Ante el resentimiento prosigo a la meta (1ª parte)

Escrito por el 11 de abril de 2024

En nuestro camino hacia la meta vamos a enfrentar diversos problemas y obstáculos que van a querer levantarse como gigantes con el fin de destruir nuestra vida, robarnos la esperanza y matar finalmente nuestra fe, hemos hablado de varios gigantes como la negatividad, el quebrantamiento, la tristeza, la depresión y hoy comenzaremos el tema de lo que implica el gigante del RESENTIMIENTO.

El gigante del resentimiento puede ser un obstáculo grande para tener una vida plena en el Señor, primero vamos definir qué es el resentimiento, es un sentimiento de amargura y rencor que surge como consecuencia de una ofensa o daño recibido, esta condición nos lleva a la imposibilidad de perdonar a la persona que nos ha ofendido y se alimentan pensamientos negativos como la irá, la venganza y la tristeza profunda.

La palabra resentimiento como su mismo nombre lo dice es re- sentir, volver a sentir en mismo sentimiento una y otra vez, resentimiento es guardar el recuerdo de algo malo vivido y traerlo a memoria una y otra vez, provocandonos las mismas emociones de dolor y sufrimiento en el corazón. Entonces si ese recuerdo viene vez tras vez el re-sentir hará que el dolor cada vez sea más grande y la amargura crezca en el corazón.

Ante de profundizar en cómo derribar el gigante del resentimiento, tenemos que pensar que es posible que guardemos resentimientos sin razón, muchas veces nuestros propios pensamientos, nuestras emociones o cosas que nos han pasado en otras ocasiones nos llevan a sacar conjeturas que no son, distorsionamos la realidad e interpretamos las acciones de otras personas de forma negativa, cuando quizás la intención no haya sido exactamente la que nosotros pensamos.

Por esa razón y por muchas otras causas guardar resentimiento en el corazón afecta de forma muy grave nuestra vida de fe, porque un corazón que ama a Dios no puede tener cabida para alimentar el dolor de tener una cuenta pendiente con otra persona. La escritura es clara en 1 Juan 4:20: «Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?»

El gigante del resentimiento va querer levantarse en nuestros corazones y puede llegar a hacernos tanto daño que termine apartándonos de la voluntad del Señor, perder la fe y sobre todo verá la forma que no tengamos una vida plena y llena de gozo en el Señor.

El resentimiento nace en el corazón por causa de un malentendido, una palabra, un gesto, una acción que nos afecta, pero tenemos que tener muy presente una frase muy sabia que dice “No siempre podemos controlar lo que los demás hacen o dicen, pero sí podemos controlar cómo reaccionamos”. En nosotros no está el poder controlar las acciones de otras personas, porque nadie puede mandar en la voluntad del otro, sino en nuestra voluntad y depende de nosotros cómo vamos a responder a esa ofensa o agravio, eso si depende de nosotros.

¿Cómo manejamos nuestras emociones cuando alguien nos ofende y hace algo que nos duele? Algunos quizás explotamos inmediatamente, sacamos todo lo que hay en nuestro corazón y terminamos haciendo más daño que el que nos ha causado el otro. Algunos quizás no decimos nada nos callamos, hacemos como si nada ha pasado, pero la espina de dolor y el disgusto que nos ha causado se queda clavado en nuestro corazón y si no lo sacamos pronto, es allí donde la semilla del resentimiento comienza a germinar y debemos estar alertas para sacar este sentimiento o emoción rápidamente del corazón.

Hoy vamos a reflexionar en alguna de las muchas adversidades que puede ocasionar tener un corazón lleno de resentimiento:

NOS ALEJA DE DIOS: Cuando albergamos cosas en el corazón en contra de otras personas, vamos acumulando resentimiento eso nos aparta poco a poco del Señor, porque cada vez que venimos ante Él, hay algo más profundo que nos separa y está abriendo una brecha muy grande entre Dios y nosotros, la escritura dice en Mateo 5:23-24 “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.”

Tenemos que tener la plena seguridad que a Dios no le agrada un corazón lleno de resentimiento, porque eso nos aparta de Su amor y su misericordia. El corazón resentido, continuamente piensa en la herida que ha recibido, nos busca curar y sanar completamente, sino cada vez que piensa en ella se abre más, duele más, le afecta más y eso mismo le aleja más del Señor, porque ese corazón no tiene el primer lugar para Dios, sino para su dolor y amargura por la ofensa recibida.

NOS CIEGA A LA GRACIA DE DIOS: La palabra dice en Gálatas 5:4 “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.” Cuando guardamos resentimiento en el corazón tenemos justificaciones para todo, justificamos nuestro mal humor, justificamos nuestro enfado, justificamos nuestras malas acciones, todo tiene justificación y eso nos impide ver la gracia de Dios sobre nuestras vidas y por consiguiente sobre los demás. Cuando sabemos que todo es por gracia y que nada de lo que tenemos es un derecho o algo que tenemos merecido, sino que todo es un regalo del Señor, también veremos que los amigos, las personas que nos rodean y aun las personas con las que tenemos un problema, son regalos de Dios para nuestras vidas, y eso nos ayudará a sacar el resentimiento de nuestro corazón, vivimos por la gracia de Dios, por su misericordia y de esa manera debemos ver la vida de otros y dar de gracia lo que hemos recibido de gracia.

NOS HACE VULNERABLES AL ENEMIGO: 2 Corintios 2:10-11 dice “Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.” El resentimiento es una maquinación del enemigo sobre nuestro corazón para ganar ventaja, por eso habla en el versículo anterior acerca del perdón. Somos completamente vulnerables al enemigo cuando guardamos resentimiento en el corazón, porque es parte de su trabajo oculto para destruirnos, pero cuando nos ponemos a cuentas y perdonamos a quienes nos han ofendido, estamos ganando ventaja al enemigo porque no encontrará cabida para darnos la caída por estar guardando resentimiento y falta de perdón.

Así que en este camino a hacia la meta el gigante del resentimiento puede estar oculto en nuestros corazones alejándonos y abriendo brecha entre el Señor y nosotros, impidiendo que veamos Su gracia sobre nuestra vida y sobre los demás y ganando ventaja con sus maquinaciones para que cada día el resentimiento crezca y nos aleje de la voluntad del Señor.

Debemos reconocer si tenemos la presencia de este gigante acechando nuestra vida de fe, luchar contra él, vencerlo y proseguir en este camino hacia la meta.


Continuar leyendo

Canción actual

Título

Artista