Ante la presión del mundo prosigo a la meta

Escrito por el 28 de diciembre de 2023

En nuestro camino hacia la meta pasamos por muchas temporadas y la época de fin de año también es una temporada que debemos vivir, pero con paz, sin perder el gozo y siempre reflexionando en todas las cosas buenas que Dios ha hecho por nosotros. Lo que pasa es que siempre se levantarán gigantes que querrán venir a robarnos nuestra fe, nuestro gozo, nuestra paz y hoy hablaremos de lo importante que es no dejarnos vencer por el gigante de la presión del mundo a las puertas de fin de año.

Es importante que podamos escudriñar nuestros caminos la palabra dice en Lamentaciones 3:40 “Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová”, dice escudriñar los caminos y volver al Señor, porque en algunos momentos podemos apartarnos de esa voluntad perfecta de Dios y es bueno que escudriñamos cómo han sido nuestros caminos a lo largo de un año, pero solamente es importante ver hacia atrás para corregir lo que hemos hecho mal y poder mejorarlo en el año que está por comenzar.

En la época de fin de año también podemos vivir la presión que el mundo quiere ejercer sobre nosotros, el Señor dice en su Palabra que no amemos al mundo, ni lo que hay en el mundo. También dice que “nuestra amistad con el mundo es enemistad contra Dios” y a veces parece que este tipo de escrituras no las leemos en esta época del año, porque nos agrada y nos gusta mucho participar de todo lo que el mundo ofrece, pero tenemos que estar alertas y ser sabios para no caer en la trampa de la presión del mundo.

Y antes de terminar el año podemos ver que el gigante de la presión se puede levantar a través de varias cosas en las que hoy vamos a reflexionar, para vivir estos últimos días del año con la alegría y la gratitud que Dios quiere que vivamos y no caigamos en la trampa de la presión de este mundo.

La presión de las expectativas no cumplidas: Es importante que como cristianos hagamos compromisos con el Señor y con nosotros mismos, pero debemos tener cuidado y no ver las expectativas no cumplidas como un fracaso y que nos lleven a la tristeza y la decepción, porque las cosas no han salido como esperábamos. Cada año que termina es un regalo que Dios nos ha dado de vida y si algunas cosas no se han realizado o no hemos logrado debemos confiar en que si nuestra vida está escondida con Cristo en Dios todas aquellas cosas que él no ha permitido es porque no están dentro de su voluntad o aún no es el tiempo, la Palabra de Dios dice en Efesios 3:20 “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”, Dios es poderoso para hacer las cosas mucho más abundantemente de lo que esperamos o entendemos según el poder que actúa en nosotros, Dios es el dueño de todo y él tiene el poder para hacerlo todo, nuestras expectativas no tienen que estar puestas en las cosas que hemos soñado ni en nuestras fuerzas para lograrlo, nuestras expectativas tienen que estar puestas en Dios que es quien hace todo mucho más abundantemente de lo que creemos, de lo que pensamos y de lo que esperamos.

No permitamos que el gigante de la presión de este mundo hable a nuestra voz interior y le diga que hemos fracasado o que no hemos alcanzado ciertas cosas, veamos al futuro con esperanza, pero una esperanza en Dios porque con Él todas las cosas son posibles. No caigamos en la trampa de la comparación cuando termina un año es importante hacer balance, pero no nos dejemos llevar por la presión de este mundo que a través de las redes sociales nos muestran personas que han logrado grandes cosas, grandes sueños, grandes posesiones materiales, tengamos cuidado, porque el ver el logro “aparente” de otros puede crear en nosotros una insatisfacción en lo que Dios nos ha dado.

Cada uno vivimos una historia diferente tenemos vidas diferentes somos personas diferentes y la comparación siempre nos va a llevar por un camino de frustración de dolor y hasta de perder la fe porque creemos que Dios debe cumplir en nosotros las mismas metas las mismas expectativas o los mismos logros que otros han tenido. La Palabra de Dios dice en Romanos 9:16 “Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia”, no es quien quiere, ni quien corre más o menos, depende Dios que es quien tiene misericordia, Dios conoce la historia de cada uno, sabe en qué capítulo vamos sabe cuál es el capítulo siguiente y cómo ha sido el anterior, solamente él puede decirnos los pasos que hay que dar para llegar al punto correcto dentro de su voluntad.

No midamos lo que hemos logrado con la vida de otros porque sencillamente no somos iguales, para cada uno Dios tiene un propósito, un plan, un destino, que en su voluntad y en su tiempo perfecto se va a cumplir. No caigamos en la trampa de la comparación porque es un gigante que la presión del mundo levantará para que en este camino hacia la meta perdamos el gozo, la paz, la fe y la esperanza.

Prosigamos hacia la meta, hagamos una reflexión antes de terminar el año 2023 recordemos cada momento que hemos vivido, cada tiempo, cada etapa y miremos hacia atrás para recordar todas aquellas cosas en las que hemos visto la mano de Dios y cómo nos ha sacado adelante. Hemos pasado por tiempos adversos, tiempos de Victoria, tiempos de guerra y tiempos de paz, tiempos de alegría y tiempos de sufrimiento, tiempos más satisfactorios y tiempos menos satisfactorios, pero siempre él a nuestro lado.

Pidamos al Señor que llene nuestro corazón de gratitud, porque hemos caminado un año más hacia la meta, porque hasta aquí nos ha ayudado el Señor y porque de aquí en adelante lo seguirá haciendo, pongamos nuestra mirada en las cosas de arriba y no en las de la tierra. En este fin de año no veamos tanto lo que el mundo nos ofrece, ni a la presión que ejerce sobre nosotros, porque estamos en el mundo, pero no somos del mundo.

Vivamos un fin de año lleno de gratitud en victoria y con la seguridad que el Señor está con nosotros todos los días de nuestra vida y con Su bendición en el dos mil veinticuatro prosigamos hacia la meta.


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