La tecnología y su impacto en las relaciones

Escrito por el 19 de julio de 2023

Cuando hablamos de tecnología, muchos piensan en celulares, tabletas y computadoras; pero la tecnología se define como las técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico. Así que, desde que Dios colocó al hombre en el huerto del Edén, ya Adán manejaba cierta tecnología para cultivar o cuidar del mismo.

Ahora bien, conforme el hombre fue adquiriendo más conocimiento fue evolucionando su tecnología y mejorando la forma de hacer las cosas. El progreso o avance de esta ha ido afectando todas las áreas del vivir humano, incluyendo su práctica de fe, en particular el cristianismo. 

Al observar la historia, podemos ver que nuestro Padre ha utilizado el avance tecnológico del hombre para la ejecución de Sus propósitos. Dios envió a Su hijo Jesucristo ¨cuando vino la plenitud del tiempo¨, es decir cuando las condiciones tecnológicas fueron dadas.

Entre esas condiciones podemos citar la comunicación que había traído la creación de las carreteras romanas, el uso del griego como idioma universal, entre otras. Estas condiciones permitieron la difusión temprana del evangelio. Otro avance que Dios utilizó fue el invento de la imprenta. No es casualidad que la Reforma Protestante sucediera décadas después de la invención de la imprenta y que el primer libro publicado fuera la Biblia. Esto permitió que la Palabra de Dios llegara a la gente común y el evangelio fuera transmitido de forma más precisa y ágil. 

En los últimos 70 años el conocimiento científico ha crecido de forma exponencial y con él, la evolución tecnológica. La humanidad ha sido testigo de muchos inventos que han revolucionado la vida del hombre moderno. Por solo citar algunos, el internet y los celulares móviles han cambiado la forma de trabajar, estudiar y relacionarnos. Una vez más Dios los ha usado para el avance de Su reino. Podemos citar algunos efectos positivos que ha tenido la tecnología reciente en el ámbito cristiano:

  • El evangelio puede llegar a lugares remotos vía internet y alcanzar vidas para edificación y salvación.
  • Las iglesias pueden almacenar mensajes o sermones para ser consumidos en momentos posteriores por infinidad de personas. Ya el sermón no es sólo para los presentes. Podemos llevar el mensaje a los enfermos, personas impedidas de congregarse y aún a los incrédulos. 
  • Los cristianos actuales disponemos de muchos recursos para nuestro crecimiento espiritual vía internet, aplicaciones, comentarios bíblicos, herramientas de estudio bíblico, sermones, videos, libros; etc. Hoy día un cristiano promedio con un celular inteligente o acceso a internet, en un lugar remoto, cuenta con más recursos e información de los que contaba los pastores de hace cincuenta años atrás en las grandes urbes de su tiempo. Nuestros hermanos de tiempos anteriores disponían de muy pocos recursos y no podían ni soñar con toda la información con que contamos hoy día. 
  • Las iglesias pueden mantenerse conectadas y conocer de la situación de las unas y las otras en el mundo entero de forma rápida y confiable. Es más fácil apoyarse mutuamente. 
  • Los hermanos líderes o pastores pueden profundizar sus conocimientos bíblicos y estudiar aún de forma remota sin importar donde se encuentren. No tienen que abandonar sus congregaciones para ello. Además hoy día contamos con pastores y líderes mejor preparados que hace décadas atrás. 
  • La facilidad de viajar nos beneficia grandemente en misiones y edificación de la Iglesia. Los viajes misioneros se han facilitado y vuelto más asequibles. También las actividades de edificación como conferencias y retiros internacionales han tenido un auge en las últimas décadas. 

