Salmos: Capítulo 46 – Tú eres mi refugio

Escrito por el 27 de diciembre de 2023

En el Salmo 46, vemos las idas y venidas de las circunstancias difíciles acompañadas de recordatorios de que Dios es nuestro refugio. El versículo 1 dice: «Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones». Esta es una seguridad reconfortante que nos muestra que Dios es nuestra seguridad, fortaleza y ayuda. En los versículos siguientes, el salmista nos dice que nuestra respuesta natural a esta promesa es vivir sin miedo, sin importar las circunstancias:

«Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza» (versículos 2-3). Se trata de condiciones bastante extremas, no obstante, en todo este salmo vemos que Dios es totalmente digno de confianza y tiene todo el control.

El Salmo 46 menciona el rugido de las aguas del mar y dice que no debemos temer, ni siquiera en circunstancias tan peligrosas. Vemos este mismo escenario cuando Jesús calma la enfurecida tormenta mientras Él y Sus discípulos estaban en el mar en Marcos 4:35-39:

Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.

Hay algunas cosas que merecen la pena destacar en esta historia. En primer lugar, fue idea de Jesús que subieran a la barca y navegaran por el mar, aunque, siendo Dios, seguramente sabía que se avecinaba una tormenta. Dios sabe qué dificultades encontraremos en nuestras vidas antes que nosotros. En segundo lugar, Jesús se fue a dormir. ¿Has estado en medio de una tormenta personal en tu vida cuando parece que Dios está dormido? En esos momentos, todos tenemos la tentación de vivir con miedo.

Al igual que los discípulos, le preguntamos a Dios: «¿No te importa?». Y luego, al igual que hizo con los discípulos, Dios calma nuestras tormentas. Puede que las circunstancias externas no cambien, pero nuestros corazones sí pueden tener paz en Cristo, confiando en que Él es nuestro refugio y fortaleza. Filipenses 4:5-7 dice: «El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». El siguiente versículo nos recuerda en qué debemos centrarnos:

«Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad» (Filipenses 4:8). Debemos vivir las verdades de la biblia y confiar en que Dios está con nosotros. Él es nuestro refugio seguro, nuestra fortaleza en medio del peligro. El Salmo 46 dice lo mismo dos veces: «El Señor de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob» (versículos 7 y 11).

Fíjate que en ninguna parte del Salmo 46 dice que Dios mantendrá los problemas y las dificultades lejos de nosotros. Por el contrario, dice que estará con nosotros y nos ayudará en medio de las dificultades (cf. Juan 14:25-27; 16:33; Romanos 8:1-39; Filipenses 4:6-9; 1 Pedro 5:6-11; Mateo 28:20). Él es nuestra fortaleza y nuestro libertador. Cuando somos débiles, Él es fuerte (2 Corintios 12:10). Él será nuestro refugio y nuestra fortaleza, nuestro amparo, quien nos alienta y nos equipa. ¿Qué nos dice Él que hagamos? «Estad quietos, y conoced que yo soy Dios» (Salmo 46:10).


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