Perdiendo la religión con Michael Stipe

Escrito por el 21 de febrero de 2022

El grupo REM ha anunciado su separación. Formado en Athens (Georgia) en 1980, la banda de Michael Stipe se dio a conocer como parte del nuevo rock americano, convirtiéndose luego en una leyenda de la música popular en los años noventa. Canciones como Losing my religion en 1991, no sólo llenaron las discotecas de mandolinas, sino que han hecho preguntar a muchos si hablaba de Dios, aquello que bailaban.

Puesto que Stipe no es sólo vegano y homosexual, sino que viene de una larga tradición de pastores metodistas. Reseña de José de Segovia escrita en Madrid el 27 de Septiembre de 2011 Lectura de 7 minutos o 1403 palabras.

Aunque losing my religion no es más que una expresión sureña para decir que uno está perdiendo los estribos -porque se le ha acabado la paciencia-, «yo vengo de una familia cristiana», dice la visible cabeza de REM. «Mis padres son un parangón de la fe cristiana». Desde pequeño, este músico norteamericano se crió con «historias que hablaban mucho de fe y espiritualidad, sobre lo que es bueno y lo que es malo». Eran «las enseñanzas de Jesús, las que había que seguir, como se reconocen en la Biblia -recuerda el cantante de REM-. «Aunque la fe cristiana, que es con la que estoy más familiarizado, es algo individual» -dice Stipe, siguiendo la tradición protestante-.

Cuando en 2004 se estrenó la película de Mel Gibson sobre La Pasión de Cristo, una canción del primer disco de REM sirvió de música de fondo, veinte años después, a muchos reportajes sobre la controversia en torno a esta versión gore de la cruz. Aunque la canción Talk About the Passion habla de otro tipo de pasiones, en ella Stipe reconoce que «no cualquier persona puede cargar con el peso del mundo».

El primer disco de REM -Murmur- salió a la vez que el War de U2, en 1983. Mientras que los irlandeses son más conocidos por sus inquietudes espirituales, es curioso que el coro del tema principal de Murmur no es muy diferente a la reivindicación de «la victoria que Jesús ganó» en Sunday Bloody Sunday, o la versión del Salmo 40, que todavía cierra los conciertos de U2. Mientras Bono se pregunta cuánto tiempo va a tener que cantar esta canción, Stipe lo dice en francés: «combièn de temps», o sea «cuánto tiempo».

Probablemente el disco de REM que tiene más referencias religiosas es Around the Sun, publicado un mes antes de las elecciones presidenciales del año 2004. En este álbum Stipe explora la religiosidad de la América de Bush, para ver si es congruente con las palabras de Cristo. Su respuesta es un contundente no.

En canciones como The Final Straw, el cantante de REM se pregunta: «¿quién murió y te elevó a la perfección?». El sabe que la respuesta de su oponente será Cristo, pero censura al gobernante por su apariencia cristiana. Para él, «el amor ahora no puede ser cuestionado, el perdón es la única esperanza que tengo, y el amor será mi arma más fuerte».

Uno de los aspectos más interesantes de Around the Sun es su misteriosa combinación de la política americana de entonces, con la imagen de un amante traicionado, como en Make It All Okay. Bajo la aparente confrontación con un amor perdido, hay un rechazo al deseo de venganza por el 11 de septiembre, que hace que todo esté bien (all okay). Stipe habla del perdón ofrecido por un salvador, a cambio de la promesa de empezar de nuevo, como palabras a un amante perdido. Y concluye: «bueno, Jesús me ama bien, pero sus palabras no son bien recibidas esta vez».

Aunque no es sólo Bush quien sale mal parado en las canciones de REM. La «congregación de leche y miel» de I Wanted To Be Wrong es un comentario al cristiano americano, que cree que ha alcanzado la tierra prometida, y no busca ya nada más. La riqueza de este tipo de cristianos les hace indiferentes -cree Stipe- ante los menos favorecidos. Lo que contrasta con los esfuerzos del músico para ayudar a las víctimas del Katrina, un desastre que vio como de proporciones bíblicas -«del Antiguo Testamento» -. El coro de la canción que grabó -In The Sun- invoca el amor de Dios.

