Nosotros y la red de redes
Escrito por Daniel Valuja el 14 de junio de 2024
El panorama actual de Internet está lleno de aspectos negativos: redes sociales que tratan a sus usuarios como productos, algoritmos que lucran con el odio, y plataformas que priorizan perfiles publicitarios sobre personas reales. Además, estos espacios son utilizados por movimientos de ultraderecha y se han convertido en entornos digitales hostiles y privatizados, donde prevalecen los términos y condiciones corporativos sobre los derechos y libertades.
Sin embargo, esto no siempre fue así. Marta G. Franco, en su ensayo «Las redes son nuestras. Una historia popular de internet y un mapa para volver a habitarla», sostiene que Internet era un espacio colectivo antes de ser usurpado por quienes lucran con los datos personales y el odio. Franco argumenta que es posible recuperar ese espacio y presenta herramientas y estrategias para lograrlo.
El libro desafía el pesimismo generalizado sobre Internet, subrayando que, aunque los análisis críticos son necesarios, también es importante recordar que podemos ganar la batalla por un Internet mejor. Franco destaca que Internet fue un invento colectivo, desarrollado tanto por la iniciativa privada como por centros de investigación públicos y el movimiento hacker. Este desarrollo geográficamente distribuido contrasta con la narrativa centrada en Silicon Valley y sus mitos de mérito individual.
Franco afirma que «nos robaron» Internet porque estábamos progresando en su uso para la comunicación, la información y la movilización social. Las redes sociales, aunque comerciales, inicialmente servían bien a la sociedad hasta que se llenaron de contenido tóxico.
La autora critica la apropiación corporativa de innovaciones y el modelo de negocio basado en la extracción de valor de los datos de los usuarios.
La inteligencia artificial, según Franco, representa una nueva fase del modelo de negocio extractivo de Internet. Aunque es promovida como una revolución, la autora sugiere que es más una etiqueta comercial que una verdadera solución tecnológica a problemas reales.
A pesar de los desafíos, Franco defiende que es posible recuperar Internet. Su libro ofrece un recorrido por la historia menos conocida de Internet y presenta iniciativas actuales que buscan crear espacios digitales más saludables. Además, destaca la importancia de herramientas tradicionales como cooperativas y sindicatos, adaptadas al contexto digital moderno, para enfrentar estos desafíos.
Finalmente, el libro también valora las aportaciones del feminismo y el decolonialismo, que ofrecen perspectivas críticas y alternativas al discurso dominante de Silicon Valley, promoviendo una visión de Internet más inclusiva y equitativa.