Imperios globales

Escrito por el 27 de marzo de 2023

Es posible que hayas oído hablar del Grace Hopper, un enorme cable submarino que conectará España, Estados Unidos y Reino Unido. O del 2Africa, cuya misión es unir África, Asia y Europa. En ambos casos, estas megaconstrucciones llegan a las costas de nuestro país.

Pero, ¿qué son los cables submarinos? Se trata de ‘tuberías’ que cruzan los océanos de todo nuestro planeta y principalmente se encargan de transportar el oro de hoy en día: datos. Según las últimas estimaciones, el 98% de todo el tráfico internacional de Internet viaja a través de ellos.

A principios de 2023, TeleGeography, una firma de consultoría e investigación de mercado de telecomunicacione, cifraba en cerca de 1,4 millones los kilómetros de cables submarinos en funcionamiento en todo el mundo. Esta misma empresa dice que actualmente hay 552 —contando los que están activos y también los que están planificados—. Si bien, advierten, este número cambia constantemente a medida que entran en servicio nuevos y se retiran de servicio los más antiguos.

Ninguno de ellos es igual: algunos son muy cortos, como el cable que va de Reino Unido a Irlanda que mide 131 kilómetros; y otros son inmensamente largos, como el que une Asia y América, que tiene 20.000 kilómetros. 

¿Cómo funcionan los cables de datos?

Los cables submarinos modernos utilizan tecnología de fibra óptica. Los láseres en un extremo disparan a velocidades extremadamente rápidas a través de fibras de vidrio delgadas hasta los receptores en el otro extremo del cable. Estas fibras de vidrio están envueltas en capas de plástico —y, a veces, alambre de acero— para su protección.

Durante la mayor parte de su viaje a través del océano, un cable suele ser tan ancho como una manguera de jardín. Los filamentos que transportan las señales de luz son extremadamente delgados, aproximadamente del diámetro de un cabello humano.

Estas fibras están envueltas en unas pocas capas de aislamiento y protección. Los cables tendidos más cerca de la costa emplean capas adicionales de blindaje para una mayor protección.

¿De qué se componen y cómo se despliegan?

Como decíamos, se trata de infraestructuras consistes en un núcleo de fibra óptica recubierto y protegido por capas de cobre, policarbonato, aluminio, acero y polietileno. Su objetivo es sencillo: permitirnos estar conectados a Internet desde cualquier punto de la Tierra.

La instalación de un cable submarino es bastante compleja, pero podríamos resumirla en tres pasos. El primero sería el sondeo previo, es decir, analizar los fondos marinos mediante cartas y estudios con barcos especializados para definir exactamente por dónde debe discurrir el cable y qué características —longitud, protecciones, etc.— debe tener.

Una vez esto está definido, se pasa a la etapa de fabricación: en centros especializados y normalmente cerca de un puerto, se manufactura el cable personalizado, ya que no existen dos cables iguales.

Por último, se carga el cable en un barco y se procede a su despliegue. En las zonas cercanas a la costa se entierra o protege el cable, puesto que es donde más riesgos existen, y a partir de los 1.000 metros de profundidad el cable se tiende sobre el lecho marino.

Ejemplo de perfil de lecho marino de ruta de cable transatlántico.
Ejemplo de perfil de lecho marino de ruta de cable transatlántico.

¿Cuánta información puede llevar un cable?

Las capacidades de los cables varían mucho. Por lo general, los cables más nuevos pueden transportar más datos que los cables instalados hace 15 años. El cable MAREA, por ejemplo, es capaz de transportar 224 Tbps. 

Hay dos formas principales de medir la capacidad de un cable.

