No te olvides que su provisión está al alcance de todos los que confían en Él.
No te olvides que su sangre nos limpia de todo pecado: ¡Adelante!
No te olvides que sus misericordias pasadas son una garantía para seguir confiando en sus misericordias de hoy y de mañana.
No olvides los favores de otros. Sé agradecido.