Peligros incontrolables

Escrito por el 2 de noviembre de 2022

Hace pocas semanas la NASA lanzó su nave DART para desviar de la trayectoria del asteroide Dimorphos. El pasado 11 de octubre pudo confirmar el impacto y, lo que es más importante, que se había conseguido variar la trayectoria del asteroide.

Dimorphos no representa una amenaza para la Tierra, pero el ejercicio espacial ha permitido probar la tecnología necesaria para defender el planeta en caso de que hubiera peligro. Porque asteroides que cruzan cerca de nuestro planeta hay muchos y algunos ciertamente peligrosos.

Asesinos de planetas

De hecho, los astrónomos ya han establecido una categoría de estos cuerpos celestes que llaman «asesinos de planetas». Un estudio del Laboratorio de la Tierra y los Planetas de la Institución Carnegie para la Ciencia (EE UU) muestra que uno de estos asteroides dañinos se esconde en el resplandor del Sol.

Sería un evento de extinción masiva como no hemos visto en millones de años»

Lo malo es que su órbita se cruza con la de nuestro planeta; lo bueno, que no hay posibilidad de colisión en el próximo siglo. Según sus autores, eso podría ocurrir dentro de unos milenios. Este asteroide, llamado 2022 AP7, mide 1,5 km de ancho y representa el mayor riesgo para la Tierra descubierto en los últimos ocho años.

«Nuestro estudio es una de las búsquedas más amplias y sensibles jamás realizadas de objetos dentro de la órbita de la Tierra y cerca de la órbita de Venus», explica , Scott S. Sheppard, autor principal del estudio, que publica The Astronomical Journal. «Se trata de una oportunidad única para comprender qué tipos de objetos acechan en el Sistema Solar interior», asegura.

Los astrónomos del Carnegie han detectado tres asteroides cercanos a nuestro planeta que acechan sin ser detectados porque lo impide el resplandor del sol (hasta el momento los protegía de las observaciones del telescopio). Estos cuerpos celestes pertenecen a un grupo que se encuentra dentro de las órbitas de la Tierra y Venus.

Un asteroide cercano a la Tierra que mida 1 km o más «tendría un impacto devastador en la vida tal y como la conocemos»

«Hasta ahora hemos encontrado dos grandes asteroides cerca a la Tierra que tienen alrededor de 1 kilómetro de diámetro, un tamaño por el que los llamamos ‘asesinos de planetas'», detalla Sheppard en un comunicado. El investigador asegura que un asteroide cercano a la Tierra que mida 1 kilómetro o más «tendría un impacto devastador en la vida tal y como la conocemos».

El polvo y los contaminantes llenarían la atmósfera durante años, enfriando el planeta e impidiendo que la luz solar llegase a la superficie de nuestro planeta. «Sería un evento de extinción masiva como no se ha visto en la Tierra en millones de años», explica el científico norteamericano.

Por ahora el asteroide 2022 AP7 se mantendrá bien alejado de la Tierra»

El «maligno» 2022 AP7 cruza la órbita de la Tierra, pero lo hace cuando nuestro planeta se encuentra en el lado opuesto del Sol. Este patrón que va a mantener durante siglos, pero con el tiempo el movimiento orbital del asteroide se sincronizará más con el de la Tierra. Sin embargo, los astrónomos no conocen la órbita del asteroide con la suficiente precisión como para predecir qué puede suceder en el futuro. Por ahora, «se mantendrá bien alejado de la Tierra», dice Sheppard.

La cámara digital más potente del mundo

El Laboratorio de la Tierra y los Planetas de la Carnegie ha conseguido ver este asteroide asesino gracias a la Cámara para la Energía Oscura (DECam, por sus siglas en inglés). Es la cámara digital más potente del mundo y se encuentra en el observatorio Cerro Tololo (Chile). Crea imágenes con un mosaico de 64 CCD y 570 megapíxeles.

Los asteroides son pequeños y el astrónomo, para observarlos, tiene que luchar contra el brillante cielo crepuscular cerca del SolSol y el efecto distorsionador de la atmósfera de la Tierra. «La DECam puede cubrir grandes áreas del cielo a profundidades que no se pueden alcanzar con telescopios más pequeños. Lo que nos permite profundizar, cubrir más cielo y sondear el Sistema Solar interior de formas nunca antes realizadas», cuenta Sheppard.


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