Dependencia peligrosa
Aunque el problema nunca desaparece del todo y sólo cabe minimizarlo. Los cables de fibra óptica tuvieron, tienen y tendrán puntos vulnerables en los que se sustenta toda la red global.
Como los oleoductos que transportan el crudo que engorda la economía industrial o las autopistas terrestres y marítimas que conectan el comercio mundial, los cables son esos grandes desconocidos que hacen de la red algo real y global.
Una infraestructura que es vital para la conexión entre individuos, empresas o países y que, como pasara con las casi olvidadas redes de telégrafos, permiten que la idea de la globalización sea una realidad hasta hacer del siglo XXI un mundo digital –y al algoritmo y el 01 nuestra nueva y voluble religión.
Un mundo en el que cortar un simple cable puede dejar sin servicio a millones de personas. Y así, sea por un descuido o sea por una indisimulada jugada en el tablero de la geopolítica y la geoeconomía internacional, la crisis es inevitable y está a la vuelta de la esquina. O al menos eso asegura Pedro Baños, coronel en la reserva del Ejército español, exjefe de contrainteligencia y seguridad del Eurocuerpo y experto en defensa y en terrorismo: “España, depende del día, está entre el 5º y 15º lugar más atacado del mundo.
El riesgo es real. Hoy en día la guerra ya se está librando. Entre muchos. También en el ciberespacio, con ataques de hackers o cuando se utiliza la red para difundir propaganda, desinformación, etc. Ya somos víctimas.”