Un nuevo comienzo

Escrito por el 20 de enero de 2022

En el camino de la adolescencia a la juventud, al recorrer el proceso de las relaciones amorosas y sentimentales, nos encontramos con parejas que han envejecido juntos, y vemos en ellos ese sentimiento de protección, amor y cuidado, como sí fueran novios recientes, con la diferencia de que hace muchos años dejaron de ser dos y pasaron a ser uno, un uno donde se conocen los temores, las alegrías, los dolores y se ha aprendido a perdonar.

Aguantar no se refiere, al maltrato, a la humillación, a la falta de cariño…esas cosas el día que llegan a una relación hasta ahí debe de existir algo entre dos. Aguantar es saber mantenerse en las tempestades, en las diferencias, en los momentos difíciles, en esos momentos donde uno de los dos desea un espacio para meditar y la otra parte desea conversar, esos momentos donde uno quiere volar y la otra parte desea caminar, eso es aguantar, alguien debe de ceder.

Cuando no estamos preparados mentalmente para ceder y tratamos las relaciones como una guerra para demostrar quién es más fuerte y a quién lo quieren más, es cuestión de una simple ola para que todo se termine hundiendo en lo más oscuro del océano de nuestro egoísmo. Al nacer y crecer, nuestros padres tuvieron que aguantarnos y nosotros aguantar las diferencias de ellos, pero nunca dejaron de ser nuestros padres y el amor prevaleció pese a las diferencias.

Una relación amorosa nunca llegará a compararse con el amor de mamá o papá, pero es un patrón de comportamientos parecidos, sí no estamos dispuestos a dejar el orgullo en la gaveta, pensar en dos y no en uno, aprender a navegar contra corriente y perdonarnos en los golpes más fuertes, nunca llegaremos a tierra firme.

Pensemos en como estamos manejando nuestras vidas, estamos dispuestos a aguantar a un mal jefe, a un pésimo cliente y hasta a un particular en la calle que nos ofende…pero no estamos dispuestos a ceder con quién supuestamente amamos, esa persona con la que hemos compartido momentos de felicidad y hemos tenido momentos más dulces que amargos.

Aguantar…NO golpes, ni maltratos, ni desprecio…Aguantar mientras llevamos juntos nuestro velero de las diferencias, donde cada amanecer será un nuevo comienzo para los dos.


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