Valorando lo que Dios me da

Escrito por el 12 de mayo de 2022

Hoy quiero comenzar citando una escritura que aunque la he leído varias veces ayer volvió a impactar mi corazón está en Juan 3:27 y dice: «Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo».Así tan sencillo y fácil de comprender, no podemos recibir nada, si no, nos es dado del cielo”, nada es nuestro, nuestra propia vida, las personas que están cerca de nosotros, nuestras capacidades, inteligencia, nuestros bienes materiales, nuestras mayores posesiones, todo nos ha sido dado del cielo.

En nuestro camino hacia la meta, vamos a tener y adquirir muchas cosas en la vida, venimos a este mundo sin nada y sin duda, nada nos vamos a llevar, cuando presenciamos el nacimiento de un bebé es impresionante, llega con las manos vacías y cuando alguien descansa y se va de esta tierra, no puede llevarse nada tampoco, sus manos ya no pueden retener, ni proteger, ni defender nada, todo se queda aquí. Pero eso no quiere decir que nada tiene valor, mientras estamos en este camino hacia la meta, todo lo contrario, porque todo viene del cielo y todo nos lo ha dado Dios, debemos valorar cada cosa por más pequeña que sea.

¿Entonces qué es lo que hace que le demos valor a las cosas? Las cosas valen para nosotros por el precio que nos ha tocado pagar y por el aprecio que les tenemos, el precio no siempre es un pago monetario, muchas cosas tienen un gran valor para nosotros porque les hemos dedicado tiempo, esfuerzo, atención y amor. La palabra de Dios nos habla de ser buenos mayordomos de todo aquello que Dios nos da, Lucas 12:42-43 dice “Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.”

Ser buenos mayordomos es ser buenos administradores de todas las cosas que Dios nos ha dado, dando el valor que cada una tiene y no menospreciando nada, porque todo lo que tenemos nos ha sido dado del cielo.

Hoy quiero que reflexionemos acerca de 3 regalos, por así decirlo, que Dios nos ha dado y que en este camino hacia la meta, debemos valorar, por lo tanto apreciar y cuidar, porque Dios se agrada de las vidas que valoran y cuidan aquello Él les da.

VALORAR MI SALVACIÓN: Hebreos 2:1 y 3 “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. ¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron”. Parece increíble pero a veces no valoramos, esa “salvación tan grande” de la que nos habla la palabra, todo lo damos por hecho y lo vemos como algo normal, pero realmente nuestra salvación ha sido comprada por un alto precio, el precio de la vida y hasta la última gota de la sangre de Jesús, tenemos gran valor y alto precio, por eso mismo debemos valorar esa salvación tan grande, apartarnos a toda costa del pecado y cualquier cosa que nos pueda hacer caer. Si tomamos conciencia del valor tan grande de nuestra salvación, el enemigo no podrá hacernos caer tan fácilmente, porque estimamos nuestra vida, el sacrificio de Jesús por nosotros, su amor inmenso y debemos pensar que con nuestros actos no solo tenemos que valorar la salvación, sino que también si actuamos mal, podemos romper el corazón del Señor, tan lleno de amor, tan lleno de bondad hacia nosotros. Si algo tiene valor para nuestra vida, lo cuidamos y no lo dejamos por nada, ¿cuánto valor tiene para nosotros nuestra salvación?

VALORAR MI VIÑA: Cantares 1:6 “Los hijos de mi madre se airaron contra mí; Me pusieron a guardar las viñas; Y mi viña, que era mía, no guardé.” Hay otra versión que dice “y me obligaron a cuidar sus viñas, ¡y así mi propia viña descuidé!” Nuestra viña es algo que también DIos nos ha dado, cuando se refiere a mi viña, es algo personal, la familia, los amigos, la gente que Dios ha puesto en nuestro camino, son de un valor incalculable, a veces queremos que nos den nuestro lugar, que la gente valore lo que somos, pero ¿estamos valorando nosotros a cada persona de forma individual? Es verdad que a lo largo del camino, vamos a tener roces y desacuerdos, momentos o tiempos en los que las cosas no serán fáciles, pero debe haber en nosotros un esfuerzo por cuidar de nuestra viña. La escritura dice que “guardamos otras viñas y la nuestra la descuidamos”, nos interesamos a veces más por los de afuera, que por los de adentro, ¿quiénes son las personas más cercanas que Dios nos ha dado?, cada una debería tener un valor especial, interesarnos por sus vidas, por sus preocupaciones, por sus alegrías, por sus penas, ver en qué forma podemos ayudar, cada uno tenemos un círculo de personas quizás parecido, pero es irrepetible lo que nosotros de forma individual podemos aportar en la vida de cada uno. Pensemos cuál es mi viña, guardemosla, no la descuidemos, porque es de gran valor.

VALORAR LO QUE DIOS PONE EN MIS MANOS: 2 Samuel 23:11-12 “Después de éste fue Sama hijo de Age, ararita. Los filisteos se habían reunido en Lehi, donde había un pequeño terreno lleno de lentejas, y el pueblo había huido delante de los filisteos. Él entonces se paró en medio de aquel terreno y lo defendió, y mató a los filisteos; y Jehová dio una gran victoria.” Un pequeño terreno de lentejas, un terrenito, que defendió uno de los gigantes de David, si leemos la historia los dos anteriores habían peleado, poderosamente uno contra 800 hombres, el otro dice que su mano se quedó pegada a la espada, defendiendo y luchando en contra de los filisteos, pero este tercer valiente, defendió con la misma rudeza y con el mismo ahínco ese terreno, pequeñito terreno de lentejas, porque era de gran valor para él, nada es de menos valor, si Dios ha sido quien nos lo ha dado, nuestro pequeño terreno de lentejas puede ser el lugar donde vivimos, el trabajo que tenemos, la función que desempeñamos, el ministerio que DIos nos ha dado, el lugar que nos ha dado en su reino, cada cosa tiene un gran valor, no esperemos a ser super reconocidos para decir que algo que Dios nos ha dado es valioso, porque en EL Señor no hay grandes ni pequeñas misiones, sencillamente cada cosa que Él pone en nuestras manos es especial y tiene un gran valor.

Así que recordemos valorar cada cosa que Dios nos da, valoremos nuestra es salvación tan grande que hemos recibido por gracia, valoremos nuestra viña, cada persona que El Señor nos ha regalado para compartir la vida es importante y valoremos lo que Dios pone en nuestras manos, cada labor que realizamos es importante y debemos darle su valor. Recordemos que ninguno de nosotros podemos decir que hemos recibido algo, si no nos ha sido dado del cielo. ¡Valoremos lo que Dios nos da y prosigamos hacia la meta!


Continuar leyendo

Post Siguiente

Contradicciones


Miniatura
Canción actual

Título

Artista