Paciencia para llegar a la meta (2ª parte)

Escrito por el 31 de marzo de 2022

Hemos compartido acerca de la paciencia y cómo es tan necesaria en nuestro camino hacia la meta, cada dia debemos revestirnos de paciencia, la paciencia nos fortalece, a través de ella estamos completos en nuestras actitudes y por ella se alcanzan las promesas.

Todos queremos tener paciencia, pero curiosamente cuando pedimos a Dios paciencia, no nos envía a un lugar tranquilo, lleno de aguas cristalinas, vegetación y calma, todo lo contrario, nos vienen muchas situaciones adversas, personas que complican las cosas, algunas veces se nos presentan situaciones en las que no podemos hacer nada, más que esperar y entonces decimos: “Pero Señor yo te pedí paciencia, no tantas pruebas!” y es allí donde El Señor nos hace ver que sin las pruebas no crece el fruto de la paciencia, como dice Santiago 1:3 “sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.”

La paciencia va de la mano de la fe y de otro elemento más, conocer la palabra de Dios, si no conocemos la palabra, si desconocemos todo lo que El Señor habla a nuestro corazón en a través de Su palabra, no tendremos ni paciencia, ni fe, ni esperanza, Romanos 15:4 dice “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.” Todo lo escrito en la palabra es para ayudarnos a caminar mejor entonces con la paciencia y la consolación de lo que El Señor ha dejado escrito, tendremos esperanza para avanzar cada día.

La paciencia es uno de los frutos del Espíritu Santo que funciona hacia tres direcciones, hacia arriba porque necesitamos paciencia para esperar en Dios, para esperar en sus decisiones y en sus tiempos. En dirección hacia afuera porque necesitamos paciencia para nuestro trato diario con todas las personas que nos rodean y que Dios ha puesto a nuestro lado para compartir la vida. Y en dirección hacia nuestro interior, porque necesitamos tener paciencia con nosotros mismos y con los procesos por los que Dios quiere que pasemos.

Hoy vamos a hablar de cada uno en los que la paciencia es de vital importancia:

PACIENCIA PARA ESPERAR EN DIOS: El Salmo 40:1 dice “Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.”

Todo comienza en esperar pacientemente en EL Señor, a través de esa espera paciente, El Señor se inclina a nosotros, escucha nuestro clamor y no solamente eso, nos saca del pozo de la desesperación, nos saca del lodo cenagoso, nos pone sobre peña, endereza nuestros pasos y pone un cántico nuevo para dar testimonio a los demás.

Todas esas promesas se alcanzan con una actitud, esperar en Dios pacientemente. Los tiempos de Dios no son nuestros tiempos, los tiempos de Dios son perfectos y se ajustan a la perfección con nuestros procesos, pero si no tenemos paciencia, podemos adelantarnos, tomar atajos, pensar que si echamos una mano al Señor las cosas serán más rápido y lo único que logramos es echar a perder, sus procesos, sus planes y sus propósitos por nuestra impaciencia. Por esa razón debemos tener paciencia para esperar en El Señor, yo creo que es una de las claves más importante para nuestro caminar cristiano y nuestro camino hacia la meta.

PACIENCIA PARA CON LOS DEMÁS: En esto es donde más notamos que necesitamos la paciencia, en nuestra relación con los demás, porque es innegable que Dios en su infinita creatividad nos hecho a todos de forma diferente, pensamos diferente, hablamos diferente, actuamos diferente y necesitamos de esa paciencia para poder tener relaciones de bendición y de éxito en todo lo que hacemos, en nuestra familia, en nuestro trabajo, en nuestro ministerio, en nuestras relaciones, a través de la paciencia lo podremos ir alcanzando.

Efesios 4:2-3 dice “con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” Necesitamos la paciencia para nuestras relaciones con los demás porque necesitamos humildad donde haya soberbia, necesitamos mansedumbre donde hayan iras y contiendas, necesitamos amor, donde haya hostilidad y rechazo, sólo a través de la paciencia podemos tener esa unidad que tanto hace falta.

El enemigo busca la división, la separación, porque a través de ella puede reinar y sus maquinaciones son dividirnos, pero el hilo que puede crear la paciencia es un hilo quizás hasta invisible pero tiene una gran fortaleza para que no hayan divisiones y haya unidad en el espíritu y tengamos en vínculo de la paz.

PACIENCIA CON NOSOTROS MISMOS: Muchas veces podemos pensar que la paciencia es solo para los demás, pero muchas veces debemos aprender a tener paciencia con nosotros mismos, en esos procesos por los que Dios quiere que pasemos, Lucas 21:19 dice “Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.”

El caminar del cristiano es un camino de montes y valles por los que tenemos que transitar y por donde algunas veces vamos a cometer errores, quizás vamos a poner nuestros ojos en personas que nos decepcionan o nos frustramos por ciertas actitudes que vemos y tomamos decisiones contra nosotros mismos, porque quizás en ese momento no hemos sido sabios y es allí donde debe haber esa paciencia en nosotros para con nosotros mismos y con la que al final ganaremos nuestras almas.

El aprender a reconocer que nos hemos equivocado, el aprender a reconocer que no hemos actuado bien, que debemos ser más sabios, más prudentes, menos impulsivos y menos confiados, solo se puede lograr a través de la paciencia para con nosotros mismos. La escritura dice en Hebreos 12:1 “Puestos los ojos en Jesús por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”.

En la carrera vamos a ir muchos pero cada uno debe correr esa carrera con paciencia, la carrera es personal, no hay opción a que otro corra por nosotros ni correr nosotros por otros, cada uno debe llegar a su propia meta, cada uno debe alcanzar su propia salvación, por eso necesitamos correr con paciencia, teniendo esa paciencia con nosotros mismos, sin apartarnos del camino para llegar a la meta y ganar nuestras almas.

Necesitamos el fruto de la paciencia en todos los aspectos de nuestra vida, paciencia para esperar en El Señor, paciencia para nuestro trato con los demás y paciencia con nosotros mismos para llegar a alcanzar las promesas, ver el cumplimiento de ellas y tener nuestra salvación, que al final de cuentas es lo que realmente le dará sentido a todo lo que hoy estamos viviendo. Así que con paciencia, prosigamos hacia la meta.


Canción actual

Título

Artista