Efesios 3: El mensaje a los gentiles
Escrito por Amigos en Radio Solidaria el 25 de septiembre de 2023
Éste es el último capítulo de la sección doctrinal de esta epístola. Hemos aprendido que la iglesia es un cuerpo, y que la iglesia es un templo. Ahora veremos que la iglesia es un misterio. Vamos a tener algunas consideraciones preliminares para explicar qué queremos decir con la expresión «la iglesia es un misterio». Ha habido cierta confusión con respecto a que la iglesia sea un misterio.
En un sentido, un misterio es algo que no había sido previamente revelado, pero actualmente es puesto de manifiesto. Un expositor llamado Moffat tradujo el término misterio como «un secreto divino», y otro llamado Weymouth usó la palabra «verdad», Nos agrada la expresión «secreto divino». Un secreto divino es algo que Dios no había revelado hasta cierto momento.
Ahora, Él está dispuesto a revelarlo. Hay dos puntos de vista extremos en relación con el misterio de la iglesia. Un grupo va al extremo de ignorar las claras afirmaciones del apóstol Pablo de que la iglesia no es una revelación del Antiguo Testamento. Ellos consideran a la iglesia como una continuación de Israel. Ésta es conocida como la teología del pacto. Se apropian de todas las promesas que Dios hizo a Israel y las aplican a la iglesia. Por ejemplo, una Biblia de Estudio con notas editada por proponentes de la teología del pacto, en los libros de los profetas del Antiguo Testamento, incluyen el siguiente título para algunos de los capítulos: «Bendiciones para la iglesia». Otros capítulos presentan el título «Maldiciones para Israel».
Resulta interesante observar que bajo este punto de vista, la iglesia recibe todas las bendiciones, e Israel, todas las maldiciones. La verdad es que tanto las bendiciones como las maldiciones tendrían que aplicarse a Israel. El otro grupo coloca un énfasis indebido en las siguientes declaraciones de Pablo: por revelación me fue declarado el misterio y mi conocimiento en el misterio de Cristo, y ellos tratan el misterio como una revelación peculiar para Pablo. Éste punto de vista es conocido como el hiperdispensacionalismo. Como resultado, ha existido la práctica perniciosa de cambiar el comienzo de la iglesia para alguna fecha posterior a Pentecostés.
En esta escala móvil se han sugerido varias fechas, y cuando una de ellas ha resultado insostenible, se ha sugerido otra. Esta alegación a un conocimiento superior ha generado cierto orgullo espiritual. Tenemos que decir que la iglesia no fue revelada específicamente en el Antiguo Testamento. Y cuando fue revelada, dicha revelación no fue limitada al apóstol Pablo. Cierto profesor bíblico, en una oportunidad, dijo que la Iglesia había comenzado allá en el jardín de Edén. Pero la iglesia no está en el Antiguo Testamento. Por otra parte, uno tiene que admitir que algo ocurrió en el día de Pentecostés.
El Espíritu Santo comenzó a formar el cuerpo de los creyentes. Y ese proceso continuará hasta que Él tome a la iglesia y la quite de este mundo, hemos sido sellados con el Espíritu Santo de Dios hasta el día de la redención. Es decir, hasta el día en que seamos quitados de este mundo y presentados a Cristo.