe firme y guardarnos en santidad para no pecar.

La adversidad: la adversidad es otro obstáculo grande que se puede levantar en nuestro camino hacia la meta y puede desviarnos del llamado que Dios nos ha hecho, la palabra de Dios dice que muchas son las aflicciones del justo y que de todas ellas él nos va a librar, no promete que nunca pasaremos por el agua o por el fuego, promete que no nos quemaremos o no nos ahogaremos, pero la vida de todo cristiano está rodeada de gigantes, adversidades, cosas que tal vez no tienen sentido, pero es allí donde debemos permanecer y no abandonar el llamado que un día Dios nos ha hecho.

Los otros cristianos: la tercera cosa que nos puede desviar del llamado que Dios nos ha dado, parece increíble, pero pueden ser nuestros mismos hermanos, los otros cristianos, porque podemos ver actitudes, podemos ver acciones, cosas que nos pueden llevar a pensar que no es correcto hacer o que es injusto o que no es posible que alguien que tenga a Cristo en su vida haga esas cosas, pero es allí donde deben permanecer nuestros ojos puestos en Jesús, cada día, en cada ministerio, en cada trabajo, en cada lugar, en cada persona que tratamos, en casa situación, no debemos poner nuestros ojos en los hombres, si no hay Jesús por eso dice la escritura que lo veamos a Él por encima de cualquier circunstancia.

Así que si somos escogidos de Dios, somos suyos, tenemos un llamado, debemos cada esforzarnos por permanecer y cumplir con ese llamado y con el propósito que Dios ha diseñado para nuestras vidas,luchando cada día contra la tentación y el pecado, no dejando que la adversidad nos aparte de Su camino, sino entendiendo que pasaremos por muchas pruebas pero Él estará con nosotros y poniendo cada día nuestros ojos en Jesús, no en nadie más, ni en nada más, velando por nuestra propia vida y con gozo y alegría proseguir hacia la meta.


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