Volviéndonos a Dios

Volviéndonos a Dios

El amor y la compasión de Dios prevalecen por la eternidad en medio de su pueblo, a pesar de lo que somos; su fidelidad y sus promesas reveladas en la Biblia son eternas para quienes hemos aceptado a nuestro Señor Jesucristo como Salvador y Rey; prevalecen aún en medio de las circunstancias, prevalecen en medio de cada situación en la que vivimos, prevalecen aún en medio de nuestras decisiones, sean buenas o sean malas.

Lo que espera Dios de nosotros es que volvamos a él con todo nuestro ser, espera que dejemos todo camino de pecado por nuestro propio bien. Cada momento que transcurre en todas las naciones, la maldad y el pecado aumentan de una manera vertiginosa; las personas a lo malo le llaman bueno, y a lo malo le dicen bueno, se han perdido los valores morales y éticos básicos de la sociedad, al punto que el homosexualismo de hombres y mujeres es aceptado y apoyado por leyes en diferentes naciones, asesinatos, incestos, fornicación, adulterio, orgías, pornografía, violaciones, robos, mentiras, en fin toda clase de pecado se ha desbordado, los medios masivos de comunicación promueven todo esto.

Aunque todo esto es necesario que acontezca para que los cumplimientos proféticos sucedan, como lo son el rapto de la iglesia, los siete años de las bodas del Cordero de Dios en el cielo, los siete años de la gran tribulación en la tierra, la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, el comienzo del milenio en la tierra y otros eventos escatológicos.

Es imperativo que quienes tienen la presencia de Cristo en sus corazones, quienes posean el conocimiento de Dios y mantengan una conciencia de la santidad y la presencia del Espíritu Santo en sus vidas, se manifiesten a todos aquellos que los rodean en cada lugar dónde nos encontremos, que brillemos en medio de las tinieblas en las que viven muchas personas, para que el poder de Salvación fluya como como ríos de aguas vivas, como está revelado y escrito en la Biblia, es momento de mantenernos firmes y perseverar en el llamado de Dios.

 



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