  • La capacidad ‘potencial’ es la cantidad total de capacidad que sería posible si el propietario del cable instalara todo el equipo disponible en los extremos del cable.
  • La capacidad ‘iluminada’ es la cantidad de capacidad que realmente se ejecuta a través de un cable. Esta cifra simplemente proporciona otra métrica de capacidad. Los propietarios de cable rara vez compran e instalan el equipo de transmisión para aprovechar al máximo el potencial de un cable desde el primer día. Debido a que este equipo es costoso, los propietarios prefieren actualizar su cable gradualmente, según lo dicte la demanda del cliente.
Los cables submarinos permiten que haya un Internet global.
Los cables submarinos permiten que haya un Internet global.

¿Cómo se reparten por todo el mundo?

Para que entendamos mejor su presencia, esta compañía ha elaborado uno de los mapas más detallados que existen actualmente:

Mapa actual de los cables submarinos que hay en el mundo, unos 430 en total.
Mapa actual de los cables submarinos que hay en el mundo.

Si bien en el mapa de TeleGeography vemos de forma delimitada cada cable, la compañía explica que es ‘una simulación’ para que sea “más fácil seguir diferentes cables y discernir sus puntos de aterrizaje”. Los cables que cruzan áreas similares de un océano toman caminos similares, destacan.

Estos caminos, apunta la empresa, se eligen “después de estudios marinos exhaustivos que seleccionan rutas para evitar condiciones peligrosas que podrían dañar un cable”. “Se tiene mucho cuidado para garantizar que los cables sigan el camino más seguro para evitar zonas de falla, zonas de pesca, áreas de anclaje y otros peligros”.

¿Cuántos cables hay en España?

En total, España alberga actualmente 28 puntos de anclaje —previstos o en funcionamiento—, de los cuales uno de los más conocidos es el cable MAREA, activo desde mayo de 2018 y que se encarga de conectar la costa vizcaína con Virginia Beach (Virginia, Estados Unidos) gracias al empuje de gigantes como Facebook y Microsoft. Hablamos de una infraestructura de 6.600 kilómetros que contiene en su interior ocho pares de fibra óptica, cada uno de ellos con una capacidad de 26,2 terabytes por segundo.

¿Quién es el dueño de todos estos cables?

“Los cables eran tradicionalmente propiedad de los operadores de telecomunicaciones que formaban un consorcio de todas las partes interesadas en utilizar el cable. A finales de la década de 1990, una afluencia de empresas emprendedoras construyó muchos cables privados”, informan desde TeleGeography.

Tanto el modelo de consorcio como el de cable privado todavía existen en la actualidad, pero uno de los mayores cambios en los últimos años es el tipo de empresas involucradas en la construcción de cables.

Los proveedores de contenido como Google, Facebook, Microsoft y Amazon son importantes inversores en cable nuevo. La cantidad de capacidad desplegada por los operadores de redes privadas, como estos proveedores de contenido, ha superado a los operadores de red troncal de Internet en los últimos años. Frente a la perspectiva de un continuo crecimiento masivo del ancho de banda, tener nuevos cables submarinos tiene sentido para estas empresas.

¿Se pueden romper? ¿Qué se hace con ellos cuando se estropean?

Los fallos en los cables son comunes. En promedio, hay más de 100 cada año, según TeleGeography.

Sin embargo, los fallos no suelen afectar a los usuarios porque la mayoría de las empresas que usan cables siguen un enfoque de uso de ‘seguridad en números’, distribuyendo la capacidad de sus redes entre varios cables para que, si uno se rompe, su red funcione sin problemas sobre otros cables mientras se restablece el servicio en el dañado.

Normalmente son los accidentes acarreados por los barcos de pesca y los barcos que arrastran anclas los que provocan los fallos —representan dos tercios de estos—. Los factores ambientales como los terremotos también contribuyen al daño.

Y aquí un mito: los tiburones son conocidos por morder cables. Se trata de una leyenda, dicen TeleGeography. “Si bien es cierto que en el pasado los tiburones han mordido algunos cables, no son una gran amenaza”, aseguran.

