Confiar en Dios es tener la seguridad de que él no nos fallará. A todos nos llegan tiempos difíciles e inciertos. ¡Es parte de la vida! ¿Cuál es nuestra respuesta ante ellos? ¿Seguimos confiando en nuestro Padre Dios o nos dejamos llevar por la tristeza, la ansiedad y la desesperación?