Todo lo anterior contribuye a la expansión de la fe cristiana. También a que la Iglesia actual pueda estar mejor preparada y conozca a mayor profundidad las Escrituras. Sin embargo, no siempre se produce ese resultado. No sólo nuestro Dios usa los avances tecnológicos para su propósito, nuestro adversario hace lo mismo. Recordemos que después de la caída, el hombre ha distorsionado todo, aún lo positivo de la ciencia para perjuicio de él mismo.  Por esto vemos que los avances tecnológicos han tenido también efectos negativos en el hombre y en la Iglesia. Entre los negativos podemos citar los siguientes:

  • Distracción. Hoy día contamos con muchos elementos que nos distraen que van desde las redes sociales hasta las plataformas de transmisión o streaming. El hombre ha diseñado estas ofertas tecnológicas de forma tal que sean adictivas y los cristianos no somos inmunes. Por lo tanto, tenemos una Iglesia distraída, entretenida y con adicciones como nunca en la historia. Es paradójico que la Iglesia que cuenta con mayor cantidad de recursos en la historia sea la Iglesia más desnutrida solo porque está distraída en otras cosas. 
  • Individualismo. La sociedad consumista promueve el individualismo y La comunicación impersonal que promueve el avance tecnológico ha contribuido grandemente en este individualismo. La gente vive aislada y cree que porque pasa horas mirando o publicando en redes sociales ya está conectada socialmente. Es un engaño, termina vacía y hambrienta de amor y contacto humano. Lo mismo pasa en la iglesia. Muchos creen que pueden sustituir la comunión que se vive en las reuniones del pueblo de Dios con la transmisión del culto vía internet. Se alejan de sus hermanos y sufren el desamor y la desconexión emocional que los debilita y los vuelve más vulnerables a los ataques del enemigo y del mundo. No podrán resistir por mucho tiempo porque este no es el diseño de Dios para su pueblo. 
  • Corrupción. Así como la humanidad ha ido avanzando tecnológicamente ha ido retrocediendo moralmente. El pecado es más generalizado, aceptado y promovido a través de la facilidad que brindan los medios de comunicación vigentes. Entonces tenemos una Iglesia más comunicada y a la vez más corrupta. Por citar solo un ejemplo, la pornografía que antes era menos asequible hoy está a solo un clic en nuestros celulares por lo que contamos con muchos hombres y mujeres cristianos que luchan con esta adicción. 

Podríamos seguir citando más efectos tanto positivos como negativos porque como hemos visto abundan de ambas partes. Ahora bien, podemos concluir que es la condición espiritual de la Iglesia que determina si la tecnología tendrá un efecto positivo o negativo en nosotros. Mientras más enferma espiritualmente esté la Iglesia más perjudicial será el uso de los avances tecnológicos por parte de esta. Nuestro Señor Jesucristo dijo en Mateo 12:34 “…de la abundancia del corazón, habla la boca”. Y nosotros podríamos decir: de la abundancia de nuestro corazón hablan nuestros dispositivos tecnológicos. Es cierto, que un cristiano puede, por ejemplo, caer en adicción a redes sociales sin quererlo por cierto tiempo, pero no es menos cierto que el Espíritu Santo le redargüirá y en el largo plazo, él tomará las medidas necesarias y saldrá de esa adicción. Es verdad que una cristiana puede vivir un tiempo distraída, malgastando demasiado de su tiempo viendo series o jugando en internet, pero tarde o temprano esa cristiana será confrontada por la Palabra y cambiará su actitud. 

Nosotras, que conformamos la Iglesia de hoy, tenemos que estar alerta de todas las ofertas que buscan distraernos y esclavizarnos para hacer una buena mayordomía de la tecnología y usarla a nuestro favor, tanto para nosotras mismas como para nuestros hijos y personas a nuestro cuidado. Podemos sacarle el jugo a los beneficios de la gran variedad de información con la que contamos. Aquí sólo algunos ejemplos de pequeños principios que podemos adoptar. 

  • Ora pidiendo al Señor sabiduría y gracia para hacer un uso adecuado de la tecnología.
  • Limita el uso de las redes sociales a cierto horario.
  • Se intencional en el uso de las redes. Haz un listado de tus propósitos para su uso y limítate a ellos. 
  • Busca y administra información confiable de acuerdo con tus objetivos espirituales, de salud, profesionales, etc. 
  • Utiliza los recursos para edificación con que contamos en la red. Prepárate para servir mejor a tu familia, iglesia y amigos. Inscríbete en un instituto online si no tienes tiempo para asistir a uno presencial.  


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