Comprometido con mi llamado (1ª parte)

Escrito por el 5 de enero de 2023

Estamos comenzando un año, hace tan solo unos días celebramos la llegada de un nuevo comienzo en nuestras vidas con 365 días en los que Dios nos da la oportunidad de hacer y ser quienes Él nos ha llamado a ser.

COn la llegada del año nuevo hay nuevos propósitos, está el deseo de dejar el pasado y las cosas viejas que pasaron y vivir todo lo nuevo, y está muy bien que hagamos como un borrón y cuenta nueva para comenzar con nuevos brillos y nuevas metas, pero debemos recordar que tanto el año pasado, los años pasados como el presente año y los venideros nosotros estamos en un camino hacia la meta, proseguimos hacia la meta, no es un camino nuevo sino es el mismo camino, hacia la meta que es Cristo y nuestra eternidad juntamente con Él.

Partiendo de eso hemos hablado en esta nueva temporada que como cristianos debemos hacer compromisos que requieren nuestra entrega y perseverancia en nuestra vida cristiana como es orar, leer la palabra, vivir en comunión y hoy quisiera recordar que antes de cualquier compromiso, nuevo comienzo o nuevo propósito debemos centrarnos en comprometernos con cumplir el llamado que Dios nos ha hecho y para lo cual estamos aquí.

Para eso debemos preguntarnos ¿Qué es un llamado y cuál es mi llamado? Según el diccionario un llamado es una INVITACIÓN que atrae nuestra atención para hacer algo para lo cual fuimos creados. Cuando nos convertimos al Señor y le recibimos como nuestro Señor y Salvador, comienza un descubrimiento de muchas cosas que antes ignorábamos como dice en Efesios 2, que Dios que es rico en misericordia y nos ama, cuando estábamos en pecado nos dio vida juntamente con Cristo, y nos resucitó para mostrar a los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia y bondad y en el verso 10 dice “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”

Todos los que hemos sido resucitados con Cristo y nos ha dado nueva vida, hemos sido creados para cumplir un propósito y atender al llamado que Dios nos hizo, para lo cual nos ha escogido desde el principio como dice en Efesios 1:4 “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él”.

Dios nos ha escogido y nos llamado para ser parte de su pueblo, para ser sus hijos y eso nos abre una visión diferente de la vida, en relación a lo que este mundo ofrece, porque estamos siendo llamados para cumplir con el propósito de Dios y cada día no podemos vivirlo como si no fuéramos a ninguna parte, debemos vivir cada día con la claridad de hacer lo que Dios quiere que hagamos y lo que nos ha mandado a hacer.

En esta primera parte quiero que reflexionemos en 3 obstáculos que se presentan en nuestra vida para que ese llamado no sea atendido y por tanto el propósito de Dios no se cumpla en nosotros.

IGNORANCIA DEL LLAMADO: 1 Pedro 1:14-15 dice “como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir”.

Un obstáculo grande para cumplir el llamado de Dios es la ignorancia, muchas personas viven en esa ignorancia y se conforman a lo que este mundo les ofrece, aceptan los patrones que el mundo va estableciendo, se conforman con las cosas que deben vivir y viven una vida sin propósito y sin visión porque ignoran que Dios es real y que tiene una visión para nuestras vidas totalmente diferente y que podemos transformar nuestro destino.

Pero una vez que conocemos al Señor no podemos permanecer en esa ignorancia como dice esta escritura, antes nos conformamos a los deseos del mundo, pero ahora no podemos vivir así, conociendo a Dios y haciendo todo como si fuéramos del mundo.

Dios nos llama a salir de esa ignorancia en la que muchas veces vivimos y que nos impide día a día, año tras año, atender el llamado de Dios y cumplir con Su propósito en nuestras vidas, de lo contrario si vivimos cada día en esa ignorancia, corremos el peligro de caer en la desmotivación el desánimo y por último el abandono de lo que un día fue la voluntad de Dios para nuestras vidas.

LAS MOTIVACIONES DEL CORAZÓN: Proverbios 21:2 dice “Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; pero Jehová pesa los corazones.” Hay otras versiones que dicen que El Señor juzga las intenciones del corazón o las motivaciones del corazón, ese es otro obstáculo para atender el llamado de DIos y cumplir el propósito para el cual hemos sido creados y es qué motiva mi corazón, por qué me levanto cada día y me pongo en marcha? Nos hemos preguntado alguna vez o nos preguntamos todos los días ¿Por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo y por qué actúo como actúo? ¿Cuál es la motivación de mi corazón? Cuando perdemos la motivación enfocada en el llamado de Dios y ponemos nuestras propias motivaciones, estamos en el peligro de sentirnos heridos cuando no somos valorados, entramos en el terreno de juzgar a otros porque no hacen las cosas como nosotros creemos que deben ser, nos convertimos en personas que sobrevaloran la opinión de otros y no nos damos cuenta que la motivación real de nuestro corazón es hacer la voluntad del Señor y cumplir Su propósito en nuestra vida, eso puede llevar rechazo, vituperio, falta de gratitud por otras personas, que no seamos considerados como creemos que deberíamos serlo, en fin una serie de factores que se levantan como grandes obstáculos para que poco a poco abandonemos ese llamado y nos alejamos de la voluntad de Dios.

LA FALTA DE INTIMIDAD CON DIOS: Salmos 25:14 dice “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto.” No podemos tener claridad en lo que Dios quiere para nuestras vidas, si no tenemos una vida de intimidad con Él, cuando no hay intimidad con Dios, todo pierde el sentido, cuando no oramos, perdemos la comunión y si no tenemos relación con Dios, qué sentido tiene hacer lo que hacemos y cumplir con lo que Él nos dice que debemos hacer, contrariamente si tenemos intimidad con Dios dice esta escritura que ÉL NOS DA A CONOCER SU PACTO, en la intimidad recibimos nuevas fuerzas, renovamos la visión, recibimos dirección y nuestro corazón se enciende con el fuego de Su espíritu para permanecer y vamos recibiendo la guianza del Espíritu Santo para lo nuevo que Dios tiene para nosotros y cada día por más insignificante que sea lo que hacemos, no será un día perdido, será un día en el que hemos atendido al llamado y será un día menos para alcanzar el propósito por el cual estamos en esta tierra.

Pidamos el Señor que le primer compromiso que hagamos en este nuevo año 2023 sea comprometernos con atender al llamado que Dios nos ha hecho, echar fuera de nosotros toda ignorancia que nos desvía del camino, revisemos cuáles son las motivaciones de nuestro corazón y busquemos esa intimidad con Dios donde Él nos revelará Su pacto y nos dará dirección para que este año no sea un año más, sino sea un año menos para cumplir con el propósito por el cual hemos sido creados.


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