En los valles (1ª parte)

Escrito por el 24 de febrero de 2022

Antes de comenzar, debemos recordar que los valles, en la palabra de Dios simbolizan los tiempos difíciles, tiempos en los que para llegar al otro lugar alto, debemos descender, generalmente un valle es un terreno llano, rodeado de montañas, lugares más altos, un lugar donde generalmente NO hay cuevas ni protección, porque se está al descubierto.

Así que en la vida los valles son inevitables, porque son parte de la vida misma, tenemos temporadas en las que estamos arriba, pero si queremos llegar al otro lado y volver a estar arriba, inevitablemente, debemos descender, cruzar y volver a subir.

La palabra de Dios habla de muchos momentos en el que el pueblo de Israel tuvo que pasar por valles, existen muchos valles en la biblia por ejemplo está el valle de la culpa, el valle de sombra de muerte, el valle de los huesos secos, el valle de lágrimas, el valle de los gigantes, el valle de la decisión y algunos otros.

Lo importante es que en nuestro camino hacia la meta, debemos saber, que aunque pasemos por esos valles, no son el lugar eterno donde vamos a permanecer, son solo un tiempo de transición entre un lugar en alto y otro, por eso mismo el título de hoy en los valles prosigo a la meta, no me detengo.

Y aunque los valles suelen ser temporadas duras y difíciles, la palabra de Dios nos habla tan claramente y de forma tan preciosa, que Dios estará con nosotros en todo momento 1 Reyes 20:28 dice “Así dijo Jehová: Por cuanto los sirios han dicho: Jehová es Dios de los montes, y no Dios de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo soy Jehová.”

En esta historia los sirios estaban seguros que tomarían al pueblo de Israel en el valle, porque el Dios en el que Israel confiaba, solo estaba en los lugares más altos, pero no es así Dios es DIos de montes, de momentos altos, perfectos, gloriosos, victoriosos y de bendición y es Dios de valles, de momentos y tiempos de aflicción de decisión, de muerte, de angustia, de dolor, El Señor está con nosotros en los montes y en los valles, esto lo tenemos que tener muy presente, porque aunque si hoy quizás estamos en un tiempo de montes, puede ser que en breve estemos en un valle o quizás muchos estamos pasando por distintos valles, pero tenemos que estar seguros, que El Señor está allí.

Los valles en nuestra vida pasan, enfermedad, soledad, ansiedad, incertidumbre, duda, escasez, opresión, tristeza, dolor físico o de algún tipo, siempre podemos pasar por un valle pero lo importante no es el valle en sí, sino cómo lo vamos a cruzar, porque en los valles aprendemos mucho, Dios se perfecciona en esa debilidad y nos da como una clase completa en la que podemos crecer, madurar, mejorar nuestra vida espiritual y salir victoriosos.

Por eso hoy quiero compartirte 3 cosas que El Señor nos enseña en los valles, a lo largo de mi vida he tenido que pasar por muchos valles y sigo pasando, todo cristiano pasa por allí, y hay muchas cosas pero hoy quiero compartirte 3:

APRENDEMOS A DEPENDER DE DIOS: Deuteronomio 11:11 La tierra a la cual entráis para poseerla, tierra de montes y valles, que bebe el agua de las lluvias del cielo. En estos valles no hay otro tipo de agua, la tierra da su fruto esperando la lluvia del cielo, hay valles donde hay estanques pero la mayoría no tienen, entonces para beber hay que esperar la lluvia del cielo. Los valles nos llevan a esos momentos de dependencia total del Señor, cuando estamos arriba tenemos mucha independencia, pero Dios nos lleva al valle para enseñarnos a depender de Él a no caminar en nuestra propia prudencia, a esperar su lluvia, su bendición, que nos refresque y nos traiga agua de vida.

ENFRENTAMOS GIGANTES: 1 Samuel 17:2 y 4 También Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla contra los filisteos. Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos. Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo.”

Los valles son esos lugares impresionantes en los que no hay para donde huir, la batalla entre David y Goliat fue en el valle de Ela, allí salió como dice la escritura del campamento de los enemigos un gigante, en los valles enfrentamos gigantes, se levantan cosas tremendas, con las que Dios quiere que peleemos pero también que venceremos, si hemos visto alguna vez una película de la época medieval, veremos que los enfrentamientos principales se dan en los valles, pero allí está El Señor con nosotros para darnos la victoria sobre nuestros gigantes. ¡No temeremos!

CONOCEMOS EL GOZO DE DIOS: Salmo 84:6 dice “Cuando pasa por el valle de las Lágrimas lo convierte en región de manantiales; también las lluvias tempranas cubren de bendiciones el valle.” En la profundidad del valle podemos hundirnos y pensar que allí hemos sido olvidados, o podemos descubrir lo que es el gozo de Dios, la escritura dice un verso antes “Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos.”

Cuando ponemos nuestras fuerzas en Dios, durante el valle que tendría que ser de lágrimas, este puede convertirse en un lugar de manantiales y de bendición, podemos conocer lo que es el gozo de Dios, que no depende de lo que está pasando a nuestro alrededor sino vino de Él, es como un manantial que empieza a brotar en nuestro corazón, tenemos paz, estamos alegres, podemos sonreir, no tenemos ningún motivo porque todo sigue igual, pero en ese valle Dios nos enseña lo que lo que en los lugares altos no podemos descubrir, el verdadero gozo.

Así que recordemos los valles no son para morir, ni para permanecer allí, mientras los cruzamos, Dios nos enseña a depender de Él, nos enseña a pelear con nuestros gigantes y salir victoriosos y conocemos lo que es el verdadero gozo de Dios, ese que no se comprar, ni se consigue en ningún lugar, solamente atravesando el valle y viendo cómo Su mano libra del mal, Su presencia nos acompaña y Su poder se perfecciona en nuestra debilidad.

En medio de los valles que cada uno tengamos que cruzar, prosigamos hacia la meta.


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