Sin perder el tiempo

Escrito por el 3 de febrero de 2022

Hoy hablaremos de un tema muy interesante que durante varios días me ha llevado a reflexionar acerca de lo importante que es nuestro tiempo, no el tiempo futuro, no el tiempo pasado, sino el tiempo actual, el hoy que vivimos todos.

Darle valor al tiempo actual, es importante y necesario, porque como todos sabemos el tiempo pasado ya ha sido y el tiempo futuro aún no ha llegado y con lo que cuenta nuestra vida es con el HOY, podemos hacer planes a futuro, recordar y aplicar cosas que hemos aprendido en el pasado, pero todo vuelve a quedar sin efecto, si no vivimos el día de hoy, con lo que DIos ha decidido, con lo que Dios trae, sin correr, sin adelantarse, sin agobiarse, todo un día a la vez.

Una de las cosas más difíciles que podemos padecer es querer estar cualquier otro lugar, menos que en el lugar que nos toca estar hoy, nos puede pasar en cosas tan sencillas como el clima, llega el invierno y anhelamos que ya sea verano, para usar otro tipo de ropa, para que el día sea más largo, haya más sol, tengamos vacaciones, sin embargo cuando llega el verano, estamos en queja, porque hace calor, porque no podemos dormir por las noches, porque los niños están todo el dia en casa, porque ya queremos un poco de frío. Lo impresionante es que no solo pasa en estas cosas tan sencillas, nos puede pasar en la vida misma y detenernos en nuestro camino hacia la meta.

Así que podemos vivir una vida muy ocupada, pero estar perdiendo el tiempo, a veces pensamos que no perdemos el tiempo, porque no paramos en todo el día. Pero si podemos perder el tiempo, anhelando vivir otro tiempo, quizás el futuro o añorando el pasado, pero pocas veces aceptando y siendo felices en el presente.

El Salmo 118:24 dice “Este es el día que hizo el SEÑOR; nos gozaremos y nos alegraremos en él.” La palabra nos da clave de una vida plena, abundante y dichosa, diciendo “este es el día que hizo el Señor”, no ayer, no mañana, no en dos años, no hace 6 años, es esté el día HOY, para gozarnos y alegrarnos en él.

Cuando no aprendemos a valorar el hoy, no avanzaremos hacia la meta, que es en Cristo Jesús, porque el corazón se llenará de frustración al no tener lo que un día tuvo o no tener lo que desea, porque aún no ha llegado el tiempo, entonces le quitamos valor a lo actual, sin darnos cuenta que el hoy lo único con lo que contamos, hoy es la consecuencia de nuestro pasado y es la preparación del mañana y si queremos llegar a la meta no podemos saltarnos los días, debemos caminar un paso a la vez.

Entonces hoy quisiera hablar de 3 escrituras que la palabra nos da y nos ayudarán a entender que el tiempo que vivimos, el lugar en el que estamos y que ocupamos y las personas que somos, es lo que Dios tiene para nosotros como lo mejor en este momento.

TENER CONTENTAMIENTO: Filipenses 4:11 dice “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.” No se trata de vivir una vida conformista y decidir quedarse igual que hoy, sin tener sueños, anhelos o esperanza, sino más bien, es tener una vida llena de contentamiento, tener gozo con lo que hoy podemos hacer y lograr, tener gozo ocupando el lugar que Dios quiere que ocupemos, disfrutando la vida que Dios permite que vivamos y aún la enfermedad y las pruebas si Dios las ha permitido, ayudarán a nuestro bien para crecimiento y madurez.

Es triste pensar que muchas personas desean ser todo menos ellas mismas, vivimos en una sociedad que nos marca patrones incorrectos y que si los adoptamos como nuestros, podemos sufrir al ver que no tenemos lo material que otros tienen, la vida que otros llevan, queriendo ocupar el lugar que otros ocupan y así el tiempo se nos escapa, provocando un corazón lleno de infelicidad e inconformidad, así que lo más sabio es contentarse con lo que hoy tenemos, ser feliz con lo que Dios da y ocupar el lugar que Dios quiere que tengamos y seguir avanzando hacia a la meta.

TENER AGRADECIMIENTO: Juan 11:40-41 dice “Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.” Esta escritura relata el momento en el que Jesús resucita a su amigo Lazaro y Jesús nos da el ejemplo del agradecimiento al Padre en medio de una situación complicada, una situación imposible, aparentemente, un momento irremediable, sin embargo él le da las gracias a Su padre y le dice Yo se que siempre me oyes” el agradecimiento, es un acto de fe, porque creemos que aunque quizás no tenemos lo que quisiéramos tener, no estamos donde quisiéramos estar o no somos lo que un dia quisieramos llegar a ser, estamos agradecidos con Dios por el hoy, porque Él nos oye y porque Él hará.

El mismo Jesús dio gracias por el momento que estaba viviendo y su Padre le respaldó en todo momento. Asi que para aprovechar el tiempo y no perderlo, El Señor nos anima a tener corazones llenos de agradecimiento y fe en creer que si hoy las cosas no van bien, algún día van a cambiar y seguiremos avanzando hacia la meta.

VIVIR, MOVERNOS Y SER EN ÉL: Hechos 17:28 dice “Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.” Esta escritura es preciosa porque dice que en El Señor vivimos, no vivimos para nosotros mismos, ni vivimos para los demás, en Él nos movemos, porque Dios tiene los hilos de nuestras vidas en sus manos y todo lo que hoy tenemos y en lo que nos movemos es permitido por El y dice que en Él SOMOS, porque somos su linaje, sus escogidos, no podemos perder el tiempo, anhelando otras vidas, otras cosas, otros tiempos, otros momentos, decidamos con gozo en el corazón, vivir, movernos y ser en Él.

Así que esforcémonos por no vivir una vida perdiendo el tiempo, sino vivamos el hoy con contentamiento, gozo, paz y alegría en el corazón, tengamos agradecimiento porque lo que fue, por lo que será pero sobre todo por lo que hoy tenemos y busquemos siempre vivir, movernos y ser en Él Señor porque no vivimos para nosotros mismos.

Te animo a que hoy puedas decir: “Este es el lugar, el momento y el tiempo que hoy tengo, no quiero perder la oportunidad de disfrutarlo y ver la mano de Dios en este momento de mi vida. Lo que ha de ser será, lo que Dios quiere que tenga llegará y el lugar donde Él quiera que esté, un día estaré, yo no pierdo el tiempo, sino que prosigo a la meta»


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