Según los datos del Comité Internacional de Protección de Cables Submarinos, las mordeduras de pescado —una categoría que incluye a los tiburones— representaron cero fallos en los cables entre 2007 y 2014. La mayoría de los daños a los cables submarinos provienen de la actividad humana, principalmente de la pesca y el fondeo.

Composición de un cable submarino.
Composición de un cable submarino.

Los cables están diseñados con una vida mínima de diseño de 25 años. Podrían permanecer operativos más tiempo, pero a menudo se retiran antes porque son económicamente obsoletos. Simplemente no pueden proporcionar tanta capacidad como los cables más nuevos a un precio comparable y, por lo tanto, son demasiado costosos para mantenerlos en servicio.

Cuando se retira un cable, podría permanecer inactivo en el fondo del océano. Cada vez más hay empresas que obtienen los derechos de los cables, los levantan y los recuperan como materia prima.

En algunos casos, los cables retirados se reubican a lo largo de otras rutas. Para realizar esta tarea, los barcos recuperan el cable retirado y luego lo vuelven a tender a lo largo de una nueva ruta. El nuevo equipo terminal se despliega en las estaciones de aterrizaje. Este enfoque a veces puede ser un método rentable para países con requisitos de capacidad pequeña y presupuestos limitados.

¿Existen otro tipo de cables submarinos?

Sí: hay cables submarinos de energía. Son cables de transmisión para transportar energía eléctrica por debajo del agua, generalmente del agua salada, pero también es posible usarlos bajo grandes lagos y ríos.

Como en el caso de los cables submarinos dedicados a la transmisión de datos, estos llevan un núcleo principal en la parte más interna que va recubierto por aislamiento y capas protectoras.

El conductor —núcleo principal— está hecho de alambres de cobre o aluminio y para el aislamiento se suele utilizar polietileno reticulado con un espesor de hasta unos 30 mm. Asimismo, están equipados con una funda de plomo extruido para evitar la entrada de agua. La mayoría de los sistemas de transmisión de energía eléctrica usan corriente alterna (CA), porque los transformadores pueden cambiar fácilmente los voltajes según sea necesario.

Actualmente, el cable de alimentación submarino más largo es el que conecta Reino Unido y Noruega bajo el mar del Norte, con 720 kilómetros. Conecta la red eléctrica de Kvilldal —un complejo hidroeléctrico en el sur de Noruega— con Cambois, cerca de Blyth, en el noreste de Reino Unido.

Los cables submarinos también pueden tener usos científicos

La Fuerza de Tarea Conjunta para Cables Submarinos de Monitoreo Científico y Telecomunicaciones Confiables (SMART), una iniciativa de las Naciones Unidas, tiene como objetivo ayudar a los residentes de zonas donde se producen tsunamis a ponerse a refugio. 

Su idea es equipar nuevos cables de telecomunicaciones submarinos comerciales con sensores simples que miden la presión, la aceleración y la temperatura. Los sensores podrían agregarse a los repetidores de señal de los cables de fibra óptica: los cilindros herméticos llenos de equipos que se utilizan para amplificar las señales cada 50 kilómetros aproximadamente. 

Con cables que satisfagan las necesidades de energía y transferencia de datos de los sensores, los científicos podrían recopilar información sobre el lecho marino a una escala sin precedentes y transmitir datos sobre posibles tsunamis mucho más rápido de lo que es posible actualmente.

Agregar sensores a los cables submarinos no es una idea nueva. Bruce Howe de la Universidad de Hawái, por ejemplo, quien preside el grupo de trabajo, opera el observatorio científico más profundo del mundo empleando un cable de telecomunicaciones abandonado ubicado a 100 kilómetros al norte de Oahu. Pero convencer a la industria de telecomunicaciones submarinas, que mueve 5.000 millones de dólares al año, para que integre sensores científicos en el costoso hardware que instala ha sido una batalla cuesta arriba durante una década, dice Howe.


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