Conociendo las promesas de la humildad (3ª parte)

Escrito por el 2 de junio de 2022

“La vida es una larga lección de humildad” dijo un escritor con sabiduría, porque no es algo que aprendemos y ya lo tenemos asegurado, porque cada día Dios pondrá ante nosotros muchas situaciones y circunstancias en la que tendremos que decidir si actuamos en soberbia o actuamos en humildad.

Lo contrario a la humildad es la soberbia, esa forma de actuar que nos lleva a sentirnos superiores, que nos lleva a la arrogancia, a la altivez, a ver a otros con desprecio y a menospreciar su condición de vida, aunque la nuestra no sea la mejor.

En nuestro camino hacia la meta, no podemos caminar en soberbia, porque cuando somos soberbios vemos en nosotros cualidades superiores a las de otros y nos cuesta reconocer que los demás también tiene cualidades y virtudes, cuando tenemos soberbia se hará nuestra voluntad, cuando tenemos humildad en el corazón buscaremos siempre hacer la voluntad de Dios.

Cuenta la historia que un padre caminaba con su hijo, cuando el padre se detuvo en la curva y después de un pequeño silencio le preguntó: Además del cantar de los pájaros, escuchas alguna cosas mas? El hijo escuchó y le respondió: Escucho el ruido de una carreta. El padre le dijo que era el ruido de una carreta vacía. Y le preguntó el niño a su padre ¿Cómo sabes que es una carreta vacía? A lo que el padre respondió: Es muy fácil, cuanto más vacía está la carreta, mayor es el ruido que hace. Con los años el niño creció y siempre recordó esa anécdota en su relación con las personas y observó que cuando una persona hace mucho ruido, habla demasiado, interrumpe, es inoportuna, presume de sus posesiones o de sus cualidades, es cuando más vacía está. La humildad es callar y permitir que los demás descubran quiénes somos. Esta historia termina con una frase impresionante que dice: Nadie está más vacío que aquel que está lleno de sí mismo.

Entonces la humildad es una de las llaves que abre muchas puertas en la vida, no solamente abre las puertas en los corazones de las personas, sino también ante El Señor y también Él nos da promesas a través de vivir una vida en humildad.

Hoy vamos a ver tres preciosas promesas de vivir y caminar en humildad.

TENEMOS LA ATENCIÓN DE DIOS: Salmos 10:17 “El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído”. Siempre tenemos la atención del Señor sobre nosotros, pero la palabra dice que El Señor escucha el deseo de los humildades, dispone Su corazón y está atento Su oído, cuando hay humildad en nuestro corazón, Dios está allí al lado nuestro, el conoce nuestros anhelos, dispone Su corazón para brindarnos Su ayuda, él no cierra nunca su oído al clamor de los que caminan en humildad. Esta es una maravillosa promesa que nos debería hacer reflexionar a presentarnos siempre delante del Señor con un corazón lleno de humildad.

TENEMOS LA GRACIA DE DIOS: Santiago 4:6 dice “Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” La gracia es recibir un regalo sin merecerlo, tenemos la gracia de Dios sobre nuestras vidas a través del sacrificio que hizo Jesús, pero esta promesa habla que Él da mayor gracia, El Señor da gracia a los humildes, pero a los soberbios los resiste, queremos tener el favor y la gracia de Dios sobre nosotros, tengamos humildad en nuestros corazones, caminemos siempre en el camino de la humildad.

TENEMOS RECOMPENSA: Proverbios 22:4 dice “Riquezas, honra y vida Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.” Tres valores que no podemos pasar por alto RIQUEZAS, HONRA Y VIDA, son la remuneración o la recompensa de la humildad.

¡Riquezas! Cuántos de nosotros anhelamos tener riquezas, sobre todo riquezas espirituales, esas que no se corrompen, ni se dañan, ni se pierden. El que es humilde es un hombre rico, lleno de riquezas espirituales, lleno de abundancia que se refleja en un espíritu noble, apacible, refleja a Cristo en su vida, el hombre humilde tiene riquezas que nadie le puede robar, las riquezas de espíritu que nos mantienen firmes, sin tambalear ante cualquier circunstancia, nos dan solidez, madurez y sabiduría.

¡Honra! Cuánto no deseamos ser honrados, la palabra honra en el hebreo significa «peso», algo que vale, que tiene estima y gran precio. La honra es tener respeto y buena opinión de una persona. Cuando caminamos en humildad nuestra remuneración es la honra, porque a través de nuestra actitud sin arrogancia, sin orgullo y sin prepotencia ganamos el respeto, la buena opinión y el reconocimiento de ser diferentes.

¡Vida! Si queremos prorrogar nuestros días, seamos humildes… La humildad trae vida a nuestro interior, ya que en ella no hay complicaciones, no hay orgullo, no hay arrogancia, no hay enfados, dolor y frustración. La humildad nos da vida, esa vida de Cristo fluyendo en nosotros. El ser humilde da calidad de vida, trae libertad y tranquilidad, en la humildad no hay comparaciones con otros, no hay pleitos y discordias, no hay prepotencia y evitamos el desgastante deseo de tener siempre la razón.

Y así hay muchas promesas que si buscamos en la biblia encontraremos que EL Señor atiende al humilde, hermosea a los humildes con su salvación, veremos que los humildes crecerán en alegría delante del Señor, que Él consolará a los humildes, los guardará y los saciará, son sus promesas y Dios siempre cumple sus promesas.

Caminemos en humildad delante del Señor, delante de los hombres, recordemos esas promesas que Dios nos da al caminar en humildad, tengamos muy presente cada una de ellas, para que cuando la arrogancia o la soberbia toquen a nuestra puerta, podamos cerrarles y no dejarles pasar. Así conociendo las promesas de la humildad, prosigamos hacia la meta.


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