Sin retroceder
Cuando vienen los obstáculos a nuestra vida podemos tomar dos caminos, dos actitudes que nos llevarán por caminos muy diferentes. La actitud de derrota o la actitud que no retrocede, cada una comienza en el mismo punto, pero termina en lugares muy diferentes porque dependiendo de nuestra actitud así reaccionaremos y actuaremos.
Ya sabemos que la actitud de derrota es darse por vencido, sin buscar soluciones o salidas, es una actitud que nos lleva a conformarnos, desalentarnos y abandonar las cosas antes de haber hecho el mínimo esfuerzo.
Pero la actitud que no retrocede es una actitud que nos lleva por el camino de los obstáculos, pero también nos ayuda a vencerlos, a esforzarnos, a persistir sin desmayar, a mantenerse sin retroceder.