Sin heridas y ofensas

Escrito por el 14 de abril de 2022

Es difícil caminar por este mundo sin ser herido y ofendido y sin herir y ofender, porque estamos rodeados de personas y por el mismo motivo, estamos expuestos a vivir situaciones en las que hayan roses, desacuerdos y situaciones en las que serán puestos a prueba nuestro carácter, nuestro dominio propio y sobre todo el amor a Dios y al prójimo que debemos tener como cristianos.

Y una de las cosas que puede provocar un alto en el camino hacia la meta, es vivir con la herida y la ofensa que otros nos hayan provocado y también viviendo con la culpa de haber ofendido o herido a alguien con nuestras palabras o actitudes.

La palabra de Dios en Mateo 24:12 dice “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.” Cuando leemos este versículo podemos pensar que la maldad es solamente la que hay en el mundo, pero entre nosotros como hermanos debemos velar que no haya maldad en nuestro corazón y peor aún, ser nosotros mismos la causa por la que el amor de otros se enfríe, porque en algún momento han recibido de nosotros cosas que les han herido, ofendido o hecho daño a tal punto que el amor llega a enfriarse y pueden apartarse de la fe.

Así que en nuestro camino hacia la meta debemos velar no solo por nuestra salvación, sino también por cuidar el corazón de los que nos rodean para no hacerles daño y tampoco permitir que alguna herida se quede tan profunda en nuestro corazón que al final nos aparte de ese camino hacia la meta.

Muchas veces hablamos palabras que lastiman o las recibimos y no buscamos pronto la reconciliación, quizás tenemos un alto nivel de orgullo para tomar la decisión de perdonar o pedir perdón, y El Señor quiere que nosotros como sus hijos, cada día podamos vivir una vida libre de ofensas y libres de ser ofendidos, practicando el amor entre nosotros, tomando la decisión de caminar en unidad y en unión con los que tenemos más cerca y con todos.

En el calendario Hebreo está Pésaj, la fiesta de la Pascua. Pascua quiere decir «pasar por alto, perdonar o pasar de largo». Esta fiesta de la pascua fue instituida por Dios para recordar la liberación de su pueblo, el pueblo hebrero y dejar de ser esclavos de los egipcios. Con la fiesta de la pascua comenzó el éxodo o la salida del pueblo de Israel hacia la tierra prometida. Visto desde este punto, pasar por alto la ofensa significa perdonar, ser libre y dejar en libertad.

Proverbios 19:11 dice: «La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa.» «Pasar por algo». No es por casualidad que este versículo diga que la honra de un hombre es «pasar por alto la ofensa», cuando pasamos por alto una ofensa somos libres, quedamos en libertad de rencores, heridas en el corazón, dolor y resentimiento. Cuando pasamos por alto la ofensa, damos libertad a la otra persona para que no quede preso de nosotros a través de la falta de perdón.

Y hoy vamos a hablar de tres escrituras que nos recuerda El Señor, para que en nuestro camino hacia la meta podamos avanzar y no ser detenidos por las heridas que pueda tener nuestro corazón o que hayamos provocado en otros.

PROCURAR TENER UNA CONCIENCIA SIN OFENSA: Hechos 24:16 dice » Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.» La palabra procurar significa Intentar conseguir o lograr un objetivo o un fin, es luchar o hacer el esfuerzo por conseguir algo. Esta escritura dice “procuro” o sea me esfuerzo, lucho o trato por todos los medios por tener siempre una conciencia sin ofensa, ya que sabemos que no es fácil vivir sin ofendernos, sin dolernos y sin herirnos a causa de actitudes, frases, palabras, intenciones y respuestas de otros, pero vivir sin ofenderse y sin ofender es un esfuerzo que vale la pena, es una lucha que debemos PROCURAR a toda costa para que tengamos una vida libre de la opresión de haber ofendido a alguien o de ser ofendidos y tener un corazón dolido.

PERDONAR Y PEDIR PERDÓN QUITA FUERZA AL ENEMIGO: 2 Corintios 2:10-11 dice » Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.” Una de las principales causas por las que el amor de muchos se enfría es la falta de perdón, pero cuando perdonamos quitamos fuerza al enemigo, cuando hay unidad no tiene por donde ganar ventaja, sus maquinaciones son la división, la ofensa, la herida, la separación entre nosotros y así es como gana terreno en nuestro corazón. Todos en algún momento podemos ser ofendidos u ofender, pero depende de nosotros sacar esa ofensa rápidamente del corazón o ir y pedir perdón, para que se manifieste en nosotros la gracia de Dios y su amor, así nuestro adversario no tenga ninguna oportunidad o alguna puerta entreabierta para entrar y hacerse fuerte en nosotros, apartándonos de nuestro camino hacia la meta.

APROVECHEMOS LA OPORTUNIDAD DE HACER EL BIEN: Gálatas 6:10 dice «Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.» Siempre voy a recordar una anécdota que mi esposo me compartió una vez acerca de la ofensa, ya que al inicio de su caminar en El Señor, cada vez que alguien le ofendía, él venía a su pastor a comentarle lo que estaba sucediendo, con la esperanza de alguna llamada de atención hacia su ofensor, sin embargo su pastor siempre le decía «hijo, no pierdas la oportunidad que Dios te está dando para poder perdonar» y esta frase ha impactado siempre mi vida porque la escritura dice que según tengamos oportunidad hagamos bien a todos y perdonar, dejar de ser ofendidos y no ofender a otros, es una oportunidad que Dios pone en nuestra mano para hacer bien, porque no hay mayor alegría que la que vive un corazón libre de culpa y libre de ofensas, así que la próxima vez que alguien nos ofenda y sintamos la tentación de no perdonar, pensemos «esta es una oportunidad que Dios me da para hacer el bien, en vez de ofender o ser ofendido.»

Sigamos en nuestro camino hacia la meta y vivamos este tiempo de pascua, pasando por alto la ofensa, procurando tener una conciencia sin ofensa, aprovechando la oportunidad para hacer el bien y sobre todo cerrando toda puerta al enemigo y que no gane ninguna ventaja en nuestra vida.
Así que sin herir y ofender prosigo a la meta!


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