El tesoro de la oración
El mayor ejemplos de hombres de oración fue Jesús (Marcos 1:35). Él oraba noches enteras y se apartaba para hablar con el Padre. Fue tan grande su ejemplo que los mismos discípulos le pidieron que les enseñara a orar.
Debemos orar porque la oración es el alimento a nuestro espíritu y fortalece nuestra relación con Dios y eso es de mucha importancia para todo creyente. En la oración hay poder y por medio de ella Dios, pude cambiar las circunstancias o situaciones adversas no solo a nuestro favor sino también a favor de quienes oramos.
Devocional presentado por William Muñoz.