La importancia de cuidar nuestro ánimo

Escrito por el 6 de noviembre de 2023

Sin palabras de ánimo, las dificultades pierden su sentido y disminuye nuestra voluntad de seguir adelante. El profeta Elías luchó contra el desánimo (1 Reyes 19:3-10), y nosotros también. Es importante recordar que: «no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra …los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes» (Efesios 6:12). Esta verdad hace que el estímulo sea aún más importante. No es sólo que nos enfrentemos a los problemas del mundo, sino que estamos en el punto de mira de una batalla espiritual. Cuando somos estimulados en Cristo, tenemos la fortaleza para ponernos nuestra armadura espiritual y permanecer firmes (ver Efesios 6:10-18).

Incluso en aquellos lugares en los que los cristianos no experimentan persecución u odio abiertamente, todos sabemos que la vida puede ser difícil. El desánimo es una experiencia humana muy frecuente. A veces, admitir que hay un significado en las cosas aparentemente intrascendentes que hacemos parece casi imposible. Es probable que queramos rendirnos. Sin embargo, el que nos llama es fiel, y nos da el poder de ser fieles también (1 Corintios 1:9).

A un hombre de la iglesia primitiva que se llamaba José se le dio el apodo de «Bernabé», que significa «Hijo de Consolación» (Hechos 4:36). ¡Qué bendición fue Bernabé para los creyentes de su época! Gracias al estímulo de Bernabé, la iglesia de Jerusalén aceptó por primera vez al apóstol Pablo (Hechos 9:27). Gracias al estímulo de Bernabé, a Marcos se le dio una segunda oportunidad después de un rotundo fracaso (Hechos 13:13; 15:39).

El ánimo hace más fácil vivir en un mundo caído de manera piadosa. El ánimo hace más fácil amar como Jesús amó (ver Juan 13:34-35). El ánimo da esperanza (Romanos 15:4). El ánimo nos ayuda en tiempos de disciplina y prueba (Hebreos 12:5). El ánimo alimenta la paciencia y la bondad (ver 1 Corintios 13:4-7 y Gálatas 5:22-26). El ánimo facilita el sacrificio de nuestros propios deseos para el avance del reino de Dios. En pocas palabras, el estímulo hace más fácil vivir la vida cristiana.

Sin el estímulo, la vida rápidamente se tornará inútil y agobiante. Sin ánimo, nos podemos sentir abrumados por los verdaderos sufrimientos de nuestra vida. Sin ánimo, sentimos que no somos amados. Sin ánimo, empezamos a pensar que Dios es un mentiroso o que no se preocupa por nuestro bienestar. Por eso, la Biblia nos dice que nos animemos unos a otros, que nos recordemos la verdad de que Dios nos ama, de que Dios nos equipa, de que somos un tesoro, de que nuestras luchas valen la pena.

El estímulo que nos ofrece la Biblia nos da la voluntad de seguir adelante. Es un vistazo al panorama general. Puede evitar el agotamiento. Puede evitar que creamos mentiras («el engaño del pecado»). El ánimo nos ayuda a experimentar la vida abundante (ver Juan 10:10).

Proverbios 16:24 dice: «Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos». La Palabra de Dios está llena de palabras de aliento. En efecto, son palabras agradables.


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