Deseo de transcender
Escrito por Daniel Valuja el 18 de junio de 2024
El gobierno chino inició en 2018 uno de los proyectos de ingeniería más audaces y visionarios de la historia: la construcción de una ciudad en medio del desierto, capaz de albergar a 200 millones de personas en el futuro. Este proyecto monumental se desarrolla en la región desértica de Junggar Basin, en Xinjiang, al noroeste de China.
Ingeniería Hidráulica de Vanguardia
Para transformar este árido desierto en una metrópolis habitable, el proyecto incluye la construcción de embalses y una extensa red de conductos acuíferos subterráneos. Estos sistemas están diseñados para almacenar y transportar agua proveniente del deshielo y las inundaciones, vitales para crear un entorno habitable en la región desértica. Hasta 20 tuneladoras trabajan incansablemente, día y noche, bajo el suelo para completar este sistema subterráneo, que se extenderá casi 1.000 kilómetros.
Tecnología de Inteligencia Artificial al Servicio de la Ingeniería
El proyecto enfrenta desafíos logísticos significativos, con una constante actividad de vehículos de transporte cargados de escombros y materiales de construcción. Inicialmente, la organización de este flujo de tráfico subterráneo recaía en manos humanas, lo que causaba frecuentes atascos y retrasos. Sin embargo, desde abril del año pasado, la gestión de este tráfico ha sido gradualmente asumida por una inteligencia artificial. Según informes del South China Morning Post (SCMP), esta transición ha duplicado el flujo de tráfico, incrementado la velocidad media en un 10% y reducido drásticamente la probabilidad de accidentes.
Una Nueva Capital para una Nueva Era
Este ambicioso proyecto de ciudad en el desierto no solo se trata de innovación tecnológica y desarrollo urbano. Podría estar vinculado a una estrategia política más amplia. Un estudio encargado por el gobierno chino sugirió el establecimiento de una segunda capital en Xinjiang, basándose en la observación de que los periodos de mayor prosperidad y poder en la historia de China han coincidido con la existencia de dos capitales. Esta propuesta, que recuerda la creación de una ciudad futurista en el desierto saudí por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, apunta a un deseo de Pekín de emular y superar modelos de desarrollo urbano innovador a nivel global.
Conclusión
La construcción de esta ciudad en el desierto de Xinjiang representa un esfuerzo sin precedentes en ingeniería, logística y planificación urbana, respaldado por la última tecnología en inteligencia artificial. Este proyecto no solo tiene el potencial de transformar un desierto inhóspito en una metrópolis floreciente, sino también de marcar un nuevo capítulo en la historia de China, consolidando su poder y prosperidad en el siglo XXI.