Stipe explica que es otra expresión sureña: «Bendice su corazón puede querer decir diferentes cosas, tal y como yo la he escuchado desde niño, pero en esencia es una forma de enviar a alguien de camino, deseándole lo mejor». El coro de la canción -¡que el amor de Dios esté contigo! – es una forma de decir «sea lo que signifique Dios en tu vida, estés buscando refugiado, o airado por la situación en que te encuentras, ¡que el amor de Dios esté contigo!».

¿Cómo podemos ver el amor de Dios en una situación como la que se vivió en Nueva Orleans? «Para mí, Dios viene de muchas formas -dice el líder de REM-. Cuando uno está desesperado y hundido, puede ser un simple gesto por parte de un extraño, o de alguien del que no esperabas algo así. Fundamentalmente, eso está en la Biblia, el Corán, o en todo lo que leo -nos necesitamos el uno al otro-. Nadie es una isla, eso no está en la Biblia, pero está ahí.»

Para Stipe, «un verdadero cristiano -y uso el luminoso ejemplo de mis padres en mi vida-, reconoce cuáles son las enseñanzas de Jesús -y lo que significan en la vida de cada día, que no es sencillo-, para saber qué camino seguir, qué elecciones tomar, qué apoyar, y qué no».

«Si hay una división en este país -dice el músico norteamericano-, no ha de ser entre aquellos que tienen fe, y los que no la tienen; sino entre aquellos que tienen una fe -en mi opinión-, pura, según las enseñanzas de Jesús, y la gente que ha usado eso, para convertirlo en otra cosa, por otras razones, sea el poder, la intolerancia, o la ignorancia.»

La religión parece estar llena de fanáticos e hipócritas. No es extraño que muchos la pierdan -como popularmente se entiende la canción de REM-, porque hay cristianos e iglesias que les han decepcionado. Si el cristianismo es verdad, ¿por qué algunos no creyentes viven mejor que los cristianos? ¿Quién puede negar a estas alturas, que hay religiones que apoyan la guerra, la injusticia y la violencia?

La Biblia nos enseña que existe algo así como una gracia común, da igual cómo la llamemos. «Todo lo bueno y perfecto que se nos da, procede de arriba, de Dios que creo los astros del cielo» (Santiago 1:17). Dios da todo lo bueno, sabiduría, talento, belleza y arte, por su sola gracia, inmerecidamente. Lo da a la humanidad, independientemente de sus convicciones religiosas, raza, género, o atributos.

En segundo lugar, la idea de que una persona tiene que «limpiar» su vida, para merecer la presencia de Dios, no es cristianismo. «Es fácil perderse en la fe», dice Stipe. Pero si hay cristianos que se comportan como fanáticos, no es porque están pensando demasiado en el Evangelio, sino porque sus vidas no giran en torno a él. Quien se justifica a sí mismo, no acepta otra opinión, o es insensible y agresivo, no es porque sea demasiado cristiano, sino porque no lo es suficientemente.

El verdadero cristianismo no es fanático, sino humilde, sensible, amoroso y compasivo. El cristiano perdona y entiende, como Cristo lo hizo. Recuerda las palabras de Jesús: «Quién esté libre de pecado, tire la primera piedra» (Juan 8:7). Puesto que el Sermón del Monte no critica a gente sin religión, sino a personas religiosas. No olvidemos, como decía Barth, que no fue el mundo, sino la iglesia la que crucificó a Cristo.

El Dios de Jesús y los profetas salva por completa gracia. No se le puede manipular por actos morales o religiosos, sino que sólo podemos llegar a Él arrepentidos. Ese Dios se identifica con nuestra necesidad. Toma nuestro lugar, y nos salva por lo que Cristo hace por nosotros. La verdadera fe es recibir ese regalo. Y para eso, a veces hay que «perder la religión».


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