Comprometidos con llevar fruto (2ª parte)

Una de las formas en las que mejor podemos ver cómo es la vida de un cristiano es a través de los frutos que muestra y da, ya que Jesús dijo en Mateo 7:20 y 21 “Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” El fruto que damos como cristianos muestra al mundo lo que somos, claramente dice la palabra de Dios que no todo aquel que dice Señor, Señor entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad del Padre y dar fruto es parte de hacer esa voluntad agradable a Dios.

El compromiso de vida que hacemos delante del Señor cuando buscamos que en nosotros haya fruto, habla de la obra que Dios está haciendo en nosotros, la palabra habla de varios tipos de fruto que podemos dar y hoy continuaremos hablando de esos frutos que no solo serán de bendición para nuestra vida, sino sobre todo para los que nos rodean. Hoy hablaremos de 3 tipos de frutos que podemos comprometernos a dar y seguir mostrando a Cristo en nuestras vidas:

FRUTO CON PERSEVERANCIA: Lucas 8:15 dice “Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.”El Señor quiere que llevemos mucho fruto, pero que no nos cansemos de darlos sino que lo demos con perseverancia, cuando retenemos la palabra de Dios en nuestro corazón y la ponemos por obra esta cae en buena tierra y dará su fruto un fruto que persevera y que nunca deja de dar.

En los tiempos de prueba nuestro corazón debe dar fruto con perseverancia, sin rendirse, sin desmayar, no porque seamos más fuertes que la circunstancias, sino porque al perseverar Dios va moldeando todas esas áreas duras, fuertes y feas que tenemos y nos convierte en hijos nobles, suaves, diferentes que reflejan Su amor y su misericordia, que dan ejemplo al mundo de quién mora en su interior.

El fruto con perseverancia es la actitud de un corazón que no se rinde ante las adversidades de la vida. No dejemos de luchar, ni abandonamos lo que hemos comenzado, porque sabemos que Dios en Su tiempo perfecto obrará, que el fruto de nuestra vida sea con perseverancia en la prueba, recibiremos la corona de vida que El Señor ha prometido para los que le aman!

DAR FRUTO A SU TIEMPO: El salmo 1:3 dice «Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.» Dar fruto en su tiempo, es dar fruto de temporada. El fruto de temporada o fruto en su tiempo tiene varios beneficios, ya que la naturaleza nos ofrece en cada estación lo que necesitamos, también la fruta de temporada está en su punto óptimo de maduración y conserva todo su sabor y aroma sin tener que pasar por cámaras frías para madurar. Todos hemos degustado de los frutos de un árbol, pero no hay cosa más buena que comer la fruta en la temporada correcta, ya que cuando las frutas se comen fuera de temporada son un poco más secas, insípidas y sin el frescor que da el haber sido cosechadas a su tiempo.

Cuando permanecemos en EL Señor así será nuestro fruto, a su tiempo, en el momento oportuno, cuando más lo necesitamos y de la mejor calidad. Dar fruto a su tiempo, es tener sabiduría cuando la necesitemos, tener palabras de aliento cuando alguien necesite consuelo, tener actos de amor cuando un corazón lo requiera, dar fruto a su tiempo es tener actitudes eficaces y perfectas para el momento que vivimos, eso solamente lo puede dar aquel que permanece cerca del Señor porque recibirá Su consejo, Su dirección y el fruto necesario según el momento.

Dar fruto a su tiempo también es tener paciencia cuando las cosas se ponen difíciles, tener fe cuando vivimos tiempos adversos, tener ánimo cuando nos faltan las fuerzas, tener gozo cuando pasamos por valles de dolor y sufrimiento y sobre todo tener esperanza cuando todo parece imposible.

DAR FRUTO A CIENTO POR UNO: Marcos 4:20 «Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a ciento por uno.» Cuando pensamos en lo que significa ciento por uno creemos que es recibir cien veces una semilla que hemos sembrado, pero es algo mucho más grande que eso, dar fruto al ciento por uno es como sembrar la semilla de un árbol que no solamente dará 100 frutos cuando llegue la cosecha , sino dará muchísimo más a lo largo de la vida en cada cosecha que se reciba de él. Por ejemplo un árbol de manzanas puede llegar a dar hasta 700 manzanas al año y su tiempo de vida puede llegar hasta los 100 años. Eso es dar fruto de ciento por uno, de una semilla sembrada puede recibirse muchísimo fruto.

Dios ha puesto en nosotros una gran cantidad de capacidades, talentos, dones, habilidades, cualidades y cosas especiales que debemos desarrollar y dejar que lleguen a dar fruto de ciento por uno. Ser cristianos que dan fruto a ciento por uno es ser personas productivas, personas que hacemos lo que tenemos que hacer y logramos muchísimo más, trabajamos y vemos como Dios prospera nuestro trabajo, nuestros esfuerzos, nuestros talentos y nuestros dones, si algo nos es encomendado nos esforzaremos en hacerlo lo mejor posible y la gracia de Dios nos ayudará y respaldará para que todo lo que hagamos sea bendecido y prospere.

Daremos frutos de ciento por uno en nuestro testimonio, en nuestra forma de hablar, en nuestro caminar diario, en cada actividad que realizamos veremos la mano de Dios prosperar nuestro camino, haciendo mejorar progresivamente nuestra vida, nuestras decisiones, ideas e iniciativas, nuestra familia, nuestras relaciones y todo lo que emprendamos. También en la adversidad podremos dar fruto de ciento por uno en nuestra fe y fortaleza, daremos frutos de ciento por uno en consolación, ánimo, paz y esperanza!

En este camino hacia la meta hace falta hacer compromisos de fe delante del Señor y uno de los compromisos más importantes como cristianos es dar fruto, porque por nuestros frutos nos van a conocer, demos fruto con perseverancia, no nos rindamos, no abandonemos, no dejemos las cosas por la mitad porque surgen adversidades, demos fruto en su tiempo, recibamos del Señor cada día para enfrentar lo que viene por delante, para dar palabras al cansado en el momento oportuno, para tener sabias respuestas en el momento preciso y demos fruto al ciento por uno, que cuando termine nuestro tiempo en esta tierra podamos ver hacia atrás y ver todo el fruto que hemos dado, cien por ciento multiplicado para bendición de muchos y que agrada al Señor.

Comprometamos nuestro corazón delante del Señor a llevar mucho fruto y prosigamos hacia la meta.