¿Enfermamos por el frío?

Escrito por el 30 de octubre de 2023

Llega la Navidad, y con ella, el frío, las lluvias y la nieve. A pesar de lo preciosa que puede quedar una fotografía en medio de una ventisca o la visión de una familia reunida bajo una lumbre, está claro que las temperaturas bajas afectan a nuestra salud de muchas formas y suponen un desafío fisiológico. Seguro que en estas fechas te duele más la garganta y tienes más mocos, por lo que te harás la siguiente pregunta: ¿pasar frío enferma?

Que las bajas temperaturas se acompañan de gripes y resfriados es de conocimiento popular. De todas formas, las bases científicas que vinculan estos hechos se alejan bastante a la preconcepción que la mayoría de la gente tiene. Si quieres descubrir la relación entre el frío y la enfermedad, sigue leyendo.

Gripes, resfriados y su pico de incidencia

La gripe es una enfermedad infecciosa aguda de las vías respiratorias (nariz, garganta y pulmones) causada por el Influenzavirus A o el Influenzavirus B. Cursa con síntomas como fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolor muscular, mareos, pérdida de apetito, dolor de garganta e indisposición general. Por otro lado, el catarro o resfriado común está causado por varios tipos de virus (rinovirus, coronavirus, adenovirus y más) y su sintomatología es algo más leve. El catarro no suele presentarse con fiebre y la indisposición general es menor.

Aunque estas infecciones sean distintas, tienen un punto en común muy claro: ambas aumentan su presencia en la población general durante los meses más fríos del año. Estos cuadros víricos alcanzan picos epidemiológicos en invierno, en caso del hemisferio norte, de octubre a abril. Sin ir más lejos, el catarro es responsable de un 40% del absentismo laboral y un 30% de las ausencias escolares. Un adulto se acatarra de 2 a 6 veces al año, mientras que un niño lo hace de 6 a 10.

Los patrones epidemiológicos de los virus que afectan a las vías respiratorias están más que claros. De todas formas, encontrar las causas de estos “picos” no es tan sencillo como en un principio podría parecer.

¿El frío enferma?

La respuesta resumida es clara: no, el frío no enferma. El hecho de que una persona salga poco preparada a la calle o se moje demasiado durante un día frío y lluvioso no causa enfermedad por sí solo. Esto puede favorecer la aparición de otras condiciones (como sabañones o hipotermia), pero para que exista una gripe o catarro tiene que haber una infección, y para que exista una infección se tiene que dar una transmisión vírica.

De manera aislada, la lluvia y el frío no transmiten patógenos. De todas formas, las condiciones ambientales sí podrían favorecer que los virus y bacterias “salten” de una persona a otra. Vemos los posibles desencadenantes de esto en las siguientes líneas.

1. Las personas se aglomeran más durante los meses más fríos

En Navidad y en invierno, los humanos tendemos a juntarnos más en espacios cerrados, ya sea para protegernos del frío, para pasar tiempo con los seres queridos o ambas cosas a la vez. El contacto cercano favorece la transmisión de virus, pues el recorrido que tienen que hacer los patógenos al salir de un cuerpo infectado a través de tos-estornudo hasta llegar a las vías respiratorias del nuevo huésped es menor.

Por otro lado, también hay que destacar que en los momentos fríos solemos cerrar las puertas y las ventanas de la casa. Esto fomenta que las partículas con virus permanezcan más tiempo en suspensión en el ambiente, lo que facilita la infección. El cambio conductual en el ser humano es uno de los principales candidatos a la hora de explicar el por qué la gente enferma más cuando hace frío.

2. Las condiciones invernales favorecen la supervivencia de los virus

Estudios estiman que los días especialmente fríos y secos favorecen la transmisión de los virus causantes de la gripe. A unos 6 °C ambientales con humedad relativa muy baja, el influenzavirus es capaz de sobrevivir por más de 23 horas en el entorno. Por otro lado, si la temperatura aumenta a 32 °C y la humedad sube mucho, el virus no supera una hora fuera de su reservorio natural (el ser humano).

Más allá de la supervivencia del virus, la humedad alta hace que haya un mayor número de partículas de agua en suspensión en el aire, lo que podría dificultar el avance de los virus de una persona a otra. En resumen: los días fríos y secos son ideales para que los patógenos se transmitan, al menos en el caso de la gripe.

3. Fallos del sistema inmunitario y barreras biológicas

La mayoría de los agentes patógenos causales del catarro se replican en las fosas nasales. El hecho de que esta parte de nuestro cuerpo esté más fría y reseca durante el invierno podría disminuir la eficacia de las barreras biológicas naturales y facilitar la replicación vírica. La falta de exposición al Sol (y por tanto, de vitamina D) podría debilitar al sistema inmunitario general, pero esto no está tan claro como los puntos anteriores y se requieren mayores evidencias científicas.

En resumen: el frío no enferma por sí solo si hablamos de infecciones del tracto respiratorio, pero las condiciones ambientales invernales sí que pueden favorecer la transmisión de patógenos de una persona infectada a otra. En este punto, recordamos que la mejor prevención es mantener hábitos higiénicos y, si es necesario, vacunarse frente al virus de la gripe.


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