Salmos: Capítulo 40 – Alabanza por la liberación divina
Escrito por Amigos en Radio Solidaria el 18 de octubre de 2023
El significado del Salmos 40 es muy interesante, el salmo trata sobre las penurias y desgracias de la sociedad y como la fe en Dios puede sacarlos de esos lugares. El Salmo nos explica como esta fe puede mantenernos en el camino recto y lleno de riquezas para el alma. El Salmo 40 nos recuerda la grandeza de esta fe que nos da una ilusión, una razón para vivir y afrontar los problemas cotidianos de la vida.
En el Salmo 40, el pozo era un estado de:
- Reclusión. David se sintió atrapado. Esto puede hacer referencia a la trampa antigua de un cazador que todavía se usa en África y en las islas polinesias. Los cazadores cavan un agujero grande, ponen una cabra en él como carnada, y cubren el hoyo con follaje. El predador es atraído por el grito de la cabra y cae en la trampa. David pudo haber caído en este pozo debido al pecado.
- Oscuridad. La luz del sol no entra en el pozo. «Pozo» también puede hacer referencia a un calabozo, sepulcro u hoyo.[1] La Biblia usa esta figura para el pecado o el dolor (Isaías 9:2; Miqueas 7:8; Mateo 4:16; Hechos 26:18; Romanos 13:12).
- Aflicción. Este es un pozo terrible—desolado, miserable y frío. La palabra traducida «de la desesperación» en el Salmo 40:2 significa «ruidoso, tumultuoso, agitador, como en el caso de las aguas, una multitud o una guerra». Es como si David hubiera caído en una caverna temerosa donde las aguas eran tumultuosas y el terror asechaba.
Cuando alguien se encuentra en el pozo de la desesperación, otros usualmente le brindan algunos consejos que pueden ser confusos:
- Esto es solamente su imaginación. No permita que lo desanime.
- Usted está fuera de sí; olvídelo.
- El doctor le dará una pastilla y luego todo regresará a la normalidad.
- Solo ore y lea la Escritura y esto desaparecerá.
Cada uno de estos consejos son buenos en algunos casos, pero ninguno es suficiente en todos los casos. Alguien puede y debe confiar en que a Dios Le importa el sufrimiento, la soledad, la pobreza, la desilusión, la tragedia y el pecado (2 Samuel 12:20; 18:33; Juan 14:1; Hechos 8:2; 1 Tesalonicenses 4:13).