Contando mis días

¿Cómo son nuestros días? Si tuviéramos que explicar por escrito, con un video o con imágenes, cuál sería el tema central de cada uno de nuestros días? Nuestro trabajo, nuestra familia, nuestro ministerio, nuestros pensamientos, nuestra tristeza, nuestros afanes, el pasado, el futuro o una persona específicamente?

¿Qué imagen central ocupa nuestros días, cuáles son nuestros pensamientos al despertar y cuáles son los últimos antes de dormir?

En nuestro camino hacia la meta vamos viviendo el día a día, algunos días son más claros y llenos de sol, otros días son más grises y oscuros, pero todos tenemos la posibilidad ante nuestros ojos de vivir cada semana, días de 24 horas. ¿Cómo vivimos nuestros días?

En el Salmo 90 podemos encontrar la oración de Moises donde nos muestra la eternidad de Dios y la transitoriedad del hombre en el verso 12 dice “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.” Y es que algo especial ocurre en nuestro corazón cuando contamos nuestros días, quizás algunos tienen 20 ó 25 años y piensan que tienen mucha vida por delante, otros que ya tenemos muchos años más, ya vamos viendo que nuestra vida se está haciendo cada vez más corta, que ya no nos queda mucho por delante, pero aún si contamos el número de días que puede vivir una persona desde que nace, viviendo 80 años, esa cantidad se reduce a 29,200 días, ya no es tanto tiempo y más si pensamos que cada día no es un día más, sino un día menos que nos queda en este mundo.

No es para vivir con la preocupación de que el fin de nuestros día se acerca, pero si dice la palabra que trae al corazón sabiduría el estar plenamente conscientes que no estamos para siempre en este mundo, sino que estamos de paso, que este no es nuestro lugar eterno, sino sólo temporal, porque nuestro verdadero hogar está en la eternidad y como sean nuestros días aquí, dependerá dónde pasaremos esa eternidad.

Y hoy quisiera compartir 4 de los versículos que encierra la riqueza del Salmo 90, como decía antes, es la oración de Moises y estos versículos nos pueden ayudar a proseguir hacia la meta, con más conciencia de los días que vivimos y por eso trae sabiduría al corazón el contar cada uno de ellos, porque cada día cuenta.

UN DÍA NO ES UN DÍA PUEDEN SER MIL AÑOS: Salmo 90:4 dice “Porque mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche.” ¿Cómo vivimos el día a día? Si pensamos solamente en nuestros días de forma general, podemos vivir hasta un poco aburridos de la rutina, de hacer lo mismo cada día, ver que no hay cambios, pero si leemos la palabra veremos, en este versículo que delante de los ojos del Señor mil años son como el dia de ayer que pasó.

En un momento pueden pasar las cosas que creemos más imposibles, puede ser que este día, para El Señor sean como mil años, los vamos desperdiciar? Vamos a vivirlos sin ánimo, sin fuerzas o quizás peor, pecando y haciendo lo que no es grato a los ojos del Señor? Para proseguir a la meta debemos contar nuestros días, sabiendo que el día de hoy es muy importante y mañana hacemos lo mismo.

TODO PASA: Salmo 90:6 dice refiriéndose a nuestros días “En la mañana florece y crece; a la tarde es cortada, y se seca.” Cada día de grandeza, de gloria de éxito es como la hierba que en la mañana florece y crece, podemos vivir días de gloria, días que no quisiéramos que terminaran nunca, pero estos pasarán, así mismo los días de fracaso, de dolor, de tristeza también terminan, son como esa hierba que por la tarde es cortada y se seca.

Los días que vivimos son como la hierba, no existe una forma mágica en la que podamos desaparecer un mal día o prolongar un día de victoria, cada día es importante pero pasa y termina, tanto la victoria como la derrota, si contamos nuestros días traeremos al corazón sabiduría para ver que tanto lo uno como lo otro pasarán, prosigamos hacia la meta con el corazón entendido que todo pasa.

NUESTRO DÍAS SON UN PENSAMIENTO: Salmo 90:9 dice “Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento.” Si los años son como un pensamiento, nuestros días son mucho menos que eso, un pensamiento es algo pasajero, según estudios científicos podemos llegar a tener hasta sesenta mil pensamientos en un solo día, la escritura dice que acabamos nuestros años como un pensamiento, aquí no se refiere a días sino a años.

Un año con sus 365 días pasan como un pensamiento, un corto momento de tiempo, temporal fácil de eliminar, cuando pensamos así, no merece la pena el afanarnos tanto por las cosas materiales, las preocupaciones y los problemas, porque realmente si pensamos ahora mismo qué hice el año pasado, tendríamos que detenernos a recordar, porque todo pasa y aunque fueron muchos momentos vividos, al final terminan siendo como un pensamiento.

LA CLAVE SACIARNOS DE SU MISERICORDIA CADA MAÑANA: Salmo 90:14 dice “ De mañana sácianos de tu misericordia, y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.” Si cada mañana vamos a la fuente de vida que es nuestro Señor jesús y nos saciamos con su misericordia, entonces cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días, sean muchos o sean pocos, sean días de sol o días grises, si nos saciamos con Su misericordia nos alegraremos todos nuestros días.

No podemos vivir un día y otro sumidos en los afanes de este mundo, perdiendo el gozo porque no tenemos todo lo que queremos o porque no estamos donde quisiéramos o porque no somos lo que quisiéramos ser, alegrarnos en el hoy porque es con lo único que contamos, porque el pasado ya pasó y el mañana ahora no ha llegado, el día que tenemos es hoy, así que pidamos al Señor sabiduría para proseguir a la meta, saciandonos de su misericordia cada mañana y así nos alegraremos todos nuestros días.

Contar nuestros días trae sabiduría al corazón y nos permite ver cada día como un regalo de Dios, como una caja con 24 cajitas adentro que vamos abriendo cada hora y de nosotros depende cómo las viviremos, si las aprovecharemos y si nos ayudarán a permanecer en el camino y llegar un día a la meta que El Señor nos preparado.

Así que contando nuestros días prosigamos hacia la meta.