¡No lo puedo creer!

Escrito por el 6 de febrero de 2023

Irene Montero se ha reafirmado en sus declaraciones del pasado mes de septiembre sobre la educación sexual de los niños. Y lo ha hecho en Argentina, durante su intervención en el foro «La Ola Verde en América Latina», en la capital del país. La ministra de Igualdad ha reiterado que «independientemente de cuál sea su familia, los niños, las niñas yles niñes (sic) tienen derecho a saber que sus cuerpos son válidos, que tratar bien está bien y tratar mal está mal, que pueden amar a quien quieran y tener sexo con quien quieran, que tienen derecho al aborto».

En esa misma intervención, Montero ha denunciado que existe un «cuestionamiento muy fuerte» a la educación sexual de los niños por parte de «sectores reaccionarios». Una educación impulsada desde su Ministerio de Igualdad como «un pilar del acceso a los derechos sexuales y reproductivos», que en opinión de la ministra es «una cuestión de derechos humanos, no una opción ideológica».

Se queja Irene Montero que contra ella se ha desplegado «una campaña muy fuerte que tiene como eje acusarnos de pederastas» por parte de esos sectores políticos y sociales que la ministra califica de «reaccionarios».

Comparecencia en el Congreso

El pasado mes de septiembre, Irene Montero realizó unas polémicas declaraciones durante su comparecencia en la Comisión de Igualdad del Congreso.

En la misma habló de que «la educación sexual es un derecho para los niños y para las niñas» y continuó diciendo que «todos los niños, las niñas, les niñes de este país tienen derecho a conocer su propio cuerpo». Tienen derecho «a saber que ningún adulto puede tocar su cuerpo si ellos no quieren y que eso es una forma de violencia», concluyendo que «tienen derecho a amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana basadas, eso sí, en el consentimiento y esos son derechos que tienen que ser reconocidos».

Estas declaraciones provocaron la inmediata reacción de Vox. «Son unas declaraciones gravísimas, no recuerdo algo parecido en lo que llevamos de legislatura», ha dicho el portavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, ante los medios de comunicación desde el Congreso. «Pedimos su cese o dimisión inmediata y el cierre el ministerio», ha reclamado.

Pese al escándalo que provocaron sus afirmaciones en la Comisión de Igualdad, la ministra rehusó aclarar, matizar o rectificar sus palabras, y atribuyó el revuelo montado a una «campaña de la extrema derecha».

En declaraciones ante los medios en los pasillos del Congreso, Montero dijo sentir «mucha vergüenza» ante «la campaña que ha desplegado la extrema derecha». «Contra mí, lo que quieran», ha declarado la ministra en relación a la críticas y antes de señalar que España, a su juicio, necesita «un acuerdo para garantizar que todos los niños, niñas y niñes tienen derecho y acceso efectivo a sus derechos y a una educación sexual integral».

La ministra señaló que «el inicio del acceso a la pornografía violenta en España es a los ocho años» y, por eso, consideró que «urge asegurar la educación sexual de niños y adolescentes» y que estos «tengan herramientas para identificar las violencias sexuales» y para «pedir ayuda» ante ellas.

Los obispos, con Montero

En medio de toda esta polémica, la ministra de Igualdad encontró un aliado inesperado. En unas sorprendentes declaraciones, el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, defendió a Irene Montero, porque, en su opinión, la ministra no quiso defender que los niños puedan tener relaciones sexuales con adultos sino que sus palabras se sacaron de de contexto.

«Respecto a las declaraciones de ese día, quiero ser comprensivo con la ministra de Igualdad, porque yo también salgo a la prensa, veo cómo se interpretan algunas respuestas. A veces, uno, cuando responde dice una frase pequeña en un argumento global y es la frase pequeña la que se ve. Yo francamente, no creo que la ministra de Igualdad defendiera en esas declaraciones que los niños puedan mantener relaciones sexuales y demás», indicó el portavoz de los obispos españoles.


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