En el centro de su voluntad

Escrito por el 28 de abril de 2022

Una de las verdades más grandes que puede existir en la vida de todo cristiano es saber que cuando caminamos haciendo la voluntad de Dios, siempre vamos estar seguros.

En nuestro camino hacia la meta, caminar en el centro de la voluntad del Señor debería ser la prioridad de nuestra vida y revisar continuamente si estamos caminando en esa misma dirección o si nos estamos apartando poco a poco de ella.

La voluntad de Dios es un misterio para el hombre y en la palabra de Dios vamos a encontrar que en todas las historias, siempre los hombres y mujeres que caminaron haciendo Su voluntad, fueron prosperados, no se evitaron sufrimientos, pero si llegaron a la meta, peleando la buena batalla de la fe, pero todo esto lo lograron haciendo vida una frase “hacer la voluntad de Dios”.

Parece algo muy sencillo, pareciera que no cuesta nada, pero al mismo Jesús le fue difícil, más no imposible cumplir la voluntad del Padre, pero él mismo en su carne, llegó a decirle “que no se haga mi voluntad, sino la tuya”.

Cientos de veces a lo largo de nuestra vida nos vamos a ver en esta encrucijada, ¿hago mi voluntad o hago la voluntad del Señor?, el problema es que algunas veces podemos creer, suponer o asumir que algo es la voluntad de Dios y realmente no lo es, puede parecer muy parecido a lo que es Su voluntad, pero el final del camino es diferente.

Hace 26 años en junio de 1996, un pequeño error de software convirtió un lanzamiento espacial en carísimos fuegos artificiales, todo sucedió en segundos, el majestuoso cohete Ariane 5, fabricado por la Agencia Espacial Europea realizaba su vuelo inaugural, los técnicos realizaron la cuenta atrás, se encendieron los propulsores y el gigantesco ingenio espacial comenzó a elevarse por los cielos.

A los pocos segundos dio la impresión de estarse inclinando hacia abajo de forma extraña, para un instante después hacer un quiebre descontrolado y explotar en mil pedazos. La explicación fue que el software o programa de lanzamiento tenía unos números equivocados, un “bug” como le llaman los informáticos, 3 o 4 números fuera de lugar que provocaron un comportamientos inesperado y pérdidas millonarias, así como un largo tiempo de trabajo que en segundos se destruyó.

Este ejemplo tan sencillo nos enseña que todo puede ir bien, pero hacer algo parecido a lo que es la voluntad de Dios, pero no ser exactamente eso, puede desviarnos a kilómetros de lo que era realmente el plan de Dios o lo peor, destruir nuestra vida y perder completamente nuestra salvación.

Hoy quiero compartirte 3 claves que la palabra de Dios nos da para poder caminar en el centro de la voluntad de Dios y no en nuestra propia prudencia cometiendo el error de alejarnos de lo que Dios quiere para nuestra vida.

HUMILDAD PARA ESCUCHAR: Proverbios 4:20 dice “Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. Proverbios 5:1 dice “Hijo mío, está atento a mi sabiduría, Y a mi inteligencia inclina tu oído”, en estos versículos habla de inclinar nuestro oído, inclinar es el gesto de bajar hacia determinado lugar, tener preferencia o tendencia a algo, a eso se refiere inclinar nuestro oído, para escuchar se requiere humildad, estar dispuestos a darnos cuenta que quizás nos estamos equivocando, humildad para reconocer que lo que pensamos era la voluntad de Dios no lo es y humildad para redireccionar nuestros planes y alinearlos a los del Señor. Para hacer la voluntad de Dios necesitamos humildad, sometiendo nuestros anhelos y deseos, para que los planes del Señor puedan cumplirse y sus planes podemos estar seguros que siempre serán de bien y no de mal para nuestra vida.

ABUNDAR EN LA PALABRA DE DIOS: Salmos 40:8 dice “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.” hay otras versiones que dicen “tu ley está dentro de mi corazón, tus enseñanzas están escritas en mi corazón, tu palabra la llevo dentro de mí”, este salmo dice que el hacer la voluntad de Dios ha sido su agrado, ha sido algo placentero, no un castigo o algo feo, y esto es porque la palabra del Señor está en medio del corazón. ¿Cuánto leemos la palabra de Dios, cuánto sabemos de ella, cuánto meditamos en ella?

Cuando la palabra de Dios vive dentro de nuestros corazones, va a ser mucho más fácil entender y aceptar lo que es la voluntad de Dios para nuestras vidas, quizás tomemos por una decisión, pero en el camino o antes, saltarán nuestras alarmas, porque veremos o escucharemos cosas que no se alinean a Su palabra y por lo tanto, tampoco serán la voluntad de Dios.

Debemos leer la palabra, meditar en ella cada día, para que cuando tengamos que tomar decisiones, podamos escuchar mejor la voz de Dios, tendremos nuestro oído afinado al de Él y no será fácil para el enemigo engañarnos con algo que parece la voluntad de Dios y no lo es.

PEDIR DIRECCIÓN AL ESPÍRITU SANTO: Juan 16:13 dice “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” Solamente a través de la guianza del Espíritu Santo podremos ser guiados a toda verdad, él nos hará saber las cosas que han de venir.

El Espíritu Santo vive en nosotros, está en esta tierra, fue enviado después que Jesús subió al cielo, su función principal es ser consejero, ayudador, consolador, solo el Espíritu santo nos va a guiar a toda verdad en nuestra vida, nos va a guiar a lo que realmente nos conviene, nos va redireccionar si hemos tomado el camino equivocado, así como un GPS nos posiciona, nos indica el camino y nos redirecciona para llevarnos a nuestro destino.

Entonces recordemos que nuestra vida es una, no tenemos segundas oportunidades y decir, si no sale bien, tengo otra vida para mejorar, recordemos que los errores pequeños, por más insignificantes que parezcan, pueden provocar grandes pérdidas o destrucción, el camino hacia la voluntad de Dios es uno, no tiene atajos, no tiene otros caminos.

Recordemos que si queremos caminar en el centro de la voluntad de Dios debemos tener humildad en el corazón para reconocer que podemos estar equivocados, necesitamos Su palabra que nos hable cada día y necesitamos al Espíritu Santo que es el único que nos guiará a toda verdad.

Esforcémonos, no lo tomemos a la ligera, en el centro de la voluntad de Dios prosigamos hacia la meta.


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