Negocio con mucho futuro

Escrito por el 18 de enero de 2022

Hay personas que son bromistas incluso en su lecho de muerte. A David Bennett, un estadounidense de 57 años con una gravísima insuficiencia cardiaca, le explicaron a mediados de diciembre que no había corazones humanos de repuesto para él, pero que existía otra opción a la desesperada: un trasplante de un órgano de un cerdo. “¿Haré oinc, oinc?”, respondió el paciente con guasa, según ha relatado su cirujano, Bartley Griffith, al diario The New York Times.

Hoy Bennett es el primer ser humano que vive con un corazón porcino latiendo en su pecho, tras sobrevivir a la pionera operación, realizada el 7 de enero en el Centro Médico de la Universidad de Maryland (EE UU). Y los expertos se preguntan ahora cuál será el siguiente paso de Revivicor, la empresa que está en la vanguardia de esta revolución y ha suministrado el órgano que era de un cerdo y ahora es de David Bennett.

Una vez más se ha logrado un hito médico que parecía ciencia ficción hasta el día anterior. Revivicor, sin embargo, lleva ya dos décadas trabajando. La empresa, con sede en la ciudad estadounidense de Blacksburg (Virginia), se fundó en 2003 a partir de la compañía británica PPL Therapeutics, implicada a su vez en la creación hace un cuarto de siglo de la oveja Dolly, el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta. En sus instalaciones, Revivicor cría cerdos que son el resultado de una auténtica orfebrería genética.

Los científicos inactivan un gen relacionado con el crecimiento del corazón, para facilitar su encaje en el pecho humano, y bloquean otros tres genes vinculados a la rápida producción de defensas que provocan el rechazo de los órganos porcinos. Además, los cerdos de Revivicor tienen seis genes humanos insertados en su genoma para facilitar la aceptación de sus tejidos en las personas.

La web de la empresa presenta los órganos porcinos como “productos” de su catálogo. La marca de los corazones de cerdo es UHeart. La de los lóbulos pulmonares, ULobe. El 25 de septiembre, un equipo de cirujanos trasplantó por primera vez con éxito un riñón de Revivicor, de la marca UKidney, a una mujer en muerte cerebral en un quirófano de la Universidad de Nueva York. David Bennett permanece en vigilancia constante por si su cuerpo acaba rechazando su corazón UHeart.

El nefrólogo Rafael Matesanz, fundador de Organización Nacional de Trasplantes (ONT) de España, cree que el nuevo avance es “una noticia muy importante desde el punto de vista científico”, pero teme “precios disparatados” y un cambio absoluto de paradigma, frente al actual modelo de donación altruista. “El problema pasaría de ser la escasez de donantes a ser el coste económico para los sistemas de salud. Es un negocio fabuloso”, advierte.

Revivicor está ahora en manos de la empresaria Martine Rothblatt, directora ejecutiva de United Therapeutics, la compañía estadounidense que compró Revivicor en 2011 por apenas siete millones de euros. Rothblatt contó su historia en 2015 a la revista New York, con este titular en portada: “La directora ejecutiva mejor pagada de EE UU antes era un hombre”. Martine Rothblatt, una mujer trans, hizo fortuna fundando Sirius, un servicio de radio por satélite, y en 1996 saltó a la biomedicina creando United Therapeutics, tras descubrir que su hija pequeña sufría hipertensión arterial pulmonar, una enfermedad rara y grave. Su empresa ha desarrollado tratamientos eficaces para esta dolencia.

Rothblatt, según explicó en la revista New York, cofundó en 2004 “una religión trans”, bautizada Terasem, hoy convertida en una fundación dedicada a investigar si es posible crear “un análogo consciente de una persona”, a partir de una “ciberconsciencia” transferible a un dispositivo nanotecnológico.

En 2011, el precio de Revivicor era bajo porque el sector de los xenotrasplantes —los trasplantes entre especies diferentes— acumulaba fracasos en los años anteriores. En 2012, sin embargo, apareció CRISPR, una nueva técnica de edición genética que permite modificar los genes animales de manera rápida y barata. Aquel avance, ajeno a Revivicor, fue el empujón definitivo. La bioquímica francesa Emmanuelle Charpentier y la química estadounidense Jennifer Doudna ganaron el Nobel de Química de 2020 por descubrir estas tijeras moleculares.

– Página web: https://elpais.com/ciencia/2022-01-11/revivicor-la-empresa-que-cria-piaras-de-cerdos-para-trasplantes-de-organos.html


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