¡Independízate del móvil!
Escrito por Daniel Valuja el 14 de febrero de 2023
No basta la fuerza de voluntad: las aplicaciones y dispositivos están diseñados para robar nuestra atención.
Esta es la primera parte de Cero notificaciones, un boletín en cinco entregas con el que queremos entender por qué nos cuesta llevarnos bien con gran parte de la tecnología que se suponía que estaba aquí para ayudarnos y, además, dar algunas claves para mejorar esta relación. Si quieres recibir el resto de entregas cada semana en tu correo electrónico, puedes darte de alta en este enlace.
En esta serie nos vamos a centrar en cinco ámbitos:
- Nuestro móvil.
- Las redes sociales.
- El trabajo.
- La información.
- Y nuestra privacidad.
No se trata solo de recuperar nuestra atención y de evitar, en la medida de lo posible, las distracciones, sino también de establecer prioridades y reservarnos tiempo para lo que de verdad queremos hacer, aunque nos cueste más ponernos con ello. Sin olvidar, como decíamos, la responsabilidad de empresas y plataformas.
Comenzaremos deteniéndonos en ese dispositivo que llevamos a todas partes y con razón, porque es utilísimo. Gracias al móvil, no nos perdemos nunca, estamos en contacto con nuestra familia y podemos leer libros y periódicos.
Pero también es una de las mayores fuentes de malestar y de incomodidad, debido sobre todo a una relación de dependencia que nos lleva a actitudes como las siguientes:
- Lo primero que hacemos al despertar y lo último que hacemos al acostarnos es mirar el móvil.
- Lo tenemos siempre cerca y no nos atrevemos a salir a la calle sin él.
- Desbloqueamos el móvil en torno a un centenar de veces al día, no sea que nos hayamos perdido algo, aunque sabemos perfectamente que eso no pasa casi nunca.
Esto no sería un problema si todo fueran consecuencias positivas y el móvil nos trajera felicidad cada día, pero como recoge la psicóloga Catherine Price en su libro How to break up with your phone (Cómo romper con tu móvil), el uso elevado del móvil, “sobre todo para las redes sociales” está asociado con efectos negativos en nuestra “autoestima, impulsividad, empatía, identidad personal e imagen propia, así como en problemas de sueño, ansiedad, estrés y depresión”.
Además, hay que tener en cuenta que cuando intentamos pasar menos tiempo con el móvil, nos enfrentamos a un aparato que contiene decenas de aplicaciones y webs programadas por ejércitos de ingenieros, con ayuda de gran parte de lo que sabemos sobre nuestro cerebro y sobre nuestras necesidades psicológicas y emocionales. Su objetivo es, precisamente, tenernos enganchados, en un bucle infinito de notificaciones y nuevos contenidos.
Vamos a comenzar con algunas recomendaciones generales por si queremos depender menos de este aparato, pero no olvidemos que esto es como intentar cruzar a pie una autopista de seis carriles. La pregunta no es “por qué no eres más rápido y más ágil”, sino “por qué no hay más puentes para pasar al otro lado”. No se trata de que no estemos preparados para la tecnología, sino más bien que esta tecnología se ha diseñado sabiendo que no lo estamos.
- Fuente Noticia: El País.