Cuando se filtran los enemigos
Escrito por Amigos en Radio Solidaria el 13 de marzo de 2023
Antes de pedir permiso del rey para reconstruir los muros de Jerusalén, Nehemías oró, y Dios le concedió su petición. Cuando estaba saliendo de Babilonia, se encontró algunos hombres árabes que se burlaron de él por lo que iba a hacer. Nehemías 2:20 registra su declaración, que hasta el día de hoy permanece como un testimonio a quién tiene el derecho a la ciudad conocida como la Jerusalén: «Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén».
Nehemías continuó en su afán de reconstruir Jerusalén. Dios proveyó todos los obreros necesarios, y la construcción comenzó. Sin embargo, tuvieron sus enemigos, aquellos que deseaban detener la reconstrucción. Pero Dios intervino como lo había hecho con Moisés (Éxodo 14:14). Nehemías 4:20 registra, «En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros». Esta era la voluntad pre-ordenada del plan de Dios para sacar a Su pueblo de la esclavitud y llevarlo de vuelta a su tierra para adorar una vez más en el templo.
Podemos aprender valiosas lecciones de la vida de Nehemías para restablecer y mantener una relación con Dios. Cuando el pueblo volvió para reconstruir la ciudad, el primer punto a tratar era asegurarse de que habían entendido la ley de Moisés. Entonces Esdras, un sacerdote, dedicó muchas horas a la lectura de la ley delante de la congregación, asegurándose de que entendieran lo que Dios deseaba. Nehemías 8:18 registra qué la lectura diaria de la Palabra de Dios, debería ser parte de la vida de cada creyente: «Y leyó Esdras en el libro de la ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el último; e hicieron la fiesta solemne por siete días, y el octavo día fue de solemne asamblea, según el rito».
Nehemías se presenta como un testimonio de fidelidad y perseverancia. Él vivía lejos de su hogar, sin embargo, nunca abandonó la esperanza de que algún día iba a regresar. Pasó la mayoría de su vida en el exilio en una tierra pagana, aun así, nunca vaciló en su fe y en su confianza en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Él era un guerrero de oración, poniendo todo delante del Señor en oración, intercediendo a favor de su pueblo, y fue recompensado por su diligencia y perseverancia. Nehemías se preocupó tanto por su pueblo, que nunca abandonó la esperanza de su restauración, no sólo a su patria, sino al Dios que llamó por primera vez a su antepasado, Abraham, a quien llamó de la misma tierra e hizo un pacto con él, un pacto que Nehemías creía que permanecería para siempre. (Fuente: GotQuestions)