¡Nos extinguimos!
Escrito por Daniel Valuja el 17 de junio de 2024
Corea del Sur se enfrenta a una crisis demográfica con la tasa de natalidad más baja del mundo, 0,72 hijos por mujer, y el gobierno está desesperado por revertir esta tendencia. En su búsqueda de soluciones, han financiado numerosos proyectos y explorado ideas innovadoras. La última propuesta es que las niñas comiencen la escuela un año antes que los niños.
Esta idea, presentada en un informe del Instituto Coreano de Finanzas Públicas, sugiere que la diferencia de edad en la escuela podría hacer que los jóvenes se encuentren más atractivos entre sí cuando alcancen la edad para casarse.
La propuesta ha generado un intenso debate. Muchas críticas se centran en la idea de «usar a los niños como herramientas reproductivas» y la falta de datos que respalden la eficacia de esta medida.
La opinión pública cuestiona por qué las instituciones públicas siguen proponiendo soluciones sin una base sólida, y argumenta que las medidas deben ser fundamentales y multinivel para crear un entorno adecuado para la crianza de los niños.
El Instituto ha aclarado que el informe no refleja necesariamente su punto de vista oficial sobre las medidas del gobierno para aumentar la tasa de natalidad. Sin embargo, esta aclaración no ha calmado las críticas y ha resaltado el problema subyacente.
En los últimos años, Corea del Sur ha propuesto varias ideas inusuales para combatir la crisis demográfica. Estas incluyen eximir del servicio militar obligatorio a los hombres que tengan tres o más hijos antes de los 30 años, abolir el salario mínimo para los trabajadores domésticos extranjeros para reducir costos a las familias, y aplicar impuestos adicionales a quienes decidan no tener hijos.
Este verano, un programa piloto traerá a un centenar de empleados domésticos filipinos para aliviar la presión sobre las mujeres trabajadoras.
Estas propuestas subrayan la urgencia de la situación, pero también reflejan la falta de soluciones efectivas y la dificultad de abordar un problema tan complejo. Corea del Sur está experimentando con medidas que podrían parecer distópicas, mientras lucha por encontrar un enfoque que funcione.
El desafío de Corea del Sur es un reflejo de un problema global: el mundo enfrenta una contracción demográfica y no está claro cómo solucionarlo. La pregunta sobre cómo manejar esta tendencia marcará el futuro no solo de Corea del Sur, sino también del resto del planeta.